Aunque
los importantísimos yacimientos de gas de Siria no parezcan tener hoy el
mismo valor que hace 12 años, momento en que se planificó la guerra
contra ese país, no es menos cierto que siguen siendo un factor
invisible del conflicto. La Comisión Económica de la Coalición de la
oposición externa siria se ha dedicado esencialmente a la repartición
del gas que se haría entre los aliados después de la caída del Estado
sirio. Pero, como ese momento no acaba de llegar, las grandes potencias
van a tener que revisar sus apuestas.
Tiempos de cambios: Estados Unidos, Latinoamérica y Cuba ante los problemas de Seguridad Global
martes, 24 de septiembre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
Las armas y la muerte
“Prefiero despertar en un mundo donde Estados Unidos
sea proveedor del cien por ciento de las armas mundiales”
Lincoln
Bloomfield, funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos
I
Cuando nuestros ancestros
descendieron de los árboles y comenzaron a caminar erguidos en dos patas hace
dos millones y medio de años, por vez primera en la historia fabricaron un
objeto, un elemento que trascendió la naturaleza. Ese inicio de la humanidad
estuvo dado, nada más y nada menos, que por la obtención de una piedra afilada;
en otros términos: un arma. ¿Es que
la historia de nuestra especie está signada entonces por ese inicio? ¿Las armas
están en el origen mismo del fenómeno humano?
Sí, sin ningún lugar a dudas. La
violencia es humana, no es un “cuerpo extraño” en nuestra constitución. Ahora
bien: ¿cómo fuimos pasando de la agresión necesaria para la sobrevivencia a la
violencia humana, al desprecio del otro, a la industria de la muerte actual? La
organización en torno al poder igualmente es humana; los animales, más allá de
sus mecanismos instintivos de supervivencia, no ejercen poderíos. Nosotros sí.
En esa dialéctica (¿quién dijo que un “blanco” vale más que un “negro”, o que
una mujer es “menos” que un varón?..., pero esa dialéctica marca nuestras
relaciones), el uso de algo que aumente la capacidad de ataque es vital. Lo fue
en los albores, como necesidad para asegurar la lucha por la sobrevivencia (la
piedra afilada, el garrote, la lanza), y lo sigue siendo hoy día. Ahora bien:
las armas actuales en modo alguno están al servicio de la supervivencia biológica;
las armas actuales, desde que conocemos que la historia dejó de ser la pura
sobrevivencia en alguna caverna y en constante lucha con el medio ambiente
natural, las armas de las sociedades de clases, entonces, están al servicio del
ejercicio del poder dominante, desde la más rústica espada hasta la bomba de
hidrógeno.
Sigmund Freud en su senectud,
como reflexión más filosófica que como formulación de la práctica clínica, con
la sabiduría que puede conferir toda una vida de aguda meditación, habló de una
pulsión de muerte: retorno a lo inanimado. De allí que el psicoanálisis pueda
hablar de un malestar intrínseco a toda formación cultural, a toda sociedad:
¿por qué hacemos la guerra? Se podrá decir que la organización social
vertebrada en torno a las clases sociales lleva inexorablemente a ellas (y por
tanto, a la producción de armas). Queda entonces en pie la pregunta: ¿pero por
qué el ser humano construyó esas sociedades estratificadas y guerreristas y no,
por el contrario, organizaciones horizontales basadas en la solidaridad? El
socialismo es la propuesta que apunta a construir esas alternativas. ¿Lo
lograremos alcanzar? ¿Será realizable lo que proponía el subcomandante Marcos
en Chiapas: “tomamos las armas para
construir un mundo donde ya no sean necesarios los ejércitos”, o la pulsión
de muerte nos arrastrará antes a la autodestrucción como especie?
Salvo poquísimas,
insignificantemente pocas armas fabricadas para el ámbito de la cacería, la
parafernalia armamentística con que hoy contamos los seres humanos está
destinada al mantenimiento de las diferencias de clases. Es decir: seres
humanos matan a otros seres humanos para mantener su poder, y básicamente, para
defender la propiedad privada, para saquear a otros en nombre de la apropiación
privada. Y también para “resolver” conflictos de la cotidianeidad. Los
desquiciados que alguna vez, armas en mano, matan a otros congéneres como suele
suceder con bastante frecuencia en Estados Unidos, no es la pauta dominante.
Las armas están para otra cosa: ¿se fabrica un tanque de guerra o una mina
antipersonal para cazar lo que luego nos comeremos? Obviamente no.
Contrariamente al espejismo con
que –por error o por mala intención– se presentan las armas como garantía de
seguridad, es por demás evidente la función que en verdad cumplen en la
dinámica social: son la prolongación artificial de nuestra violencia. ¿De qué
estamos más seguros teniendo armas? Quienes nos matan, mutilan, aterrorizan,
dejan secuelas psicológicas negativas e impiden desarrollos más armónicos de
las sociedades son, justamente, las armas. O, dicho de otro modo, somos seres
humanos que hacemos todo eso valiéndonos de esos instrumentos a los que
llamamos armas, desde una pistola hasta un submarino con carga nuclear.
