lunes, 8 de julio de 2013

Todos fichados!



por Ignacio Ramonet
Nos lo temíamos (1). Y tanto la literatura (1984, de George Orwell) como el cine de anticipación (Minority Report, de Steven Spielberg) nos habían avisado: con los progresos de las tecnologías de comunicación todos acabaríamos siendo vigilados. Claro, intuíamos que esa violación de nuestra privacidad la ejercería un Estado neototalitario. Ahí nos equivocamos. Porque las inauditas revelaciones efectuadas por el valeroso Edward Snowden sobre la vigilancia orwelliana de nuestras comunicaciones acusan directamente a Estados Unidos, país antaño considerado como “la patria de la libertad”. Al parecer, desde la promulgación en 2001 de la ley “Patriot Act” (2), eso se acabó. El propio presidente Barack Obama lo acaba de admitir: “No se puede tener un 100% de seguridad y un 100% de privacidad”. Bienvenidos pues a la era del ‘Gran Hermano’...
¿Qué revelaciones ha hecho Snowden? Este antiguo asistente técnico de la CIA, de 29 años, y que últimamente trabajaba para una empresa privada –la Booz Allen Hamilton (3)– subcontratada por la Agencia estadounidense de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), reveló mediante filtraciones a los diarios The Guardian y The Washington Post, la existencia de programas secretos que permiten la vigilancia de las comunicaciones de millones de ciudadanos por parte del Gobierno de Estados Unidos.
Un primer programa entró en vigor en 2006. Consiste en espiar todas las llamadas telefónicas que se efectuan, a través de la compañía Verizon, dentro de Estados Unidos, y las que se hacen desde allí hacia el extranjero. Otro programa, llamado PRISM, fue puesto en marcha en 2008. Supone la recolección de todos los datos enviados por Internet –correos electrónicos, fotos, vídeos, chats, redes sociales, tarjetas de crédito...– únicamente (en principio) por extranjeros que residen fuera del territorio norteamericano. Ambos programas han sido aprobados en secreto por el Congreso de Estados Unidos, al que se habría mantenido, según Barack Obama, “constantemente informado” sobre su desarrollo.
Sobre la dimensión de la increíble violación de nuestros derechos civiles y de nuestras comunicaciones, la prensa ha aportado detalles espeluznantes. El 5 de junio, por ejemplo, The Guardian publicó la orden emitida por el Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera, que exigía a la compañía telefónica Verizon la entrega a la NSA del registro de decenas de millones de llamadas de sus clientes. El mandato no autoriza, al parecer, a conocer el contenido de las comunicaciones ni los titulares de los números de teléfono, pero sí permite el control de la duración y el destino de esas llamadas. El día siguiente The Guardian y The Washington Post revelaron la realidad del programa secreto de vigilancia PRISM, que autoriza a la NSA y al FBI a acceder a los servidores de las nueve principales empresas de Internet (con la notable excepción de Twitter): Microsoft, Yahoo, Google, Facebook (4), PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple.
Mediante esta violación de las comunicaciones, el Gobierno estadounidense puede acceder a archivos, audios, vídeos, correos electrónicos o fotografías de sus usuarios. PRISM se ha convertido de ese modo en la herramienta más útil de la NSA a la hora de elaborar los informes que diariamente entrega al presidente Obama. El 7 de junio, los mismos diarios publicaron una directiva de la Casa Blanca en la que el presidente ordenaba a sus agencias de inteligencia (NSA, CIA, FBI) establecer una lista de posibles países susceptibles de ser ‘ciberatacados’ por Washington. Y el 8 de junio, The Guardian filtró la existencia de otro programa que permite a la NSA clasificar los datos que recopila en función del origen de la información. Esta práctica, orientada al ciberespionaje en el exterior, permitió recopilar –sólo en marzo pasado– unos 3.000 millones de datos de ordenadores en Estados Unidos...
Durante estas últimas semanas, ambos periódicos han ido revelando, gracias a filtraciones de Edward Snowden, nuevos programas de ciberespionaje y vigilancia de las comunicaciones en países del resto del mundo. “La NSA –explicó Edward Snowden– ha construido una infraestructura que le permite interceptar prácticamente cualquier tipo de comunicación. Con estas técnicas, la mayoría de las comunicaciones humanas se almacenan para servir en algún momento a un objetivo determinado”.
La Agencia de Seguridad Nacional (NSA), cuyo cuartel general se halla en Fort Meade (Maryland), es la más importante y la más desconocida agencia de inteligencia norteamericana. Es tan secreta que la mayoría de los estadounidenses ignora su existencia. Controla la mayor parte del presupuesto destinado a los servicios de inteligencia, y produce más de cincuenta toneladas de material clasificado al día... Ella –y no la CIA– es quien posee y opera el grueso de los sistemas estadounidenses de recogida secreta de material de inteligencia: desde una red mundial de satélites hasta las decenas de puestos de escucha, miles de ordenadores y los masivos bosques de antenas situados en las colinas de Virginia Occidental. Una de sus especialidades es espiar a los espías, o sea a los servicios de inteligencia de todas las potencias, amigas o enemigas. Durante la guerra de las Malvinas (1982), por ejemplo, la NSA descifró el código secreto de los servicios de inteligencia argentinos, haciendo así posible la transmisión de información crucial a los británicos sobre las fuerzas argentinas...
