miércoles, 12 de junio de 2013

Asamblea de la OEA discute tema de las drogas

4 junio 2013  
Drogas
El tema de las drogas en América y las nuevas estrategias para su tratamiento y combate serán los temas principales a discutir en la 43.° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), que se inicia este martes en Guatemala. El análisis se basará en un informe elaborado por un grupo de expertos internacionales, que estudia la situación del continente con respecto a la lucha contra las drogas.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo que el documento que se tratará en la Asamblea “rompe el tabú” de que los temas relacionados con la producción, tráfico, comercio y consumo de drogas no se pueden discutir al más alto nivel. Sin embargo, según el ex ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, “se debe diferenciar entre la drogadicción, el narcotráfico y el crimen internacional”, por lo que el debate debe estar bien enfocado.
Si bien el tema de las drogas es importante para todos los países al tratarse de un delito transnacional, para Jarrín si se habla de drogadicción se trata de un problema de salud en el que se debe tratar sobre la prevención. No así el narcotráfico, que es un “factor geopolítico” que amenaza a los Estados y que aborda otros delitos como el lavado de activos.
El informe ya fue presentado el mes pasado en Colombia. En él se plantean varios escenarios como la despenalización del consumo de marihuana, “considerada en la base de cualquier estrategia de salud pública”. Esta iniciativa se ha visto positivamente entre funcionarios del Gobierno de Ecuador. El ministro del Interior, José Serrano, dijo ayer que la despenalización de drogas en América Latina representaría “un duro golpe al narcotráfico”.
Pero la delimitación del debate sobre este tema en la OEA es necesaria. Para el ex Ministro de Defensa, se corre el riesgo de que no se considere únicamente a la marihuana, sino también a otras drogas más fuertes como la cocaína o la heroína. Por ello, el análisis de la despenalización debería estar centrado en la construcción de políticas de prevención en salud y educación. En tanto, la Secretaría General de la OEA, rectificó el error en la primera edición del informe “El Problema de las Drogas en las Américas”, que adjudicaba erróneamente a Ecuador índices sobre la erradicación de la amapola. Así lo confirmó el organismo.
(Tomado de El Comercio)