Pero las armas no tienen vida por
sí mismas, claro está. En realidad, son ellas la expresión mortífera de las
diferencias injustas que pueblan la vida humana, de la conflictividad que
define nuestra condición. Son los seres humanos quienes las inventaron, perfeccionaron,
y desde hace un tiempo con la lógica del mercado como eje de la vida social, quienes
las conciben como una mercadería más (¡vaya mercadería!).
Y somos nosotros, los seres
humanos organizados en sociedades clasistas hondamente marcadas por el afán de
lucro económico individual que el capitalismo dominante en estos últimos siglos
impuso, quienes transformamos el negocio de las armas (que es lo mismo que
decir: el negocio de la muerte) en el
ámbito más lucrativo del mundo moderno, más que el petróleo, el acero o las
comunicaciones.
II
Cuando hoy decimos “armas” nos
referimos al extendido universo de las armas de fuego (aquellas que utilizan la
explosión de la pólvora para provocar el disparo de un proyectil), el cual
comprende un variedad enorme que va desde lo que se conoce como armas pequeñas (revólveres y pistolas
–las más comunes–, rifles, carabinas, sub-ametralladoras, fusiles de asalto, ametralladoras
livianas, escopetas), armas livianas (ametralladoras pesadas, granadas de mano,
lanza granadas, misiles antiaéreos portátiles, misiles antitanque portátiles,
cañones sin retroceso portátiles, bazookas, morteros de menos de 100 mm.), a
armas pesadas (cañones en una enorme diversidad con sus respectivos
proyectiles, bombas, explosivos varios, dardos aéreos, proyectiles de uranio
empobrecido), y los medios diseñados para su transporte y operativización
(aviones, barcos, submarinos, tanques de guerra, misiles), a lo que hay que
agregar minas antipersonales, minas antitanques, todo lo cual constituye el
llamado armamento convencional. A ello se suman las armas de destrucción
masiva, con poder letal cada vez mayor: armas químicas (agentes neurotóxicos,
agentes irritantes, agentes asfixiantes, agentes sanguíneos, toxinas, gases
lacrimógenos, productos psicoquímicos), armas biológicas (cargadas de peste, fiebre aftosa, ántrax), armas
nucleares (con capacidad de borrar toda especie de vida en el planeta).
Siendo amplios en la definición,
si hoy día los teóricos de la guerra pueden hablar de una “guerra de cuarta
generación” sin derramamiento de sangre, pero conflicto que da resultados aún
más promisorios para el ganador que todas aquellas armas que provocan muerte y
destrucción, habría que hacer entrar allí la enorme batería de instrumentos que
permiten esta guerra “en las mentes”, guerra mediática y psicológica. ¿Son
también los medios de comunicación, en toda su amplísima gama, parte de ese
arsenal? En algún sentido, sí: computadoras, internet, televisores y teléfonos
inteligentes son “armas” que sirven no para matar, pero sí para neutralizar al
enemigo. El tema es complejo, y al menos dejémoslo planteado como interrogante.
¿Cómo hemos llegado a una guerra “sin efusión de sangre” pero más victoriosa
que cualquier invasión militar?
Toda esta cohorte de máquinas de
la muerte en modo alguno favorece la seguridad; por el contrario, constituye un
riesgo para la humanidad. El mito de la pistola personal para evitar asaltos y
para conferir sensación de seguridad es solamente eso: mito. En manos de la población
civil, muy rara vez sirve para evitar ataques; en general, sólo ocasionan
accidentes hogareños. Y en manos de los cuerpos estatales que detentan el
monopolio de la violencia armada, los arsenales crecientes –cada vez más
amplios y más mortíferos– no garantizan un mundo más seguro sino que, por el
contrario, hacen ver como posible la extinción de la humanidad (de liberarse
todo el potencial bélico atómico con que cuentan las fuerzas armadas de la
actualidad, la onda expansiva llegaría hasta la órbita de Plutón haciendo
fragmentar completamente el planeta Tierra, y pese a ese extraordinario poder
de disuasión, no estamos más seguros, sino justamente todo lo contrario). ¿Por
qué los misiles nucleares estadounidenses serían “buenos” (¿pacíficos?) y los
de Corea del Norte o los de Irán no?
No obstante la cantidad de vidas
cegadas y el dolor inmenso que producen estos ingenios infernales que la
especie humana ha inventado, la tendencia va hacia el aumento continuo de su
producción y hacia el perfeccionamiento en su capacidad destructiva. Así
entendidas las cosas, no puede menos que decirse que el negocio de la muerte
crece. Crece, y mucho, porque es rentable. ¿Se entiende el sentido de la tesis
freudiana entonces?