Todo el sistema de interceptación de la NSA puede captar discretamente cualquier e-mail, cualquier consulta de Internet o conversación telefónica internacional. El conjunto total de comunicaciones interceptadas y descifradas por la NSA constituye la principal fuente de información clandestina del Gobierno estadounidense.
La NSA colabora estrechamente con el misterioso sistema Echelon. Creado en secreto, después de la Segunda Guerra Mundial, por cinco potencias (los “cinco ojos”) anglosajonas: Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Echelon es un sistema orwelliano de vigilancia global que se extiende por todo el mundo y está orientado hacia los satélites que se utilizan para transmitir la mayor parte de las llamadas telefónicas, comunicaciones por Internet, correos electrónicos y redes sociales. Echelon puede captar hasta dos millones de conversaciones al minuto. Su misión clandestina es el espionaje de Gobiernos, partidos políticos, organizaciones y empresas. Seis bases a través del mundo recopilan las informaciones e interceptan de forma indiscriminada enormes cantidades de comunicaciones que los superordenadores de la NSA posteriormente criban mediante la introducción de palabras clave en varios idiomas.
En el marco de Echelon, los servicios de inteligencia estadounidense y británico han establecido una larga colaboración secreta. Y ahora hemos sabido, gracias a nuevas revelaciones de Edward Snowden, que el espionaje británico también pincha clandestinamente cables de fibra óptica, lo que le permitió espiar las comunicaciones de las delegaciones que acudieron a la Cumbre del G-20 de Londres en abril de 2009. Sin distinguir entre amigos y enemigos (5).
Mediante el programa Tempora, los servicios británicos no dudan en almacenar colosales cantidades de información obtenida ilegalmente. Por ejemplo, en 2012, manejaron unos 600 millones de “conexiones telefónicas” al día y pincharon, en perfecta ilegalidad, más de 200 cables... Cada cable transporta 10 gigabytes (6) por segundo. En teoría, podrían procesar 21 petabytes (7) al día; lo que equivale a enviar toda la información que contiene la Biblioteca Británica 192 veces al día...
Los servicios de inteligencia constatan que ya hay más de 2.000 millones de usuarios de Internet en el mundo y que casi más de mil millones utilizan Facebook de forma habitual. Por eso se han fijado como objetivo, transgrediendo leyes y principios éticos, controlar todo lo que circula por Internet. Y lo están consiguiendo: “Estamos empezando a dominar Internet”, confesó un espía inglés, “y nuestra capacidad actual es bastante impresionante”. Para mejorar aún más ese conocimiento de Internet, la Government Communications Headquarters (GCHQ, Agencia de inteligencia británica) lanzó recientemente dos nuevos programas: Mastering The Internet (MTI) sobre cómo dominar Internet, e Interception Modernisation Programme para una explotación orwelliana de las telecomunicaciones globales. Según Edward Snowden, Londres y Washington acumulan ya, diariamente, una cantidad astronómica de datos interceptados clandestinamente a través de las redes mundiales de fibra óptica. Ambos países destinan en total a unos 550 especialistas a analizar esa titánica información.
Con la ayuda de la NSA, la GCHQ se aprovecha de que gran parte de los cables de fibra óptica que conducen las telecomunicaciones planetarias pasan por el Reino Unido, y los ha interceptado con sofisticados programas informáticos. En síntesis, miles de millones de llamadas telefónicas, mensajes electrónicos y datos sobre visitas a Internet son acumulados sin que los ciudadanos lo sepan, bajo pretexto de reforzar la seguridad y combatir el terrorismo y el crimen organizado.
Washington y Londres han puesto en marcha un orwelliano plan ‘Gran Hermano’ con capacidad de saber todo lo que hacemos y decimos en nuestras comunicaciones. Y cuando el presidente Obama apela a la ‘legitimidad’ de tales prácticas de violación de la privacidad, está defendiendo lo injustificable. Además, hay que recordar que por haber realizado labores de información sobre peligrosos grupos terroristas con base en Florida –o sea, una misión que el presidente Obama considera hoy como ‘perfectamente legítima’– cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y condenados por la Justicia estadounidense a largas e inmerecidas penas de prisión (8). Un escándalo judicial que es hora de reparar liberando a esos cinco héroes (9).
El presidente Barack Obama está abusando de su poder y restando libertad a todos los ciudadanos del mundo. “Yo no quiero vivir en una sociedad que permite este tipo de actuaciones”, protestó Edward Snowden cuando decidió hacer sus impactantes revelaciones. Las divulgó, y no es casualidad, justo cuando empezaba el juicio contra el soldado Bradley Manning, acusado de filtrar secretos a WikiLeaks, la organización internacional que publica informaciones secretas de fuentes anónimas. Y cuando el cibermilitante Julian Assange lleva un año refugiado en la Embajada de Ecuador en Londres... Snowden, Manning, Assange, son paladines de la libertad de expresión, luchadores en beneficio de la salud de la democracia y de los intereses de todos los ciudadanos del planeta. Hoy acosados y perseguidos por el ‘Gran Hermano’ estadounidense (10).
¿Por qué estos tres héroes de nuestro tiempo aceptaron semejante riesgo que les puede hasta costar la vida? Edward Snowden, obligado a pedir asilo político en Ecuador, contesta: “Cuando te das cuenta de que el mundo que ayudaste a crear va a ser peor para la próxima generación y para las siguientes, y que se extienden las capacidades de esa arquitectura de opresión, comprendes que es necesario aceptar cualquier riesgo. Sin que te importen las consecuencias”.