Narcos mexicanos se extienden por Centroamérica

narcotrafico-en-mexicoEmbaladas en llantas, avionetas, lanchas rápidas y hasta en submarinos, cientos de toneladas de cocaína pasan a Estados Unidos por el territorio de Centroamérica, aunque en 2012 sólo 85 se decomisaron en esta empobrecida región, también usada para almacenar y procesar drogas.
En menos de 48 horas fueron incautadas esta semana más de dos toneladas en las costas de Panamá. Los carteles mexicanos, principalmente el de Los Zetas -el más sangriento- y el del Pacífico -una alianza entre el de Sinaloa y el del Golfo-, expandieron sus operaciones en el último año en Centroamérica asociados con narcotraficantes locales, sin inmutarse por la captura de cabecillas o de droga.
Militares y policías con apoyo estadounidense decomisaron en 2012 unas 32 toneladas de cocaína en Panamá, 22 en Honduras, 15 en Costa Rica, 13 en Nicaragua, 3,5 en Guatemala y 380 kilos en El Salvador -sin costa caribeña-, según datos de cada país.
Una cifra muy por debajo del enorme flujo que va de Sudamérica, sobre todo de Colombia -principal productor mundial de cocaína-, a Estados Unidos, el mayor consumidor.
“Por Centroamérica se mueve un estimado de 900 toneladas anuales”, por todas las rutas, especialmente por el Caribe hondureño, según cálculos del ministro de Seguridad de Costa Rica, Mario Zamora, dados a la AFP.
Un informe del gobierno de Guatemala cifra en 600 las toneladas de cocaína que van de sur a norte, y agrega que el tráfico “genera anualmente más de 13.320 millones de dólares”.
“En la lucha regional cada país está llevando a cabo su cuota de esfuerzo y sacrificio”, dijo este miércoles a AFP el director del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá, Belsio González, quien comentó que la “creatividad” de los narcos es un reto constante.
Por Centroamérica y México pasa, según informes de Washington, el 90% de la cocaína que consume Estados Unidos.
Guatemala, que comparte con México casi 1.000 km de frontera selvática, y Honduras, sobre todo el Caribe, son los dos principales puntos de tráfico.
Pero casi toda Centroamérica está mapeada de rutas y está desplazando a México como primer frente del tráfico, de acuerdo con un informe de la ONU.
Centroamérica ha registrado además un creciente flujo de capitales del narcotráfico y de precursores químicos para la elaboración de drogas sintéticas como anfetaminas.
Varios laboratorios clandestinos, instalados por narcos mexicanos según las autoridades, fueron desmantelados en el noroeste de Guatemala, y en Honduras.
En un caso muy sonado, el costarricense Alejandro Jimémez, supuesto autor intelectual del atentado en el que murió el trovador argentino Facundo Cabral en 2011, y el empresario nicaragüense Henry Fariñas fueron detenidos y acusados en Guatemala y Nicaragua de liderar redes de apoyo a carteles mexicanos con ramificaciones en toda Centroamérica.
La semana pasada fueron condenados a 30 años 18 mexicanos detenidos en Nicaragua con 9,2 millones de dólares, quienes según investigaciones usaban la fachada de periodistas de la cadena Televisa para llevar y traer dinero y cocaína.
Al estilo de las excentricidades de los capos mexicanos y colombianos, hace poco fue hallado en Honduras un arsenal que incluía un fusil AK-47 bañado en oro, incrustado con esmeraldas y diamantes. Según la Fiscalía, pertenecería a Los Zetas.
En Honduras, con decenas de pistas clandestinas sobre todo en la caribeña región de Mosquitia, el crimen organizado infiltró escandalosamente a la policía. En toda Centroamérica los narcos buscan también comprar a jueces y fiscales, reconocen los gobiernos.
Washington, que tiene a Centroamérica en la lista negra del narcotráfico, propugna una guerra frontal antidrogas, que según los gobiernos de la región ha fracasado.
Según el informe 2012 de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (UNODC), Centroamérica, que sufrió décadas de cruentas guerras civiles, es hoy la zona sin conflicto bélico más violenta del mundo, producto del narcotráfico en alianza con las pandillas.
Cuerpos tirados en lotes baldíos, algunos decapitados -macabro método de los carteles de México-, aparecieron en Honduras en 2012; y en Guatemala hace poco fueron quemadas vivas una fiscal y otras seis personas por luchas territoriales entre Los Zetas y el cartel de Sinaloa, concluyen autoridades.
Según la UNODC, Honduras tiene la tasa más alta de homicidios del mundo, 92 por cada 100.000 habitantes; El Salvador 69 -aunque una tregua entre pandillas redujo considerablemente los asesinatos-; Guatemala 39, Panamá 22; Nicaragua 13 y Costa Rica 10. Hasta el pequeño Belice sufre la locura de la violencia, con 42 homicidios por cada 100.000 habitantes.
“Después de 50 años de guerra contra las drogas, hemos visto que los cárteles han crecido, la producción y el consumo han crecido también y los resultados no son los que estamos buscando”, declaró este miércoles el presidente guatemalteco Otto Pérez en Davos, Suiza.
Hace un año Pérez lanzó su controvertida propuesta de despenalizar la droga, rechazada de plano por Washington. Aunque tampoco contó con respaldo total de sus vecinos, hizo que Centroamérica alzara la voz para pedir una revisión de la estrategia y más recursos a Estados Unidos.
Para el año fiscal 2013 el gobierno de Barack Obama propuso una baja de las ayudas que afecta a Centroamérica (de 100 a 86,2 millones de dólares).
La ayuda “es casi nada” mientras Honduras y el resto de Centroamérica se han convertido en “nido del narcotráfico”, critica el comisionado hondureño de Derechos Humanos, Ramón Custodio.
(Con información de AFP)