III
El negocio de
las armas no se parece a ningún otro. Debido a su relación con la seguridad
nacional y la política exterior de cada país, funciona en un ambiente de alto
secretismo y su control no está regulado por la Organización Mundial del
Comercio, sino por los diferentes gobiernos. En general –y esto es lo preocupante–
los gobiernos no siempre están dispuestos o son capaces de controlar las ventas
de armas de forma responsable. Asimismo, lo más frecuente es que las legislaciones
nacionales en la materia, si la hay, sean inadecuadas y estén plagadas de
vacíos legales. Además, los mecanismos existentes no son obligatorios y apenas
se aplican. ¿Quién de quienes ahora puedan estar leyendo este texto conoce en
detalle cuántas y cuáles armas dispone el gobierno del país en que vive?
¿Alguna vez fue informado de ello? Muchos menos aún: ¿alguna vez se le consultó
algo al respecto?
El negocio de las armas no es
transparente. Por no ser de conocimiento público se maneja con extrema cautela
sin estar sujeto casi a ninguna fiscalización. Por eso, las diversas
iniciativas internacionales de la post Guerra Fría para fiscalizar este tipo de
transacciones han resultado inútiles. Los intereses económicos, políticos y de
seguridad hacen de este rubro un sector misterioso y peligroso, intocable en
definitiva.
Desde el año
1998 los gastos en armas han comenzado una tendencia alcista después de haber
llegado a su nivel más bajo en la era de la post Guerra Fría. En el 2000 éstos
fueron de alrededor de 798.000 millones de dólares (25.000 dólares por segundo);
a partir de allí comenzaron a trepar aceleradamente, y la fiebre antiterrorista
desatada después del 11 de septiembre del 2001 los ha catapultado en forma
espectacular, sobrepasando ampliamente el billón de dólares anual. Por lejos,
hoy en día constituyen el rubro comercial más infinitamente rentable entre
todos, el que más volúmenes de dinero mueve y el que más rápido crece en
términos de investigación científico-técnica.
En el campo de
las armas todo es negocio, tanto fabricar un submarino nuclear como una
pistola. Incluso las llamadas armas pequeñas, con un poder de fuego más bajo
que otras de las tantas armas que llegan al mercado, son un filón especialmente
rentable. Más de 70 países en el mundo fabrican armas pequeñas y sus municiones,
y nunca faltan compradores, tanto gobiernos como personas individuales
(fundamentalmente varones). Las ventas directas de armas pequeñas (pistolas,
revólveres y fusiles de asalto) a otros gobiernos o entidades privadas
corresponden al 12 % de las ventas totales de armas en todo el planeta. El
resto está provisto –¿astucias de la razón o burlas de la historia? diría Hegel–
por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas,
aquellos que se encargan (¿se encargan?) de la paz y seguridad del mundo: Estados
Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia y China. Estados Unidos es en la
actualidad el principal productor y vendedor mundial de armamentos, de todo
tipo, con un 50 % del volumen general de ventas (aunque el sueño de más de
algún funcionario de Washington, como lo dice nuestro epígrafe, sea aumentar
ese porcentaje).
Ante todo esto:
¿qué hacer? ¿Comprarnos una pistola para defendernos? Apelar a campañas de
desarme y de no uso de armas, al menos las pequeñas (pistolas y revólveres), es
loable. Pero vemos que eso no alcanza para detener el crecimiento de un negocio
poderosísimo. Apelar a la buena conciencia y al fomento de la no violencia es
una buena intención, pero difícilmente logre su cometido de terminar con las
armas ¿Con eso detendremos a multinacionales de poder casi ilimitado como Lockheed
Martin, Raytheon, IBM, General Motors?, ¿o a gobiernos que basan sus
estrategias de desarrollo nacional en la comercialización de armas? Cada nueva
guerra que comienza (y continuamente está comenzando una) responde a frías
estrategias mercadológicas pensadas en desapasionados términos comerciales.
¿Pulsión de muerte o no?
IV
La lucha contra
la proliferación de las armas es eminentemente política: se trata de cambiar
relaciones de poder. No es posible que los mercaderes de la muerte manejen el
destino humano. No es posible…., pero sucede. Eso es lo que marca la dinámica
internacional. Ahora bien: dado que es así, confiando en que otro mundo sí es
posible, que las utopías son posibles, debemos plantearnos alternativas.
Naturalmente el ser humano, desprovisto de alas, no vuela. Pero gracias a
nuestro inconmensurable deseo de lograrlo ¡ya llegamos al planeta Marte! Y eso
no se detiene. Cada vez, sin alas propias, volamos más lejos. Plantearse las
utopías es lo que nos hace caminar (o volar…, para el caso). Como decía alguna
pintada memorable del Mayo francés de 1968: “Seamos
realistas. Pidamos lo imposible”.