(1) Véase Ignacio Ramonet, “Vigilancia total” y “Control social total”, en Le Monde diplomatique en español, respectivamente agosto de 2003 y mayo de 2009.
(2) Propuesta por el presidente George W. Bush y adoptada en el contexto emocional que sucedió a los atentados del 11 de septiembre de 2001, la ley “Patriot Act” autoriza controles que interfieren en la vida privada, suprimen el secreto de la correspondencia y la libertad de información. Ya no se exige una autorización para las escuchas telefónicas. Y los investigadores pueden acceder a las informaciones personales de los ciudadanos sin orden de registro.
(3) En 2012, esta empresa le facturó a la Administración estadounidense 1.300 millones de dólares por “asistencia en misiones de inteligencia”.
(4) Hemos sabido recientemente que Max Kelly, el responsable principal de seguridad de Facebook, encargado de proteger la información personal de los usuarios de esta red social contra ataques externos, dejó esta empresa en 2010 y fue reclutado... por la NSA.
(5) Espiar a diplomáticos extranjeros es legal en el Reino Unido: lo ampara una ley aprobada por los conservadores británicos en 1994 que pone el interés económico nacional por encima de la cortesía diplomática.
(6) El byte es la unidad de información en informática. Un gigabyte es una unidad de almacenamiento de información cuyo símbolo es GB, y equivale a 109 bytes, o sea mil millones de bytes, equivalente, en texto escrito, a una furgoneta llena de páginas con texto.
(7) Un petabyte (PT) equivale a 1015 bytes.
(8) La misión de los cinco –Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González– consistía en infiltrar y observar las actuaciones de grupos de exiliados cubanos para prevenir actos de terrorismo contra Cuba. A propósito del juicio que condenó a varios de ellos a penas de cadena perpetua, Amnistía Internacional declaró en un comunicado que “durante el juicio no se presentó ninguna prueba que demostrase que los acusados realmente hubieran manejado o transmitido información clasificada”.
(9) Véase Fernando Morais, Los últimos soldados de la guerra fría, Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2013.
(10) Edward Snowden corre el riesgo de ser condenado a 30 años de prisión después de haber sido acusado oficialmente por la Administración de Estados Unidos de “espionaje”, “robo” y “utilización ilegal de bienes gubernamentales”.
- Ignacio Ramonet es Periodista español. Presidente del Consejo de Administración y director de la redacción de Le Monde diplomatique en español. Editorial de Nº: 213, Julio 2.013

Problema de fondo de caso Snowden Espionaje global de EE.UU.

por Eduardo Tamayo G.
La virtual retención  del presidente Evo Morales por 13 horas en Viena, luego de que Francia, Italia, Portugal y España impidieran que su avión sobrevolara por sus espacios aéreos  sospechando que llevaba oculto al ex informático de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés)  Edward Snowden, es un episodio que, por su gravedad, ocupa la atención internacional.
Siendo importante este acontecimiento, sin precedentes en la historia reciente, no se debe olvidar que el problema de fondo a debatir es el espionaje masivo, global, indiscriminado y arbitrario que, según la denuncia de Snowden,   están ejecutando los organismos de inteligencia de Estados Unidos en todo el mundo, lo que atenta a la privacidad de decenas de millones de ciudadanos, usuarios de las redes sociales de Internet. Por supuesto, esto es algo que los medios privados corporativos internacionales no lo profundizarán, estando más bien interesados en desviar la atención pública hacia temas secundarios o anecdóticos.
“El verdadero problema no es él (Snowden), sino lo que denunció” manifestó a Reuters el presidente ecuatoriano Rafael Correa, para quien se trata del caso de espionaje más grande la historia de la humanidad, y donde la primera víctima es precisamente el pueblo norteamericano y otros Estados soberanos.[1]
 
Una mancha más al tigre
 
Edward Snowden, quien trabajó para la CIA como analista y luego laboró para  una de las empresas de seguridad que proporciona servicios a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés),   reveló que ésta y el FBI tienen acceso a los registros electrónicos tanto de la operadora telefónica estadounidense Verizon como también a los servidores de los gigantes de Internet (Google, Yahoo, Facebook, YouTube, Skpe, AOL, Apple, Microsoft) a través del proyecto PRISM (prisma).
 