La droga mata… y en grandes cantidades



drogasEntre 99.000 y 253.000 muertes se pueden atribuir al consumo de drogas ilícitas, según un informe presentado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) sobre el consumo de estas sustancias.
El informe, presentado el la 56 reunión de la Comisión de Estupefacientes que se reúne hasta este viernes en Viena (Austria), destaca que la mayoría de esas muertes, “que se podrían haber evitado”, fueron casos fatales de sobredosis de personas dependientes de opioides.
No obstante destaca que, en comparación con las estimaciones correspondientes a 2009, no parece haberse producido un cambio importante en la prevalencia ni en el número de personas que usaron drogas ilícitamente en 2010.
Los opioides siguen causando el mayor daño a nivel mundial, a juzgar por la demanda de tratamiento, el consumo de drogas por inyección y las infecciones por el VIH, así como por las muertes relacionadas con las drogas.
Aunque, el informe muestra que en el mapa del uso de drogas, el empleo de sustancias sintéticas y el uso extraterapéutico de medicamentos de venta con receta comienza a despuntar, entre ellos opioides, tranquilizantes y estimulantes de venta con receta que reemplazan las drogas tradicionales, especialmente notable en América del Norte y en Europa.
En 2010 la UNODC calculó que de 153 a 300 millones de personas, es decir, del 3,4 al 6,6% de las personas de 15 a 64 años en todo el mundo, habían consumido ilícitamente una sustancia al menos una vez el año anterior.
“Las nuevas sustancias sintéticas basadas en precursores no sometidos a fiscalización internacional, cuyas posibles consecuencias nocivas han sido poco investigadas, plantean nuevos problemas para la salud pública”, destaca la ONU.
Por el contrario se estabiliza el consumo de drogas ilícitas tradicionales, por ejemplo, de heroína y cocaína, especialmente en América del Norte y Europa, se ven neutralizadas, aunque se observa un uso creciente de esas drogas en partes de África, América del Sur y Asia.
El consumo de estimulantes de tipo anfetamínico sigue aumentando especialmente en África, América Latina y Asia y, en particular, en partes de Asia oriental y sudoriental.
A nivel mundial, el cannabis sigue siendo la droga que más se consume, y cada vez se menciona con más frecuencia en las solicitudes de tratamiento desencadenadas por su consumo y por los trastornos psiquiátricos conexos.