Hoy día la
producción de armas no es un negocio marginal, ligado a circuitos
delincuenciales que se mueven en las sombras: es el principal sector económico de la humanidad. Y como
consecuencia, esto significa que cada minuto mueren dos personas en el mundo
por el uso de algún tipo de arma (casi 3.000 al día, mientras que el siempre
mal definido e impreciso “terrorismo” internacional, si hablamos en términos
estadísticos, produce 11 decesos diarios). Desmontar esta tendencia humana del
uso de armas se ve como tarea titánica, casi imposible: es terminar con la
violencia, es terminar con las injusticias. Y ahí la reflexión freudiana cobra
sentido, en cuanto nos permite ver la magnitud monumental de la temática en
juego. ¿Se trata de luchar contra nuestra naturaleza? ¿Cómo ir contra esta
energía primaria, original?
Que la muerte
sea un destino ineluctable, de raigambre natural incluso, es una elucubración.
Quizá sí (es una hipótesis teórica, y como tal puede servir para explicar el
mundo. O tal vez no, y haya que desecharla); quizá sí, decíamos, y la
destrucción completa del planeta nos espera a la vuelta de la esquina por la
catástrofe termonuclear que podría producirse. Se supone que somos “muy”
racionales, aunque no se sabe qué “loco” puede dar la orden de lanzar el primer
ataque nuclear. ¿No podrá haber errores? Los actos fallidos (apretar un botón
por error, por ejemplo) son lo más normal de nuestra especie. Pero pese a que
la magnitud de la tarea propuesta pueda ser titánica, es absolutamente vital
seguir planteándosela como requisito para la permanencia de la especie, y para
una permanencia más digna. Quizá sea imposible terminar con la violencia como
condición humana, aunque eduquemos para la convivencia tolerante. Los países
más “educados” son los que más hacen la guerra, y con las armas más letales. Pero
es imprescindible seguir luchando contra las injusticias y apuntando a una
convivencia solidaria. Lo contrario es avalar el darwinismo social y la
supervivencia del más fuerte.
Plantear que “otro
mundo es posible” no significa que se terminará la conflictividad, que
viviremos en un paraíso bucólico libre de contradicciones y que el amor sin
límites se derramará generoso sobre todos los habitantes del planeta (¿alguien
se creerá eso todavía?). Pero sí alerta sobre que es necesario apuntar a una
sociedad que se avergüence, y por tanto reaccione, ante el negocio de la
muerte. La causa de la justicia no puede aceptar la muerte como business. ¿O sí? ¿Triunfará finalmente
la pulsión de muerte entonces? Apostemos firmemente porque sí es posible
cambiar el curso de la historia. Si pudimos llegar al planeta Marte y liberar
la energía del átomo, o domesticarnos y dejar de ser animales, ¿no será posible
plantearnos no seguir matándonos?
La oficina de la ONU contra la droga y el delito (ONUDD) modificó un informe mundial que perjudicaba a la Argentina
La
Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito modificó el
Informe Mundial de Drogas del 2013, que mencionaba a la Argentina como
tercer “país de proveniencia de cocaína para casos de incautaciones de
estupefacientes individuales”.
La Sedronar, a través de la Cancillería, gestionó la aclaración que el
organismo internacional publicó lo recientemente en su versión oficial
digital declarando explícitamente “que los datos sobre incautaciones de
droga individual que dispone la Onudd no proporcionan cobertura
universal”, y por ello “se debe tener precaución en la interpretación de
estas cifras y tablas” como es el caso donde ubicaban a la Argentina
como tercero.
Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas de la Sedronar, a cargo de la misma, explicó que “los datos originalmente publicados en el Informe no son ciertos; son falsos porque la información de base es parcial y ello no estaba debidamente aclarado. No todos los Estados miembro de la ONU respondieron a sus requerimientos de información".
En este sentido, el funcionario explicó que "de hecho sólo lo hizo un escaso porcentaje. Por lo tanto, no es cierto que la Argentina sea el tercer remisor de cocaína al mundo. Luego de hacer las gestiones diplomáticas pertinentes, se agregó la aclaración correspondiente acerca de la escasez de la información de base, y la advertencia del cuidado con que las cifras y tablas deben ser interpretadas”.
Después de la gestión de la Cancillería, el director ejecutivo de la ONUDD, Yury Fedotov, procedió a enmendar el Informe en su versión oficial electrónica aclarando donde correspondía la parcialidad de la información, y advirtiendo sobre la forma de interpretarla en cuanto a que la República Argentina sería el tercer Estado más frecuentemente mencionado como país de proveniencia de cocaína, porque “los datos sobre incautaciones de drogas individuales disponibles a la ONUDD no proporcionan cobertura universal. Por lo tanto, la información presentada en estas tablas debe ser interpretada con cautela”.