Edward Snowden ha revelado la forma cómo operan los servicios de inteligencia estadounidenses para fisgonear y extraer los datos y metadatos[2] de las redes sociales no solo de los ciudadanos estadounidenses sino de todo el mundo, violando el elemental principio de la privacidad de las personas y de las instituciones.
 
“La NSA ha levantado una infraestructura que le permite interceptar prácticamente todo y capturar la inmensa mayoría de las comunicaciones humanas de manera automática y sin seleccionar los objetivos. Si, por ejemplo, yo quiero ver sus correos electrónicos o el teléfono de su mujer, lo único que necesito es usar métodos de interceptación, que me permiten obtener correos, contraseñas, historiales de teléfono, datos de tarjetas de crédito”, señaló Edward Snowden en una entrevista con el periódico británico The Guardian. [3]
 
Las revelaciones deEdward Snowden colocan a Estados Unidos en una situación sumamente embarazosa, sobre todo luego de que el semanario alemán Der Spiegel, basado en documentos del ex agente de la NSA, diera a conocer que los servicios secretos de Estados Unidos espían masivamente a Alemania, a la misión de la Unión Europea en Nueva York y Washington  y a 38 embajadas, lo que ha provocado cuestionamientos y protestas en la Unión Europea.
 
Estos hechos marcan la caída en picada de la imagen de Estados Unidos, ya deteriorada por las filtraciones de Wikileaks que han permitido  conocer los trapos sucios del servicio exterior de Estados Unidos y las actuaciones del ejército norteamericano en Irán y Afganistán, que han provocado miles de víctimas entre civiles y militares, a lo que se suma el mantenimiento del centro de detención y torturas de Guantánamo (y anteriormente el de Abu Ghraib en Irak), las ejecuciones extrajudiciales con sus drones (aviones no tripulados) en Pakistán y otros países. 
 
Pero estos problemas parecen tener sin cuidado a las elites de Estados Unidos quienes justifican el espionaje en aras de la seguridad nacional. Es muy revelador y cobra actualidad lo que escribían Richard A. Clarke, ex coordinador del Consejo Nacional de Seguridad en los gobiernos de George Bush padre, Bill Clinton y George W. Bush hijo, y Robert K.Knake:
 
“Las formas en que obtenemos información, incluido el ciberespionaje, pueden ofender la sensibilidad de ciertas personas, y en ocasiones, suponer una violación de las leyes nacionales e internacionales, pero, con algunas excepciones notables, las actividades de espionaje de Estados Unidos por lo general resultan necesarias y beneficiosas para los intereses de la nación”. [4]
 
Lo contradictorio es que Estados Unidos se proclama a sí mismo como el campeón de la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión. El ex presidente George W. Bush creó un Grupo especial para la libertad de Internet, una de cuyas tareas era la de presentar informes anuales sobre los gobiernos que tratan de restringir las actividades en Internet. Barack Obama continuó con esta tarea, y su  ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, señalaba que el Departamento de Estado trabajaba en 40 países para “ayudar a personas silenciadas por gobiernos opresivos”.
 
Sin embargo, como se evidencia, Estados Unidos actúa con un doble rasero, pues mientras dice defender los derechos humanos y la libertad de expresión en Internet, no los cumple ni casa adentro ni para afuera.
 
Con Obama, más vigilancia
 
Las revelaciones de Snowden demuestran que en la administración Obama continúan e incluso se amplían los programas de vigilancia y control aplicados por George W. Bush luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Recordemos que no ha sido derogada y sigue vigente la ley denominada US Patriot Act, aprobada por el Congreso a petición de Bush, que “autoriza al gobierno norteamericano a suspender el habeas corpus, interceptar comunicaciones efectuadas por medios electrónicos o telefónicos, modificar la designación de jueces, realizar espionaje en voice-mails, recabar información de inteligencia en el exterior, aplicar sanciones comerciales, realizar el espionaje financiero en cuentas bancarias privadas de cualquier individuo sospechoso, tanto en Estados como en el exterior, levantar el secreto bancario, establecer restricciones para viajar a Estados Unidos, etc.” [5]
 
El gobierno de Obama, amparado en órdenes judiciales dispuestas por la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA, por sus siglas en inglés), permitió a la Agencia de Seguridad Nacional recopilar durante dos años los registros electrónicos de millones de clientes de la compañía de comunicaciones Verizon, una de las más grandes del país, según informó el periódico The Guardian del 27 de junio de 2013, basado en los  documentos filtrados por Snowden. [6]
 
Las informaciones de Snowden confirman lo que hace tres años diera a conocer China en un informe sobre derechos humanos en Estados Unidos, en el que advertía que la libertad de los estadounidenses de acceder a información o distribuirla está estrictamente controlada, mencionando que la Agencia de Seguridad Nacional empezó, desde 2001, a controlar las comunicaciones instalando equipos especializados de escucha e interceptando teléfonos, estableciendo 25 centros de escucha en ciudades como San Diego, Los Ángeles, Chicago, Seattle. [7] Las estrategias que en principio se empleaban para vigilar a ciudadanos de origen árabe, pronto se hicieron extensivas para millones de estadounidenses de otras procedencias. Cabe agregar que la NSA construye, a un costo de 1500 millones de dólares, dos enormes centros de almacenamiento de datos en Camp Willams (Utah) y en San Antonio destinados a la “vigilancia cibernética”,  que entrarían a funcionar en septiembre de 2013, según el documento chino.
 
