A la convocatoria abierta para este viaje, lanzada en el encuentro realizado por CAFE en el Hotel Sofitel de Miami el pasado marzo, se sumaron miembros, activistas y simpatizantes. Además de constituyentes de la Florida, Colorado, Maryland, Maine, Kentucky, Massachusetts, New York y Virginia, y este año, acudieron también activistas y simpatizantes de los estados de Washington, California, Illinois y Carolina del Norte.
Por primera vez CAFE fue recibido por representantes del Foreign Agricultural Service/USDA, donde Mike Dwyer, planteó que Cuba supone para los EE.UU. un potencial importador de 3 mil millones de dólares de los cuales 1700 corresponderían a productos agrícolas norteamericanos.
La visita al USDA respondió al trabajo conjunto de CAFÉ con agricultores de los estados de Illinois, Montana y Colorado, donde se ha constatado interés de los grupos de negocios por encontrar socios cubanoamericanos en la lucha por liquidar el embargo y ampliar la cooperación con Cuba, la cual incluiría no solo negocios, sino oportunidades educacionales, venta de equipamiento, asistencia técnica en la seguridad alimentaria, entre otras.
Los miembros de CAFE plantearon la posibilidad de que aún en los marcos que imponen las legislaciones Torricelli y Helms-Burton la rama ejecutiva favorezca que el complejo agrícola estadounidense coopere e intercambie con las cooperativas agrícolas no estatales cubanas, sin imponer criterios ideológicos.
La delegación fue recibida además en la Sección de Intereses de Cuba en Washington, donde se le entregó al Embajador José Ramón Cabañas un documento que insiste en la necesidad de rebajar las tarifas de los trámites consulares, una política transparente en cuanto al proceso de repatriación, acceso a Internet masivo y a precios justos, así como favorecer la inversión de cubanos tanto en proyectos de gran capital como en el sector del trabajo por cuenta propia.
El embajador argumentó que el costo de pasaportes y trámites estaba condicionado por la escasez de personal debido a las rigideces propias de la relación conflictiva entre La Habana y Washington. “Antes de la revolución, Cuba tenía 25 consulados en EE.UU, ahora tiene apenas uno”- dijo Cabañas- quien apuntó a las condiciones onerosas derivadas de la ausencia de un banco en EE.UU que ofrezca servicios financieros elementales a la misión diplomática. En cuanto a la repatriación, apuntó que: “la tendencia es a que todo el que quiera retornar definitivamente o para vivir entre los dos países y no sea un peligro para el país pueda hacerlo”, dijo. Sobre Internet, señaló que la política del gobierno cubano era favorecer el acceso de la “forma más amplia posible, y a los precios más módicos. Se está trabajando aunque hay limitaciones de infraestructura y el bloqueo no ayuda”. Con respecto a la inversión, señaló que la Ley no impide la inversión de cubanos pero que en el caso de EE.UU. existe una limitación por parte de su propia legislación.
Con el beneficio de contar con los resultados de las encuestas de FIU y el Atlantic Council sobre la política estadounidense contra Cuba, CAFE visitó el Departamento de Estado para trasladar la demanda cubanoamericana por una política de normalización de relaciones. En la reunión, Raymond McGrath, Coordinador de Cuba Desk, manifestó que EE.UU. tiene una política de contactos con la isla en temas muy concretos: medio ambiente, protección costera, derrames de combustible, narcotráfico, trata humana o conflictos fronterizos.
Cuba, como eje en las relaciones con América Latina, se convierte un tema fundamental para la Unión Europea. Denis Chaibi, Jefe de la Delegación de la Unión Europea en Washington, manifestó que Cuba es una prioridad porque “su papel primordial en la CELAC y en la Asociación de países del Caribe” la constituyen en un aval para nuestros intereses en la región. “Durante mucho tiempo nuestro interés hacia Cuba era eminentemente económico pero hoy es fundamentalmente político”
La Unión Europea es contraria a la inclusión de Cuba en la Lista de países que patrocinan el terrorismo, “listas y bloqueos no son el método. Mientras más relaciones, más cambios. Mientras más participativos seamos, más lograremos a favor de nuestros países y de la propia Cuba”. Europa y EE.UU. viven momentos de tensión innecesaria debido a que se están aplicando con mucha severidad las sanciones que se derivan de la Ley Helms Burton, a las que se refirió el funcionario como “ley extraterritorial que afecta nuestras relaciones con los EE.UU.”
Previo a la visita hubo un encuentro entre miembros de la Junta Directiva de CAFE con Scott Gilbert, abogado de Alan Gross. Gilbert expresó preocupación por el deterioro del estado físico y mental del contratista de la USAID y la necesidad de que se tomen medidas urgentes por el presidente Obama para resolver esta situación. Gilbert agradeció la disposición a acompañar como cubanoamericanos el reclamo de la familia Gross. Aunque algunos sectores insisten en presentar a la comunidad cubanoamericana como renuente a toda solución que no sea la liberación unilateral de Gross, CAFE favorece una solución humanitaria, basada en gestos paralelos de buena voluntad que incluya a los tres miembros del grupo de los Cinco que cumplen condena en los EE.UU.
Dos de los encuentros más emotivos de la visita fueron con los congresistas Joe Garcia (D-Fl) y Jim McGovern (D-MS). García discrepó de varios de los enfoques planteados pero enfatizó su reconocimiento de la pluralidad creciente en la comunidad cubanoamericana y la necesidad de un debate racional sobre la política hacia Cuba.
En ese sentido llamó a acelerar ese debate dado el tiempo que queda de la administración Obama. Por su parte, Jim McGovern exhortó a CAFE a continuar ejerciendo el derecho que como ciudadanos tienen los cubanoamericanos de ser recibidos por los elegidos por su voto en el Congreso y la rama ejecutiva.
Es una certeza de que Cuba es hoy un tema que se maneja con mucho más conocimiento en los pasillos del Congreso norteamericano. Las visitas anuales y el pasado encuentro en Miami sitúan a CAFE como pionera en un tipo de acción que debe ser favorecida en ambos lados del estrecho. El tiempo de política pequeña tiene que dejar paso a consolidar proyectos que representen los intereses reales de una comunidad interesada en participar activamente en la vida y decisiones que afectan tanto a su nación de origen como a su país de acogida.
Fuente: Progreso Semanal