“Los datos originalmente publicados en el Informe no son ciertos; son falsos porque la información de base es parcial y ello no estaba debidamente aclarado"En el intercambio de notas durante las gestiones efectuadas por el Estado argentino, el propio organismo internacional informó que “en el momento de la preparación del Informe Mundial sobre Drogas 2013, la base de datos contenía registros de aproximadamente 177.000 casos de incautaciones que se hicieron durante el período 1997-2012, de un total de 129 países y territorios”, para los que se contaba con información sobre la proveniencia de los estupefacientes incautados en sólo un 25% de los casos, y que la mayor parte de los datos correspondían a Europa lo que “en particular puede influenciar fuertemente los resultados”.
Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas de la Sedronar
Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas de la Sedronar, a cargo de la misma, explicó que “los datos originalmente publicados en el Informe no son ciertos; son falsos porque la información de base es parcial y ello no estaba debidamente aclarado. No todos los Estados miembro de la ONU respondieron a sus requerimientos de información".
En este sentido, el funcionario explicó que "de hecho sólo lo hizo un escaso porcentaje. Por lo tanto, no es cierto que la Argentina sea el tercer remisor de cocaína al mundo. Luego de hacer las gestiones diplomáticas pertinentes, se agregó la aclaración correspondiente acerca de la escasez de la información de base, y la advertencia del cuidado con que las cifras y tablas deben ser interpretadas”.
Después de la gestión de la Cancillería, el director ejecutivo de la ONUDD, Yury Fedotov, procedió a enmendar el Informe en su versión oficial electrónica aclarando donde correspondía la parcialidad de la información, y advirtiendo sobre la forma de interpretarla en cuanto a que la República Argentina sería el tercer Estado más frecuentemente mencionado como país de proveniencia de cocaína, porque “los datos sobre incautaciones de drogas individuales disponibles a la ONUDD no proporcionan cobertura universal. Por lo tanto, la información presentada en estas tablas debe ser interpretada con cautela”.
Fuente: http://www.telam.com.ar
jueves, 19 de septiembre de 2013
La guerra en Siria: ¿una guerra por la energía?
Mientras prosigue la guerra en Siria, la prensa
dominante, que arremete constantemente contra el Estado sirio, olvida
sin embargo de manera recurrente abordar uno de los aspectos más
importantes de ese conflicto: su vertiente energética, vinculada
fundamentalmente a las reservas de gas [1].
Ese aspecto explica en gran parte el activo respaldo de Rusia, no a la
persona de Bachar al-Assad sino al régimen sirio para evitar su caída ya
que, provocada por una voluntad externa, esta habría de convertirse en
un elemento geopolítico dentro de un dispositivo mucho más amplio y en
gran medida directamente enfilado contra la propia Rusia.
Cuando Rusia empieza a levantarse de nuevo, a partir de los años
2000, se convierte en el principal obstáculo al plan destinado a
apoderarse del control de las vías energéticas entre Europa y Eurasia a
través de los Balcanes, plan que los estrategas estadounidenses habían
trazado y comenzado a poner en práctica fundamentalmente con la guerra
contra Serbia, en 1999.Estados Unidos y la Unión Europea tratarán entonces por todos los medios de diversificar el aprovisionamiento de los países europeos para reducir su potencial dependencia de Moscú. Surge así el proyecto del gasoducto Nabucco, hoy prácticamente abandonado, que consistía en garantizar que Europa se alimentara con el gas proveniente de Azerbaiyán y de Turkmenistán, recurso que transitaría a través de Turquía, evitando el territorio de Rusia y bordeando Grecia. Alrededor de ese proyecto existía un ambicioso plan geopolítico estadounidense que consistía en convertir al aliado turco en eje de un «Medio Oriente ampliado», que habría que remodelar previamente, y en centro regional del tránsito energético entre el Medio Oriente y los Balcanes.
Eso explica el deseo de Estados Unidos de ver a Turquía convertida en miembro de la Unión Europea y en garantizar que ese país se mantenga dentro de la órbita estadounidense, lo cual permitiría a Washington controlar indirecta pero firmemente el aprovisionamiento energético de Europa y, sobre todo, impedir una alianza continental energética euro-rusa, considerada contraria a los intereses de Estados Unidos en Eurasia.
Pero el proyecto Nabucco fracasó porque Turkmenistán se volvió hacia China [2] y Azerbaiyán se acercó por su parte al proyecto ruso denominado South Stream [3]. Desarrollado en 2007, el objetivo de South Stream es permitir a Rusia mantener el control del aprovisionamiento a Europa esencialmente a través del Mar Caspio y de Kazajstán (país miembro de la Unión Aduanera), incorporando a la vez a Serbia, cuya importancia para la Unión Europea en el plano energético será en el futuro tan grande como lo es hoy la de Ucrania. Con la diferencia de que se evitará definitivamente el tránsito por Ucrania para impedir que se reproduzcan los incidentes de 2006 y los cortes del aprovisionamiento a Europa.