Militarización del ciberespacio
 
Durante el gobierno de Obama se ha avanzado en la militarización del ciberespacio que es concebido como uno de los ejes prioritarios en el marco de la estrategia militar estadounidense de control y dominación mundial. Para este efecto, en octubre de 2009 comenzó a operar el Comando Cibernético de Estados Unidos en el que participan las distintas fuerzas de tarea y que desplegará operaciones defensivas y ofensivas en el ciberespacio. Este último es concebido por los militares estadounidenses como un espacio en el que se desarrolla un combate y que  tiene que ser dominado por Estados Unidos. [8] El objetivo de las fuerzas militares de este país es lograr la superioridad estratégica en el ciberespacio para lo cual Estados Unidos debe atacar, contando con “capacidades ofensivas en el ciberespacio para ganar y mantener la iniciativa”.[9]
 
El ciberespionaje constituye uno de los compontes esenciales de la ciberguerra en la medida en que proporciona conocimientos e inteligencia, aunque el riesgo es que puede ser confundido con la preparación de un campo de batalla real, además de que puede ser interpretado como una provocación y causar  agudas tensiones internacionales como las que estamos observando.
 
Según Richard A. Clarke y Robert K.Knake el ciberespionaje es un actividad más fácil, más barata y más fructífera que el espionaje tradicional que se hacía con la infiltración de espías que muchas veces podían ser capturados o venderse al enemigo, el ciberspacio no solo es una nueva técnica, por “el contrario, la velocidad, el volumen, el alcance global de las actividades realizadas en el ciberespacio hacen que el ciberespionaje sea fundamental y cualitativamente diferente de lo que se hacía antes”. [10]
 
Creada en 1952, por el presidente Harry S. Truman,  la NSA tiene decenas de años de experiencia en la vigilancia de señales de radio y llamadas telefónicas, al igual que la CIA y el  Buró Federal de Investigación (FBI). Cuando apareció Internet y se extendió su utilización, la NSA también extendió sus acciones al nuevo medio electrónico. Esto escriben los norteamericanos  Clarke y Knake: “Repleta de doctores e ingenieros eléctricos, la NSA se convirtió, sin hacer ruido, en el primer centro mundial en todo lo referente al conocimiento del ciberespacio. Sin alterar datos o causar daños o trastornos, operaciones para los que no estaba autorizada, la NSA infiltró por completo la infraestructura de Internet fuera de Estados Unidos para espiar entidades extranjeras”.[11]
 
Julián Assange, el creador de Wikileaks que ha difundido miles de documentos secretos de Estados Unidos y que se encuentra asilado en la embajada ecuatoriana en Londres desde hace un año, señala que Internet, que estaba llamada a constituirse en un espacio civil, ha devenido en un espacio militarizado. [12] “Actualmente hay una militarización del ciberespacio, en el sentido de una ocupación militar. Cuando uno se comunica en Internet, cuando uno se comunica por un teléfono móvil, que ahora está ligado a Internet, estas comunicaciones son interceptadas por los servicios de información militar”.
 
Cabe señalar, sin embargo,  que  todavía el ciberespacio es un campo en disputa, en el que actúan las fuerzas del imperio y de las élites empresariales, políticas y militares  mundiales que tratan de controlarlo y moldearlo de acuerdo a sus intereses y visiones mercantiles y militaristas, pero también están presentes redes y proyectos  que resisten al capitalismo depredador y proponen proyectos emancipatorios, promueven la paz y la transparencia democrática.  Las actuaciones de gente como Assange, Snowden, Bradley Manning indican, así mismo,  que los aparatos de seguridad de la potencia mundial  son vulnerables y  contribuyen a que salga a luz mucha información que pretende ser ocultada precisamente porque violan los derechos humanos de las personas y el derecho internacional.
 
Vigilancia global
 
Las autoridades de Estados Unidos tratan de minimizar las reacciones internacionales  sobre el ciberespionaje,  dicen que todos los países lo practican   y que   está justificado por la necesidad de proteger a la nación de las amenazas terroristas. Sin embargo varias evidencias indican que el espionaje no se dirige solo contra los potenciales terroristas  sino contra activistas sociales , países amigos y enemigos, mandatarios y ciudadanos en general, embajadas, lo cual viola la Declaración Universal de los Derechos Humanos    (Art 12) [13] , el derecho internacional y la propia Constitución de Estados Unidos.
 
Según Julián Assange nos encontramos ante un nuevo patrón tecnológico de espionaje que permite interceptar y almacenar todas las llamadas telefónicas,  correos electrónicos, mensajes de voz y texto, etc. de un determinado país. En esta actividad intervienen centenares de empresas privadas que ofrecen sus servicios a los estados, lo que también es motivo de preocupación por el indebido uso que pudieran hacer de los datos de las personas e instituciones, además de que, muchas veces, no están sujetas a ningún tipo de control democrático.  
 
