por Marguerite Cawley
Los jóvenes adinerados y educados de Brasil han incrementado su
participación en el tráfico de drogas, un fenómeno que probablemente
está ligado al creciente mercado doméstico de la clase media.
Según Infosur Hoy, alrededor del 10 por ciento de los aproximadamente 1.500 nuevos casos que investiga el Ministerio Público de São Paulo cada mes ahora involucran a sospechosos provenientes de familias adineradas.
Este es un fenómeno relativamente nuevo, según Alfonso Presti, coordinador de la Central de Investigaciones Policiales y Procesos del Ministerio Público de São Paulo. Presti señaló a Infosur que hace una década “se contaban con los dedos de una mano los casos de traficantes ricos que llegaban” al ministerio.
Según los informes, muchos de estos narcotraficantes de la élite iniciaron consumiendo drogas y vendiéndolas a sus compañeros, y más tarde fueron reclutados por grupos criminales.
Ellos ofrecen servicio a domicilio para productos como cocaína de alta calidad y potentes tipos de marihuana, así como también para éxtasis, LSD y heroína, que sus clientes de clase media-alta encargan por teléfono o Internet. Para hacer las entregas estos traficantes tienen a su disposición una red de taxistas, motociclistas y ciclistas; aunque también venden las drogas en lujosas fiestas y clubes.
Ahora este modus operandi también ha sido identificado como común en Río de Janeiro, y en los estados de Paraíba y Pernambuco.
El antropólogo brasileño Paulo Malvasi señaló a Infosur que para esta clase de traficantes, el estatus y las conexiones que ofrece el negocio representan ganancias tan atractivas como el dinero que está en juego.
Algunos expertos han señalado al aumento de la presión policial en los puntos de venta de las favelas -particularmente en Río- como otra de las razones que explican este cambio.
En países como Colombia y Argentina, las operaciones criminales también se han beneficiado del creciente mercado de la clase media, con la venta de drogas de fiesta como el 2CB y el éxtasis.
Según Infosur Hoy, alrededor del 10 por ciento de los aproximadamente 1.500 nuevos casos que investiga el Ministerio Público de São Paulo cada mes ahora involucran a sospechosos provenientes de familias adineradas.
Este es un fenómeno relativamente nuevo, según Alfonso Presti, coordinador de la Central de Investigaciones Policiales y Procesos del Ministerio Público de São Paulo. Presti señaló a Infosur que hace una década “se contaban con los dedos de una mano los casos de traficantes ricos que llegaban” al ministerio.
Según los informes, muchos de estos narcotraficantes de la élite iniciaron consumiendo drogas y vendiéndolas a sus compañeros, y más tarde fueron reclutados por grupos criminales.
Ellos ofrecen servicio a domicilio para productos como cocaína de alta calidad y potentes tipos de marihuana, así como también para éxtasis, LSD y heroína, que sus clientes de clase media-alta encargan por teléfono o Internet. Para hacer las entregas estos traficantes tienen a su disposición una red de taxistas, motociclistas y ciclistas; aunque también venden las drogas en lujosas fiestas y clubes.
Ahora este modus operandi también ha sido identificado como común en Río de Janeiro, y en los estados de Paraíba y Pernambuco.
El antropólogo brasileño Paulo Malvasi señaló a Infosur que para esta clase de traficantes, el estatus y las conexiones que ofrece el negocio representan ganancias tan atractivas como el dinero que está en juego.
Análisis de InSight Crime
La aparición de este nuevo sistema local de venta de drogas liderado por una nueva clase de traficantes es indicativo de la creciente demanda de drogas de alta calidad impulsada por la creciente clase media brasileña. El servicio de entrega a domicilio y el uso de Internet ofrecen una mecanismo limpio y ordenado, tanto para los traficantes de drogas como para sus acaudalados clientes, a diferencia de las violentas operaciones relacionadas con la venta de los baratos productos secundarios de la cocaína en las llamadas "bocas de fumo" de las favelas.
VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre el microtráfico
Estos jóvenes también representan una atractiva fuente de ganancias
para los grupos de Brasil. En un caso, las autoridades de São Paulo
capturaron a dos narcotraficantes que vendían cocaína por US$22 cada
gramo -cinco veces el precio medio de venta. Los investigadores también
agregaron que el mercado de la clase media proporciona más oportunidades
para el lavado de dinero.Algunos expertos han señalado al aumento de la presión policial en los puntos de venta de las favelas -particularmente en Río- como otra de las razones que explican este cambio.
En países como Colombia y Argentina, las operaciones criminales también se han beneficiado del creciente mercado de la clase media, con la venta de drogas de fiesta como el 2CB y el éxtasis.