A raíz de la quiebra de Grecia a causa de la crisis financiera, Rusia está gestionando la compra del consorcio griego del gas a través de Gazprom. Las negociaciones en ese sentido están detenidas desde que el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió simplemente una advertencia a Atenas contra toda cooperación con Moscú en el sector de la energía y se pronunció contra la venta a Gazprom indicando que ello «permitiría a Moscú reforzar su dominación sobre el mercado energético de la región». A pesar de todo, South Stream incluye una conexión hacia Grecia, lo cual convierte ese proyecto en una especie de puente energético ortodoxo hacia Europa.
La posición de Ankara es actualmente bastante ambigua. Fuertemente vinculada a Rusia en el plano energético a través de Blue Stream, Ankara también aceptó que se estableciese una conexión entre Blue Stream y South Stream. Turquía, que es la segunda potencia de la OTAN, se declaró además candidata a unirse a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS, la alianza política encabezada por China y Rusia), con la que firmó en 2013 una asociación de diálogo con vista a su posterior adhesión. ¿Será ese el inicio de un profundo cambio de dicha alianza?
Siria, actualmente enfrascada en una guerra civil interconfesional entre chiitas y sunnitas, está directamente implicada en dos proyectos de gasoductos vinculados a los ya mencionados proyectos Nabucco y South Stream.
En 2009, Irán, Irak y Siria –siendo los dos primeros países con gobiernos musulmanes chiitas y el tercero con un gobierno laico [4]– emprendieron un proyecto llamado Friendship Pipeline. Este gasoducto transportaría hasta el Mediterráneo el gas iraní destinado a Europa, pero sin pasar por el territorio turco. Ese proyecto, que permitiría a Irán vender su gas a Europa, incluye una extensión hacia el Líbano y, según Roland Lombardi, debía terminar conectándose con el proyecto ruso South Stream. Hay que recordar que Irán, destinado inicialmente a ser el proveedor fundamental de Nabucco, fue rápidamente excluido de este último por razones políticas, sobre todo desde que el derrocamiento de su régimen es visto como una opción cada vez más improbable, ya sea por la fuerza o a través de métodos menos violentos, como el intento de revolución de color iniciado en 2009.
Precisamente en 2009 apareció un proyecto de varios países sunnitas que hubiese podido contar con el aval del Pentágono. El gas qatarí sería enviado a Europa a través de un gasoducto que partiría de Qatar, atravesaría Arabia Saudita y posteriormente Siria hasta llegar a Turquía. Ese proyecto resucitaría el Nabucco, respaldado por turcos y estadounidenses pero abandonado por el momento debido a la ausencia de proveedores confiables. Es evidente que ese proyecto de Qatar es irrealizable sin el derrocamiento de la administración de Bachar al-Assad y sin su reemplazo por un gobierno dócil, lo cual explica las razones que han llevado a cierto número de países a implicarse activamente en el respaldo a la oposición siria [5].
Como puede verse el punto sobre el cual se focaliza toda esta competencia entre los productores de gas es la Unión Europea, enorme y solvente mercado cuyo consumo de gas debe seguir creciendo a pesar de la crisis.
Más que nunca, los acontecimientos tendrán que producirse en el Mediterráneo, donde nuevos actores están a punto de aparecer en el mercado [6]. Israel y Chipre han descubierto reservas muy importantes de gas en las aguas de sus zonas económicas exclusivas y deben convertirse a mediano plazo en importantes exportadores. Y es posible que los descubrimientos de yacimientos de gas en la cuenca del Mediterráneo oriental estén solamente comenzando porque el Líbano y Siria al parecer disponen también de importantes reservas.
Para la exportación de esos nuevos recursos existen dos soluciones que ya están enfrentándose y en las que se entremezclan comercio y geopolítica. Estados Unidos es partidario de una red de gasoductos que alimentarían Europa a través de Turquía y ya se han iniciado las presiones sobre Israel. Por su parte, los rusos preferirían que el gas, previamente licuado, fuese transportado por barco con destino al Asia industrial.
La gran partida de este ajedrez energético parece estar acelerándose. Se enfrentan en ella varios proyectos energéticos y civilizacionales que reflejan claramente las ambiciones políticas y estratégicas de bloques políticos entre los cuales la guerra por las fuentes de energía está intensificándose.
[1] Ver el artículo de referencia «Siria, centro de la guerra del gas en el Medio Oriente», por Imad Fawzi Shueibi, Red Voltaire, 13 de mayo de 2012.
[2] «Cambio crucial en la geopolítica de los oleoductos», por Melkulangara K. Bhadrakumar, Asia Times Online (China), Red Voltaire, 8 de febrero de 2010.
[3] «Azerbaiyán se retira del proyecto Nabucco», Red Voltaire, 28 de junio de 2013.
[4] «Se reanuda la construcción del gasoducto Irán-Irak-Siria», Red Voltaire, 21 de noviembre de 2012.
[5] «Siria: la OTAN apunta al gasoducto» y «Siria: la carrera por el oro negro», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 13 de octubre de 2012 y 2 de abril de 2013.