 En entrevista concedida al periodista Santiago O`Donnell de Página 12 de Argentina (09-23.12), Assange señala que es mucho más barato tener archivos permanentes de poblaciones enteras que ubicar y seguir a determinados individuos. “Mejor que todos sean el blanco que tener que discriminar”. Más adelante, cuando se requiera los datos de una determinada persona se puede recurrir al archivo permanente, rastrear los datos de esa persona, encontrarlo fácilmente y seguir su rastro, de acuerdo a las apreciaciones de Assange.
 
Se acabó la privacidad
 
Otro elemento que se desprende de las denuncias de Snowden es la estrecha colaboración de las gigantes de Internet con los organismos de espionaje de Estados Unidos. Como ha mencionado Snowden, la NSA, a través del programa PRISM, tendría acceso a las bases de datos de Google, Facebook, YouTube, Skpe, AOL, Yahoo, Apple, Microsoft.
 
Esto tiene serias repercusiones para decenas de millones de personas de todo el mundo que han confiado sus datos personales a estas empresas globales de Internet a cambio del acceso gratuito a las distintas aplicaciones que éstas ofrecen como correo electrónico, chats, blogs, redes sociales, etc. Pero de  hoy en adelante,  tenemos la certeza (y ya no solo la sospecha) que  ningún usuario de estas empresas y redes puede estar seguro y confiado, las informaciones, fotos, mensajes y metadatos  (con excepción de las que se encuentran encriptadas) que circulan  en Internet pueden ser interceptadas y controladas a través de las tecnologías de identificación, vigilancia e investigación.
 
En relación a Google, el motor de búsqueda más grande del planeta, Julian Assange, en  entrevista con el periodista Jorge Gestoso, dijo que cuando uno hace una búsqueda en Google, éste lo registra permanentemente, agregando que “Google te conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Google recuerda lo que estuviste buscando hace dos días, hace tres horas. Google sí lo recuerda, te conoce incluso mejor que tu mamá”.[14] Esa información es almacenada por Google, pero también es interceptada por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), al pasar por Estados Unidos, según Assange.   [15]
 
En el caso de Facebook, que para octubre de 2012 contaba con 1000 millones de usuarios (quizá una de las bases de datos más grande del mundo), se habría convertido en una de las canteras más importantes para los espionajes de todo tipo.   "Facebook es algo que uno jamás imaginó, incluso por las peores naciones espías, dada la riqueza y sofisticación en la expresión de sus relaciones", señala Julián Assange,[16] agregando que plataformas como Google y Facebook, "que se iniciaron, predominantemente, como un servicio al público, también han desarrollado proyectos para colaborar con la inteligencia de EE.UU.”[17]
 
Vale recordar que el 14 de enero de 2008, el investigador británico Tom Hodgkiston denunció en el periódico The Guardian los lazos de la CIA con Facebook, señalando como antecedente, que la comunidad de inteligencia de Estados Unidos creó en 1999 su propio fondo de capital de riesgo denominado In-Q-Tel que “identifica y acompaña a las compañías en el desarrollo de tecnologías de punta para distribuir esas soluciones a la CIA y al grueso de la comunidad de inteligencia de EE.UU. para sus próximas misiones”. [18] Inversionistas ligados a este fondo como Jim Breye y Howard Cox habrían puesto parte del capital semilla de 40 millones de dólares que permitió el desarrollo de Facebook, según el periodista británico.

Tanto Google, como Facebook y Microsoft, para tratar de aplacar la desconfianza que se ha generado a raíz de las revelaciones de Snowden, han dado conocer un número parcial de solicitudes de vigilancia de sus usuarios que han recibido de los organismos de inteligencia de Estados Unidos.  En el caso de Facebook, serían entre 9.000 y 10.000 solicitudes en el segundo semestre de 2012, relacionadas con entre 18.000 y 19.000 cuentas de sus usuarios. Y en el caso de Microsoft, de junio a diciembre de 2012, serían entre 6.000 y 7.000 solicitudes de vigilancia. [19]
 
Europa: Otra vez espiada…y sometida
 
A propósito del caso Snowden , algunos medios dan a entender que el espionaje global de Estados Unidos es reciente. Pero éste es un asunto de vieja data.
 
No está demás revisar algunos datos históricos. En la década del 60 del siglo pasado, en plena “guerra fría” y cuando todavía no se había inventado Internet, Estados Unidos y el Reino Unido lanzaron los primeros satélites para espiar al “enemigo comunista”, y de paso hacer un levantamiento de los recursos naturales del planeta.
 
Pero la intención de estas dos potencias no era solo  vigilar a la URSS y los países socialistas de ese entonces, sino “dominar completamente las comunicaciones gubernamentales, diplomáticas, militares y civiles en todo el mundo”, según escribe el periodista español Nacho García Mostazo.[20] 
 
Y con este último propósito,  Estados Unidos y el Reino Unido impulsaron un programa ultrasecreto, denominado Echelon, consistente en una red de estaciones equipadas con gigantescas antenas parabólicas para interceptar las comunicaciones satelitales. La información recogida se almacenaba en computadores que automáticamente procesaban la misma mediante la utilización de palabras claves.
 
