No hace mucho tiempo, en un artículo
titulado “El Triángulo Cuba-Estados Unidos- Unión Europea”, decía, que
la Unión Europea, en eso de la posibilidad de negociar sus relaciones
con Cuba, vistas en el contexto tan negativo, aportado por el ex
presidente español José María Aznar, cuando impuso la llamada
“Posición Común “, “ La UE se pellizca ella misma y se corre detrás
“. Es larga la historia de esas estiras y encoges de la Unión Europea
con relación a la política hacia Cuba.
En 1996, acompañando a Estados Unidos
en el golpe que se le trataba de dar a Cuba con la Helms-Burton,
aprobada en marzo del propio año, el presidente Jose María Aznar,
aprovechando una reunión de Ministros de Finanzas de la Unión Europea,
impuso la llamada “Posición Común”. La que consistía en exigir a
Cuba las condicionantes de su política de derechos humanos, si esta
deseaba disfrutar de las ventajas del intercambio económico con la UE.
Llamada entonces “Acuerdo Marco”.
Sin dudas, de tal manera respondía
Aznar a los compromisos hechos con Estados Unidos de presionar a Cuba,
con una política de bloqueo más transnacionalizada. El carácter
transnacional del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, se afianzó aún
más con este paso dado por el Pleno Europeo, en apoyo a las presiones
de Estados Unidos.
Pasaron siete años y en el 2003, la
Unión Europea, intento poner a Cuba sanciones, que la Isla rechazo
sobre la base de negarse a toda cooperación con la UE y con la
cancelación de la solicitud de Cuba para adherirse al Convenio de
Cotonu, referido a las relaciones entre los países de la Unión Europea
con Asia, Caribe y Pacifico. Sin dudas, Cuba capto la trampa en que
podía caer presionada por ese mecanismo mencionado, dentro de un
contexto en el que la Isla ya había quedado aprisionada por la
Posición Común que se le había impuesto. Cotonu aparecía entonces como
la otra garra de la tijera para aplastar a Cuba.
En enero del 2005, la Unión Europea
suspendió temporalmente aquellas sanciones contra Cuba, que en
definitiva no había podido aplicar y en el 2007 se firmó entre ambas un
Acuerdo de Dialogo y Cooperación con el siguiente Gobierno de España.
La salida de Aznar, depositario de un odio ancestral hacia Cuba,
surtió un efecto positivo.
En junio del 2008, la Unión Europea
decidió de manera incondicional retirar aquellas sanciones que no había
podido aplicar, e invito a Cuba a un proceso de diálogo político y a
retornar a la cooperación.
En el propio año 2008(octubre) se
acordaron las bases para el dialogo político de alto nivel .En tal
contexto, visito Cuba el Comisario Europeo Louis Michel y se firmó una
declaración conjunta para el restablecimiento de la cooperación con la
Comisión Europea.
Las bases sobre las cuales se pretendía trabajar eran:
Carácter incondicional, reciproco y no
discriminatorio, pleno respeto a la igualdad soberana de los Estados,
al marco jurídico y al ordenamiento institucional de las partes, con
total apego al principio de no injerencia en los asuntos internos de los
Estados.
Como resultado de todo ello, se han realizado cinco sesiones de dialogo político de alto nivel entre la Unión Europea y Cuba.
Catorce Estados miembros de la Unión
Europea han firmado Acuerdos Bilaterales de Cooperación y Memorandos de
Entendimiento para el intercambio político con Cuba. Instrumentos que,
según Cuba reconoce, son totalmente recíprocos y respetuosos.
Sobre el día 10 de febrero, del
presente año 2014, la Unión Europea ha hecho una propuesta de dialogo,
que Cuba ha acogido con gran beneplácito, pues parece que tal propuesta
significa el fin de las políticas unilaterales de la UE sobre Cuba.
Tal parece, que coincidente con los
procesos de crisis económica iniciados en el 2008, la Unión Europea ha
decidido jugar su propia política con relación a Cuba. Lo cual puede
significar que la llamada Posición Común puede estar dejando de ser
la forma en que los Aliados Europeos van a continuar apoyando a Estados
Unidos en sus políticas hacia Cuba. Lo que puede representar una
mejoría para las relaciones entre Cuba y la Unión Europea.
No pensamos, ni por asomo, que la
Unión Europea va a dejar de apoyar a Estados Unidos en su política
hacia Cuba. Sería algo así como negar la naturaleza de las potencias
que la forman y de la Unión Europea misma.
De todos modos, cuando del bloqueo se
trata, la Unión Europea siempre ha tenido la desventaja de no ser un
bloque monolítico en el que todos sus miembros sigan la misma política
hacia Cuba, como si lo ha podido hacer Estados Unidos.
Tal vez lo que ocurre es que la UE
siente que se debe preparar para un cambio de política de Estados
Unidos hacia Cuba, que ya no resulta conveniente para nadie. Por lo que
la actitud asumida por la UE respecto a Cuba, puede ser la señal más
completa de que Estados Unidos se prepara para hacer un cambio de
política hacia Cuba. Política dentro de la cual, la posición común ya
es algo que no solo no conviene a la UE, sino tampoco a Estados Unidos.
Lo cual tampoco significa que la política que Cuba puede esperar vaya a
ser una panacea.
Aunque lo cierto es, que como quiera
que se le mire, ha sido la resistencia de Cuba, su consecuente política
exterior y sobre todo las esperanzas de su paulatino fortalecimiento
interno, lo que va rindiendo cuentas con la vieja política, de Estados
Unidos y la Unión Europea, las que siempre fueron, solo con tenues
matices, una misma cosa.
Lo más imaginable aquí, es pensar que
es Estados Unidos quien está liberando a la UE de su vieja posición en
la política hacia Cuba y no que sea la UE la que se esté independizando
de Estados Unidos. La UE de hoy no ha cambiado sustancialmente de la
que fue en épocas de Aznar. Por lo que venir al encuentro de Cuba, no es
más que el resultado de una voluntad presionada por condiciones que la
obligan a no hacer otra cosa, lo que se da la mano con que el propio
Estados Unidos, ya tampoco puede más con una política que ha resultado
ser obsoleta.
Por lo que, al parecer, hoy existen
las condiciones para que la UE no siga con el mismo juego, Estados
Unidos la empuje hacia otras estrategias de política, y que el propio
Estados Unidos, este buscando salidas , al mismo tiempo que Cuba pueda
dar más señales de que el cambio es necesario, porque ella va a
continuar sobreviviendo.
Luego entonces, se reafirma la
variable, hace tanto tiempo diseñada por nosotros, de que es solo de
una situación en la que Cuba continúe avanzando, que se puede
esperar que la política hacia la Isla cambie.
Fuente: Dialogar Dialogar