[6] «¿Se modifican las cartas geopolíticas en la cuenca del Levante e Israel?» y «Tensions croissantes pour l’énergie en Mer Égée», por F. William Engdahl, Red Voltaire, 3 de junio y 22 de junio de 2012.
[2] «Cambio crucial en la geopolítica de los oleoductos», por Melkulangara K. Bhadrakumar, Asia Times Online (China), Red Voltaire, 8 de febrero de 2010.
[3] «Azerbaiyán se retira del proyecto Nabucco», Red Voltaire, 28 de junio de 2013.
[4] «Se reanuda la construcción del gasoducto Irán-Irak-Siria», Red Voltaire, 21 de noviembre de 2012.
[5] «Siria: la OTAN apunta al gasoducto» y «Siria: la carrera por el oro negro», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 13 de octubre de 2012 y 2 de abril de 2013.
[6] «¿Se modifican las cartas geopolíticas en la cuenca del Levante e Israel?» y «Tensions croissantes pour l’énergie en Mer Égée», por F. William Engdahl, Red Voltaire, 3 de junio y 22 de junio de 2012.
Putin alerta sobre consecuencias de ataque unilateral a Siria
“Un ataque [unilateral] contra Siria, sería [un atentado] contra todo el orden mundial” y no solo contra ese país, advirtió el presidente ruso, Vladímir Putin, señalando que aún quedan muchas preguntas sin respuesta sobre el conflicto.
Moscú tiene motivos para pensar que el uso de armas químicas en Siria ha sido una “provocación ingeniosa” pero “primitiva, por su realización técnica”, señaló Vladímir Putin, en un foro de debates en Rusia.
“Emplearon un proyectil antiguo de producción soviética, retirado de los arsenales del Ejército sirio desde hace mucho tiempo”, explicó el mandatario.
El reciente informe de los inspectores de la ONU sobre el terreno sirio confirma el uso de armas químicas el pasado 21 de agosto en las proximidades de Damasco. Pero, ¿por qué “no se han investigado las denuncias anteriores” de ataques parecidos?, se preguntó Putin.
Además, queda sin respuesta otra cuestión clave del problema: ¿quién empleó el gas venenoso en Siria? Si se consigue determinar quién cometió este crimen, “Rusia y nuestros colegas del Consejo de Seguridad de la ONU tendremos que determinar el nivel de responsabilidad” de los autores de esos ataques, “juntos y con solidaridad”, prometió el presidente.
Putin recordó que “la posibilidad del empleo de la fuerza [militar contra Siria] se estudia ahora en el Congreso de EE.UU.”, pero en realidad “debería discutirse en el Consejo de Seguridad de la ONU”.
De hecho, “un ataque [unilateral] contra Siria, sería [un ataque] contra todo el orden mundial” y no solo contra ese país, advirtió Putin.
Washington señala que el problema de Siria es la “falta de democracia”, pero “tampoco hay democracia en Arabia Saudita y nadie planea bombardearla”, indicó el gobernante ruso. Los políticos estadounidenses y europeos tienen que entender que “hay países que no pueden vivir según su patrón de democracia, porque sus sociedades son distintas”, apuntó.
“Rusia no tiene intereses exclusivos en Siria”, sostuvo Putin, y reiteró que Moscú está defendiendo “las leyes internacionales” y no al “Gobierno de Bashar al Assad”.
Además, la dimisión de Al Assad exigida por muchos países extranjeros, podría provocar que las fuerzas extremistas llegaran al poder en Siria, pero Occidente tampoco tiene un plan de acción ante tal situación, según Putin. “¿Qué van a hacer con los extremistas? ¿Los echarán golpeándolos con un periódico?”, bromeó el mandatario ruso.
Respecto a los comentarios sobre la iniciativa ruso-estadounidense de establecer un control internacional sobre las armas químicas de Siria, Putin sostuvo que para el presidente Barack Obama “no era cuestión de salvar su imagen”, sino que se trató de “su propia decisión basada en el análisis de la situación”. “Me alegro de que en este asunto, nuestras opiniones coincidieran”, concluyó.
(Tomado de Russia Today)
Inminente invasión de Estados Unidos a Siria
el plan para atacar militarmente a Siria
El abogado, escritor y activista político estadounidense, Michael Snyder, aseguró este martes que Barack Obama tomó la decisión de intervenir militarmente en Siria bajo el pretexto de que el gobierno sirio ha utilizado armas químicas contra su población, sin presentar prueba alguna de ello.
Snyder afirmó que para el gobierno sirio usar armas químicas contra su propio pueblo significaría cruzar la línea roja planteada por Obama, por lo que “emplear armas químicas a unos pocos kilómetros de donde estaban alojados los inspectores de la ONU es algo que no tiene sentido. Assad tendría que ser muy suicida para hacer tal cosa”, afirmó.