Echelon, en la década de los ochenta, se amplió con la incorporación de otros países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, permitiendo que el proyecto de espionaje contara con nuevas antenas y bases.
 
Cuando cae el muro de Berlín e implosiona la Unión Soviética en los primeros años 90 del siglo pasado, la red de espionaje no se desmantela sino que se reorienta en función del espionaje económico sobre todo en beneficio de Estados Unidos. [21] 
 
El Parlamento Europeo,  a mediados de 2001,  hizo una exhaustiva investigación sobre la red Echelon, señalando que esta red global de espionaje suponía un verdadero peligro para la esfera privada de los ciudadanos y para la economía mundial. Sin embargo, ningún Estado de la Unión Europea tomó medidas para impedir el espionaje masivo de las telecomunicaciones, según el periodista García Mostazo. [22]
 
Luego vinieron los atentados del 11 de septiembre de 2011 y Estados Unidos arrastró a varios países de la Unión Europea a sus aventuras militares en Afganistán e Irak a pretexto de “la lucha contra el terrorismo” quedando olvidada y sepultada la denuncia del parlamento europeo.
 
Ahora, 12 años después,  con las denuncias periodísticas, basadas en los documentos de Snowden, en el sentido de que la NSA ha lanzado operaciones de espionaje, masivas y sistemáticas, en Alemania, Francia y la Unión Europea, nuevamente han sonado las alarmas, y desde Berlín, París y otras capitales europeas se pide explicaciones a Washington señalando que resulta inaceptable que “nuestros amigos de Estados Unidos miren a los europeos como enemigos”.  
 
Evo secuestrado en Europa
 
Cuando se pensaba que esta vez los gobiernos de la Unión Europea afectados por el espionaje estadounidense iban a tomar medidas en serio para frenar los atentados a la privacidad de sus ciudadanos y de sus empresas, sucede un hecho que evidencia que las “protestas europeas” son solo palabras y que no solo no se atreven a desafiar el poder norteamericano sino que están sometidos a éste y se prestan para sus maniobras, según varios analistas.  
 
El 2 de julio, Francia, Portugal e  Italia negaron el acceso a su espacio aéreo del avión en el que viajaba el presidente Evo Morales,   quien regresaba de Moscú a Bolivia, sospechando que en la aeronave viajaba Snowden. Ante la imposibilidad de pasar por Francia, el avión de Morales tuvo que regresar y aterrizar de emergencia en Austria. En este momento, España se sumó a la posición de los tres países, y su embajador en Austria intentó revisar el avión, lo que fue firmemente rechazado por Morales. Solamente cuando se supo que Snowden no se encontraba en el avión, y, sobre todo por la presión internacional, estos países levantaron la prohibición ofreciendo explicaciones contradictorias.
 
Este hecho, sin precedentes en la diplomacia internacional, fue calificado por el canciller boliviano David Choquehuanca como un acto de discriminación y de chantaje a su gobierno, señalando que se ha puesto en riesgo la vida del presidente. Por su lado, el vicepresidente Álvaro García  Linera denunció desde La Paz que Morales estaba secuestrado por el imperialismo en Europa porque no se le permite atravesar por el espacio europeo.
 
Linera señaló que detrás de estas actuaciones está Estados Unidos, y que algunos países de Europa,  “cual colonias de un imperio decadente”, han caído en la actitud de seguir el paso y de obedecer instrucciones ajenas. [23] “Hoy los países coloniales ya no están en América Latina, hoy encontramos países colonizados en Europa, que acatan en contra de los preceptos democráticos y preceptos  internacionales las imposiciones abusivas de una potencia extranjera”, agregó García Linera, mientras en América Latina se extiende una ola de condenas de gobiernos progresistas, parlamentos, movimientos sociales y organismos internacionales (UNASUR, ALBA, OEA) que permiten vislumbrar que las relaciones  Europa – América Latina van a tener un serio tropiezo en el futuro.
 
Espionaje contra Ecuador
 
Tras filtrar en Hong Kong los primeros documentos secretos a The Guardian y al Washington Post, Edward Snowden, intentando escapar de la persecución del gobierno de Estados Unidos, viajó a Moscú con un salvoconducto entregado por el cónsul ecuatoriano en Londres, Fidel Narváez, [24] en cuyo aeropuerto se encuentra en una situación todavía incierta, luego de que Estados Unidos anulara su pasaporte e intensificara las presiones para que sea entregado a Estados Unidos, donde le esperaría largas condenas o incluso la pena de muerte.
 
Edward Snowden envió una carta al presidente Rafael Correa en la que pedía asilo a Ecuador,  país que, en los últimos años, se ha convertido en lugar de refugio de miles de personas que huyen de los conflictos armados, mayoritariamente procedentes de Colombia.  Posteriormente, Snowden pidió asilo a 21 países más, la mayoría de los cuales comunicaron que no tramitarán su solicitud, quedando desprotegido y en una situación sumamente difícil en el aeropuerto de Moscú.
 
