por Patrick Corcoran
Carlos Manuel Hoo Ramírez, alias "El Condor"
Medios de comunicación de México han publicado los detalles del testimonio de uno de los empleados más cercanos al narcotraficante capturado Joaquín "El Chapo" Guzmán, ofreciendo una idea de los últimos días de libertad del notorio capo y del funcionamiento interno de su organización.
Las nuevas revelaciones, publicadas en el Excelsior y en otros medios de comunicación, están basadas en las declaraciones realizadas bajo custodia por Carlos Manuel Ramírez Hoo, el guardaespaldas y “secretario particular” de El Chapo. Sin embargo, sus declaraciones aún no han sido corroboradas de manera independiente.
Hoo Ramírez, alias "El Cóndor", hacía guardia afuera de la habitación de El Chapo cuando el narcotraficante fue capturado en Mazatlán a finales de febrero.
Según Hoo Ramírez, El Chapo había pasado los últimos tres años viviendo principalmente en Culiacán, capital del estado de Sinaloa.
Su testimonio presenta un panorama en el que El Chapo es acosado con violencia por sus rivales personales, lo que terminó cobrando miles de vidas y restringiendo los movimientos del capo, así como su capacidad de operar con libertad. También incluye detalles de la vida privada de El Chapo, en especial de sus relaciones con las mujeres.
Las declaraciones de Hoo Ramírez también describen cómo la organización de El Chapo traficaba drogas a Estados Unidos y cómo se diversificó hacia nuevas actividades, aprovechando las oportunidades de ingresos que ofrece el cada vez mayor mercado interno de drogas mexicano.
Análisis de InSight Crime
El testimonio de Hoo Ramírez ofrece una mirada a una serie de elementos de la organización de El Chapo, y ofrece algunas pistas sobre el futuro del Cartel de Sinaloa. Por ejemplo describe a Nogales como el cruce fronterizo clave del Cartel de Sinaloa para el tráfico de marihuana, un elemento de sus operaciones con importancia histórica, y que a menudo es pasado por alto.Hoo Ramírez también habla acerca del control de El Chapo sobre las “tienditas” de Culiacán, pequeñas tiendas utilizadas como puntos de venta de drogas. Según su secretario, El Chapo obligaba a los vendedores a alinearse con su organización, lo que generalmente significaba que tenían que comprar las drogas al cartel y probablemente pagar una cuota por el derecho a operar.
El crecimiento de estas tienditas es tanto una causa como un efecto de los crecientes niveles de consumo de drogas en México. Estas se han convertido en una fuente de ingresos cada vez más importante, incluso para los grupos de traficantes internacionales como el Cartel de Sinaloa de El Chapo.
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La venta local de drogas también es una fuente de violencia
importante en México. En comparación con el tráfico de drogas, las
ventas minoristas representan una industria que crece con mayor rapidez y
que tiene una mayor cantidad de actores independientes que compiten
directamente entre sí. Como resultado existen más posibles rivalidades
en el país hoy que hace una década, lo que se presta para una mayor
violencia. El deseo de los grupos grandes y bien armados de controlar
las tienditas –las acciones de Guzmán son iguales a las de sus
contrapartes en otros lugares de México- añade más leña al fuego.Otro elemento llamativo de las declaraciones, es que El Chapo tenía rivalidades con muchos de sus contrapartes, varios de los cuales operan dentro de Sinaloa, estado que en teoría él dominaba. Hoo Ramírez mencionó a rivales de vieja data, como los Beltrán Leyva y a Vicente Carrillo Fuentes, así como a enemigos más recientes, como Manuel Torres, alias "M1", quien previamente había sido descrito como un ejecutor importante de El Chapo. Esto se suma a la información reciente de que El Chapo y su socio de toda la vida, Ismael "El Mayo" Zambada, habían estado en conflicto durante los últimos meses.
Como resultado, gran parte del estado estaba fuera de los límites de la organización de El Chapo. Según Hoo Ramírez, los subordinados de Guzmán fueron incapaces de operar en ciudades del norte de Sinaloa como Guasave, Choix , Ahome y El Fuerte, en la ciudad costera de Navolato o en la parte sur del estado que colinda con Nayarit. En este sentido, el relato de Hoo Ramírez ofrece otra indicación de que a pesar de su notoriedad, Guzmán no era el genio criminal omnipotente que a menudo se creía.
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Las declaraciones de Hoo Ramírez también desacreditan aún más la idea
de que El Chapo representaba un tipo de narcotráfico más pacífico -su
grupo no era conocido por la brutalidad sin sentido de los Zetas,
ni por la gran dependencia a la extorsión y al secuestro común en otras
organizaciones, pero la lista de rivalidades en las que estuvo
involucrado es más grande que la de cualquier otro grupo en México. Su
organización participó en guerras de alto perfil en Sinaloa, Durango,
Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, cinco de los estados del norte más
asediados por la violencia. Lejos de ser un empresario de vieja escuela
que merecía el apoyo tácito de la presidencia, Guzmán pudo haber sido el
generador más grande de violencia de la nación.Es difícil predecir, basándose en el testimonio de Hoo Ramírez, el impacto exacto que tendrá la detención de El Chapo. Lo que normalmente se espera con la caída de un capo de la talla de El Chapo es una oleada de violencia, a medida que los subordinados y los rivales entran en conflicto, en su afán de tomarse una parte del mercado. Ese podría terminar siendo el caso aquí, y ciertamente Guzmán no tenía escasez ni de subordinados ambiciosos, ni de rivales a la espera de su caída. Sin embargo, según los comentarios de uno de sus hijos que apareció en un medio de comunicación de Argentina, las personas cercanas a Guzmán están dispuestas a seguir luchando sus batallas.
También hay elementos del caso de El Chapo que despiertan la esperanza de sucesos más positivos. Uno es que Guzmán dejó atrás a dos socios con un poder similar al suyo: El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza, alias "El Azul". Estas figuras probablemente cuentan con la misma capacidad de El Chapo para mantener a las tropas organizadas.
Además, gran parte de la violencia que ha rodeado al Cartel de Sinaloa durante los últimos años estaba vinculada con disputas personales del propio El Chapo, tanto internas como con otras organizaciones. El Chapo y Arturo Beltrán Leyva se enfrentaron porque éste último culpó al primero de la detención de su hermano, lo que desató una enemistad que dio lugar a cientas e incluso miles de muertes. Según el capo detenido, Edgar Valdés Villarreal, alias "La Barbie", el desprecio que sentía El Chapo por Juan Pablo Ledezma, del Cartel de Juárez, desató la guerra en Juárez, que comenzó en 2008 y que terminó matando a unas 10.000 personas.
En consecuencia, si Zambada y Esparragoza logran limar algunas de las enemistades personales que El Chapo aparentemente tenía, en lugar de emprender una carrera desesperada por hacerse cargo de su red, es posible que veamos que las aguas se calman.
Fuente: InSight Crime