El activista político aseguró que el argumento de las armas químicas es el perfecto para los Estados Unidos para justificar la intervención militar en Siria, como ya lo hicieran en 2003 con Irak y las Armas de Destrucción Masiva, algo que se confirmó no existía.
“Probablemente nunca se sabrá quién fue en realidad el autor del ataque. Pero incluso si ese no hubiera tenido lugar, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN probablemente habrían encontrado otra justificación para, de cualquier modo, entrar en guerra contra Siria”, dijo el abogado en su blog.
Un análisis de las acciones del Gobierno de Washington en las últimas semanas demuestran que la decisión de atacar Siria ya fue tomada por el presidente estadounidense y premio Nobel de la Paz, Barack Obama.
Los indicios
Aunque Siria ha permitido que los funcionarios de la ONU inspeccionen el lugar del reciente ataque con armas químicas, el gobierno de Estados Unidos consideró que la propuesta siria llegó a la ONU “demasiado tarde para ser creíble”.
Sin que se lleve a cabo una investigación por los funcionarios de la ONU, ya la Casa Blanca afirma que hay "muy pocas dudas" de que el gobierno sirio estuvo detrás del ataque mortal con armas químicas de la semana pasada, pese a nunca presentar estas pruebas.
Además, cuatro buques de guerra de EE.UU. con misiles balísticos se están moviendo en sus posiciones en el Mediterráneo oriental. Si Obama da una orden, Siria recibirá misiles de crucero tipo Tomahwak en minutos.
Obama se reunión con su equipo de Seguridad Nacional para discutir qué acciones se deben tomar en Siria. Y la víspera el secretario de Estado, John Kerry, afirmó que Estados Unidos pedirá a Siria que "rinda cuentas". Por su parte, el Secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel, dice que Barack Obama solicitó que "prepare opciones para todas las eventualidades" refiriéndose a un posible conflicto con Siria.
La Casa Blanca publicó recientemente una declaración que dice que el Gobierno de Obama quiere participar lo menos posible y que no tiene planes de poner "una sola bota en territorio" sirio, pero no descartó cualquier otro tipo de acción militar.
El senador de EE.UU. John McCain aseguró recientemente que, si los militares estadounidenses no atacan Siria, "brutales dictadores de todo el mundo podrían creer que tienen carta blanca para utilizar armas químicas".
Después de una conversación telefónica con el primer ministro británico, David Cameron, sobre la situación en Siria, la Casa Blanca anunció que ambos líderes expresaron su "gran preocupación" por el ataque con armas químicas que tuvo lugar la semana pasada. Y este martes Cameron convocó al Parlamento para el jueves con el objetivo de votar "sobre la respuesta del Reino Unido a los ataques con armas químicas" en Siria.
Ocho comandantes militares de los Estados Unidos, el Reino Unido, Arabia Saudita, Catar, Turquía, Francia, Italia y Canadá se reunieron este lunes en Amán, Jordania para coordinar los planes para los próximos ataques contra Siria. A principios de este año el Ejército de EE.UU. trasladó aviones de combate F-16 a Jordania para realizar ejercicios militares, y los mantuvo allí después de que presuntamente el gobierno de Jordania formulara una petición .
El rotativo francés Le Figaro informó que fuerzas rebeldes entrenadas por la Central de Inteligencia de los Estados Unidos siguen llegando a Siria "desde mediados de agosto". Mientras que el The New York Times afirmó que se está estudiando "la guerra aérea de la OTAN en Kosovo como un posible modelo de actuación en Siria sin el mandato de las Naciones Unidas".
Un documento filtrado en marzo de 2012 por WikiLaeks detalló que personal de la OTAN se encuentra en Siria desde 2011 para preparar un cambio de gobierno.
La doble moral de Estados Unidos
Mientras los Estados Unidos denuncia sin pruebas al gobierno de Damasco de utilizar armas químicas, archivos desclasificados de la CIA revelaron que la Casa Blanca aprobó hace 25 años que Saddam Hussein empleara armas químicas en la guerra de Irak contra Irán.
Los archivos de la CIA confirmaron que la Casa Blanca fue permisiva cuando Hussein utilizó ese tipo de armas entre 1980 y 1988. Medios estadounidenses recordaron que la prioridad de la administración del expresidente Ronald Reagan en aquella época era garantizar que Irak ganara el enfrentamiento bélico a cualquier costo.
Posteriormente, durante la invasión estadounidense a Irak en el 2003, el Ejército norteamericano empleó armas químicas contra la localidad de Faluya, a 65 kilómetros al oeste de Bagdad (capital).
A una década de la invasión han aumentado los casos de cáncer, leucemia, malformaciones congénitas, parálisis, daños cerebrales y mortalidad infantil en la zona, lo que demuestra el uso de sustancias químicas y armas prohibidas como bombas termobáricas, fósforo blanco o uranio empobrecido.
jueves, 5 de septiembre de 2013
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