A raíz del anuncio de Ecuador de que estaba considerando la petición de asilo de  Snowden, este país está siendo sometido a enormes presiones, amenazas y chantajes por parte de las más altas autoridades norteamericanas, senadores republicanos,  grandes medios corporativos y “servicios de espionaje”  no identificados  que han intensificado sus labores de interferencia  de las comunicaciones electrónicas de organismos gubernamentales y de altos funcionarios, incluido el canciller Ricardo Patiño. Este último denunció que el 14 de junio  se encontró un micrófono oculto en el despacho de la embajadora de Ecuador en Londres,    Ana Albán, y señaló que hay fundadas sospechas de que pertenece a Surveillance Group Limited, una de las mayores empresas privadas de espionaje del Reino Unido, por lo que pedirá a las autoridades británicas  investigar y determinar quiénes son  los responsables del espionaje.
 
A. Latina: vulnerada y esperanzada
 
Se calcula que un 80 por ciento del tráfico internacional de datos de América Latina pasa por Estados Unidos, lo cual constituye el doble que Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa, de acuerdo al periodista uruguayo Raúl Zibechi. [25]Las comunicaciones electrónicas entre los países latinoamericanos para concretarse deben atravesar primero por los servidores ubicados en Estados Unidos.   Estas comunicaciones son interceptadas por la Agencia Nacional de Seguridad, según le reveló Julián Assange a Página 12 de Argentina.
 
La buena nueva,  en este campo, es que los ministros de telecomunicaciones de la UNASUR, reunidos en mayo de este año en Brasil acordaron crear un mega-anillo de fibra óptica que posibilitará que en el futuro las comunicaciones ya no pasen más por territorio estadounidense. Este anillo que tendrá una extensión de 10.000 kilómetros abaratará costos y hará que las comunicaciones sean más seguras. Tras evidenciarse el espionaje masivo que ejecuta Estados Unidos en las redes, este proyecto cobra una importancia estratégica para los 12 países que conforman la UNASUR en función de alcanzar la independencia y la soberanía tecnológica. Entre tanto todo esto se concreta, se vuelve imperativo la encriptación de las comunicaciones y empezar a desarrollar y utilizar masivamente el software y las plataformas libres puesto que son las grandes transnacionales que monopolizan el software propietario las que dejan abiertas las “puertas traseras” para que algunos servicios de espionaje accedan a las informaciones de los ciudadanos de todo el mundo.
 
 

[2] Barack Obama señala que no se espía el contenido de la información sino que la NSA, a través del proyecto PRSM (prisma) solo colecciona metadatos . ¿Qué son éstos? Se los puede definir como los datos acerca de los datos. Cada vez que enviamos un archivo de texto, imágenes, audio y video, o hacemos una llamada telefónica o visitamos un sitio web, dejamos una huella, un rastro digital que queda registrado. Cuando hacemos una llamada telefónica, por ejemplo, quedan archivados el número al que se llamó, la duración de la misma, por cuáles centrales viajó la comunicación, etc. Estos vendrían a ser los metadatos de la conversación telefónica. A este tipo de metadatos pueden tener acceso la Agencia de Seguridad Nacional en forma oculta y sin nuestro conocimiento. Ver: Alberto Salazar, La metadata que la NSA de EEUU está espiando de todas sus comunicaciones, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=170005, 21-06-2013
 
 
[4] Richard A. Clarke, Robert K.Knake, Guerra en la red, Ariel, Barcelona, 2011, p. 305-306
 
[5] Walter Graciano, Hitler ganó la guerra, DeBolsillo, Buenos Aires, 2005, p. 74
 
[7] Registro de los Derechos Humanos en Estados Unidos durante el año 2009
Consejo de Estado de la República Popular China, en: http://alainet.org/active/36794 , 2010-03-17
 
[8] Op cit. Richard A. Clarke, p. 71
 
[9] Ibid. p.71-72
 
[10] Ibid, p. 302
 
[11] Ibid p. 63
[12] Julian Assange et al, Menace sur nos libertés, Robert Laffont, Paris, 2013, p. 47
 
[13]   El art. 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos señala: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.
 [14]Mapocho Press, Google y EEUU controlan nuestra vida social privada, y mucho más..., http://alainet.org/active/58171, 24-09-2012
 [15] Ibid
 
 
[17] Ibid
 
[18] Tom Hodgkiston , ¿Qué haya detrás de Facebook?, http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=1665, 10-02-2008
 
[20] Nacho García Mostazo, Libertad vigilada, Ediciones B, Barcelona, 2003, p. 18
 
[21]Ibid, p. 21
 
[22]Ibid, p. 21
 
[24] El gobierno ecuatoriano negó haber “autorizado la expedición de ningún salvoconducto o documento de refugiado que permita a Snowden su traslado” a Ecuador, en tanto el presidente Rafael Correa dijo que Narváez entregó el documento a Snowden sobrepasando su autoridad.
 
 


http://www.alainet.org/active/65377

Entrevista a Junior Garcia Aguilera