La problemática de las drogas en la Asamblea de la OEA

OEALa problemática de las drogas no debe abordarse como un tema de seguridad sino de salud pública, con acciones de “prevención, tratamiento y rehabilitación” de las personas afectadas, coincidieron las delegaciones de los 34 países participantes de la 43 Asamblea General de la OEA.
El encuentro, que se inauguró este martes 4 en la colonial ciudad guatemalteca de Antigua, culminará el jueves 6 con una declaración final que, se espera, recogerá una postura consensuada sobre las estrategias más viables para combatir el narcotráfico en el continente americano.
Sin embargo y pese a que existe acuerdo en cuanto a que esta situación se debe abordar desde la salud y no con enfoque de seguridad como ocurre ahora en la mayoría de los países, el borrador de la Declaración Antigua de la Asamblea General de la OEA (Organización de los Estados Americanos) no contempla acciones concretas y ni siquiera una hoja de ruta mínima a seguir.
El tema que sigue siendo contencioso y que los cancilleres deberán resolver antes del cierre de este jueves 6 es el mecanismo de seguimiento que deberá implementarse.
Actualmente, 14 países proponen que el Consejo Permanente de la OEA convoque a un período extraordinario de sesiones de la Asamblea, que se celebrarían en 2014 también en Guatemala, con el objetivo de avanzar en el debate sobre nuevas estrategias de combate al tráfico de estupefacientes y diseñar un plan de acciones concretas a desarrollarse de 2016 a 2020.
Bajo esta propuesta, la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) se encargaría de los trabajos preparativos de la reunión.  Pero el resto de los 20 países restantes rechazan la propuesta, entre ellos Estados Unidos, que está a favor de seguir debatiendo la cuestión de las drogas pero que se opone a la celebración de una asamblea extraordinaria y a que intervenga la Cicad.
Canadá propone en concreto que el Consejo Permanente de la OEA en vez de la Cicad determine cómo darle seguimiento al tema. Otra novedad es la incorporación de “una perspectiva transversal de derechos humanos” y un enfoque de género a las políticas públicas que se diseñen a raíz de la cumbre con el propósito de reducir la demanda y la oferta de drogas ilegales.
Sabor a poco Sandino Asturias, director del Centro de Estudios de Guatemala (CEG), dijo a IPS que el consenso sobre la necesidad de tratar el tema del narcotráfico como un problema de salud y no de seguridad pública refleja un cambio en el abordaje de este flagelo, incluso por parte de Estados Unidos, ya que lleva implícita la admisión de que el combate armado al narcotráfico ha sido un fracaso.
En México, durante la presidencia del conservador Felipe Calderón (2006-2012), se registraron más de 83.000 asesinatos relacionados con el crimen organizado, según cifras oficiales, sin que la demanda de drogas por parte de los países consumidores, como Estados Unidos, se haya reducido, motivo por el cual existe un creciente consenso entre los gobiernos latinoamericanos de que es hora de pensar en nuevas estrategias.
“Algunos países de América Latina han ido haciendo presión y la idea de que Washington sólo exige mientras que la región debe cumplir, empieza a cambiar. Me parece que ha habido una evolución a partir de la llegada al gobierno de (Barack) Obama en el sentido de ser más autocríticos”, manifestó Asturias.
El experto sinaloense David Martínez-Amador, del Proyecto Criminova México, destacó que el enfoque de salud “se haya puesto en la mesa del debate”, pero criticó el hecho de que no se hayan acordado políticas concretas ni sanciones al uso de los ejércitos en la lucha antidrogas.
“Como en la mayoría de estos foros, la conclusión es motivar y esperar que la discusión continúe en espera de la reunión extraordinaria y, con ello, se pierde el tiempo”, advirtió Martínez-Amador en conversación con IPS.
Varios países están dando pasos hacia la implementación de marcos regulatorios para la producción legal de la marihuana, entre ellos Argentina, España, Portugal y en particular Uruguay, donde el parlamento, impulsado por el gobierno izquierdista del Frente Amplio, analiza un proyecto de despenalización al respecto.
“Este foro es eso, un foro, pero cuando las luces se apagan cada país está obligado a construir sus propias rutas”, dijo el especialista mexicano.  Pérez Molina quiere “pasar la página” Cuando el presidente anfitrión esta semana de la Asamblea de la OEA, Otto Pérez Molina, propuso a comienzos de 2012 legalizar las drogas, la sorpresa fue mayúscula.
Es que en la campaña electoral se había pronunciado en contra de esa idea y días después de que asumiera el 14 de enero de ese año el gobierno creó una dirección especial de lucha contra el narcotráfico, una especie de zar antidrogas, y confirmó al frente del combate al Comando Kaibil, la unidad de elite del ejército acusada de las peores violaciones a los derechos humanos en el pasado.
Por ello nadie, ni siquiera su propio gabinete, podía vaticinar que un mes después este general retirado que llegó a la Presidencia de Guatemala con la promesa de combatir la criminalidad con estrategias de “mano dura” afirmara que había llegado la hora de considerar la despenalización como una posible solución a la creciente ola de violencia asociada al narcotráfico.
Posteriormente, en abril de 2012, volvió a poner el tema sobre la mesa durante la Cumbre de las Américas en la ciudad colombiana de Cartagena, aunque Estados Unidos respondió con una previsible negativa. Se han planteado diversas hipótesis sobre cuáles podrían ser las motivaciones de Pérez Molina al enarbolar el tema de la despenalización de las drogas.
Poco después de conocido su planteo, la revista británica The Economist publicó que el mandatario guatemalteco trataba de obtener más fondos de Estados Unidos, mientras que Natalie Kitroeff, investigadora del neoyorkino Council on Foreign Relations, dijo que buscaba presionar para que se levantara el embargo de armas que existe desde 1978 sobre este país debido a las violaciones de derechos humanos cometidas durante el conflicto armado interno (1960-1996).
“Al presidente lo mueve la imagen. (Pérez Molina) quiere ser visto a nivel internacional como alguien comprometido con la democracia y no con su pasado”, sostuvo Asturias.  Esta cumbre le permite “pasar la página” tras el polémico juicio del exdictador Efraín Ríos Montt, durante el cual un testigo señaló directamente a Pérez Molina de haber participado en masacres en el departamento altiplánico de Quiché, cuando comandaba la Fuerza de Tarea Gumarcaj, subrayó.
(Con información de Agencias)

Entrevista a Junior Garcia Aguilera