miércoles, 17 de abril de 2013

La reelección de Obama: perspectivas un Imperio polarizado

Por Alejandro L. Perdomo Aguilera alejandro.perdomo91@gmail.com
twitter: @AlejandroLPerdo
Finalmente se definieron las elecciones presidenciales de los Estados Unidos con la reelección de Barack Obama, para continuar ocupando la Casa Blanca en los próximos 4 años.
Muchas son las expectativas respecto a qué podrá ejecutar el llamado presidente del cambio sin las presiones de una nueva reelección, con una mayoría en el Senado, una Cámara de Representantes con superioridad republicana y un país polarizado bajo los efectos de la crisis del sistema-mundo.Definitivamente la estrategia de Obama fue pragmática e inteligente. Sin pretender ganarlo todo, se concentró en los Estados claves para llevarse la victoria. La forma en que ubicó su campaña respecto a Estados pendulares, le permitió abrogarse tempranamente la preponderancia del voto electoral. Por ello, independientemente de los fraudes y de la reñida competencia del voto popular, la reelección estaba asegurada.
No obstante, Obama fue mucho más allá de los requeridos 270 votos. Faltando por conocer el cierre de la Florida (29 votos electorales), los resultados provisionales de las elecciones de Estados Unidos arrojan para Obama 303 votos electorales, mientras que Romney solo alcanzó 206.[i] Ello confirma que no es necesario ganar la Florida para resultar electo presidente y que se pude ganar este Estado sin el voto de los cubano-americanos que se inclinan por el partido republicano.
 La victoria de Obama en los llamados Estados pendulares como Ohio, Virginia y en un segundo plano  Wisconsin, Pensilvania, Nueva Hampshire,  Iowa y Nuevo México, además de los más definidos, fueron suficientes para que no hubiera lugar a dudas de quien sería nuevamente el presidente del Imperio. La reelección de Obama, compleja pero esperada, cumplió las expectativas de los pronósticos de Nate Silver, el llamado guru electoral del New Yorrk Times[ii], y los mitos sobre la victoria en Ohio.
Respecto a las elecciones del Senado, de un total de 100 senadores, los demócratas lograron 55 escaños y los republicanos 45. La Cámara de Representantes quedó organizada con mayoría republicana, con 234 asientos republicanos y 193 demócratas, de un total de  435.
Sin embargo estas elecciones dejan muchas dudas sobre la factibilidad y transparencia del voto electoral respecto al popular. Ciertamente sólo en contadas ocasiones en la historia de ese país han dejado de coincidir ambos votos. Y para no achacar a los demócratas la jugada perfecta del voto electoral, en el año 2000 fue W. Bush quien se hizo de la presidencia, bajo el auspicio de este voto.
La gran problemática de este voto es que parte del censo realizado cada 10 años. Sin embargo, para el caso de estas elecciones, se contó con el censo de 2010, de modo que no existía una gran diferencia de la realidad. El otro dilema es que el ganador en un Estado se apodera de todos los votos, haciendo que en estados claves por su población, el ganador pueda obtener una gran ventaja sin tener una mayoría territorial.
Por otra parte, los demócratas, favorables en estados urbanos más liberales y cosmopolitas, no necesitan ganar tantos estados sino que concentrándose en los claves obligan al contrario, en este caso Romney, a ganar en el resto.
Quizás sean estas algunas de las claves que le dieron a Obama una victoria electoral holgada aunque el voto popular haya mostrado una gran competencia. Por suerte, esta vez pudo coincidir, aunque en estrecho margen, que el resultado del voto electoral y el popular dejaran como vencedor a Barack Obama, quien logró un total 60,367,913 votos para un 50.4%, mientras que Romney alcanzó 57,573,527, para un 48.1%.[iii]
El voto popular denotó la alta polarización del país, que ha conllevado a una crisis de paradigmas, donde un presidente puede ser reelecto a pesar de mostrar cifras deficientes en la economía y no lograr las expectativas que le permitieron la victoria en 2008. Con ello se denota la erosión interna del líder del sistema-mundo, con una sociedad altamente polarizada y una perdida de credibilidad del ansiado american dream tanto en el plano internacional como nacional.
Ciertamente, el partido republicano ha girado tanto a la derecha que se ha apartado de las bases históricas que le concedieron el impulso en la época de Theodore Roosevelt y el afamado progresismo. El predominio del conservadurismo, con una Convención que mostró fragmentación, más el debate vicepresidencial y los dos últimos debates presidenciales, le permitieron a Obama sacar ventaja de un electorado atemorizado ante la reacción de un partido conquistado por la extrema derecha multimillonaria de ese país. Evidentemente el voto de los blancos y los conservadores del Tea Party no fue suficiente para lograr la victoria republicana.
Para sorpresa de una administración que tanto descontento provocó en estos sectores, el contexto electoral matizado por la derechización republicana, le posibilitó atraer nuevamente el voto de los latinos. Mediante una campaña inteligente, apoyada en la economía del conocimiento y un discurso basado en expectativas sobre el seguro social, las reformas en la educación y en la salud, logró conformar una matriz de opinión favorable. En ese sentido, las leyes ejecutivas sobre los dreamers y la reducción de los costos de la educación recrearon  un ambiente  de mayores oportunidades.
Ello le posibilitó ganarse el voto de los hispanos. “Según las encuestas realizadas a pie de urna, la comunidad latina le entregó su confianza con una abrumadora mayoría que rondó el 70% de los votos frente a su rival, el republicano Mitt Romney.”[iv]
Con estas elecciones Obama se convierte en el segundo líder demócrata en reelegirse luego de la segunda guerra mundial, sólo precedida por Bill Clinton. Nuevamente el líder demócrata fue favorecido por el voto de los latinos (70-30), los afroamericanos (9 de cada 10 por Obama), las mujeres (55-43) y los jóvenes.
Una batalla peculiar, fue desarrollada desde las redes sociales en Internet (RSI), para captar la atención de la juventud. La importancia concedida a estas plataformas digitales y la alta participación que se logró en estas elecciones, denota un cambio en la percepción de los medios y la factibilidad de las TICs para el activismo político. Por estas razones, una vez lograda la victoria, Obama afirmó desde su cuenta en Twitter a sus 22 millones de seguidores: “Esto sucedió gracias a ustedes. Gracias”
La cobertura ofrecida por las redes sociales fue impresionante. En Twitter Obama contó con alrededor de 22 millones de seguidores mientras que Romney le era difícil superar los 2 millones. Twitter creó la página especial #Election2012 para seguir en directo toda lo que acontecía de la votación. En Facebook “(…) según los análisis de la empresa de SocialBakers, Romney tiene con 11.9 millones de fans, mientras que Obama puede presumir de más de 31 millones de fans.”[v]
Queda así concluida, las elecciones presidenciales de 2012, pues sea la Florida demócrata o republicana, la reelección de Obama está asegurada, bajo un clima de polarización e incertidumbre en Estado-Nación líder del sistema-mundial.
Fuentes:
Results – General Election – November 6, 2012. En: http://electionresults.gov/resultsSW.
Datos de: Election Rsult. En: The Huffinngton Post http://www.huffingtonpost.com/
Los resultados de la elección en Estados Unidos. En: http://mexico.cnn.com/infografias/2012/11/07/elecciones-en-eu-2012
Guía práctica para seguir las elecciones de Estados Unidos en internet. En: http://mexico.cnn.com/tecnologia/2012/11/06/guia-practica-para-seguir-las-elecciones-de-estados-unidos-en-internet
Nate Silver. El blog de Nate Silver FiveThirtyEight se ha convertido en la Meca de todos los encuestadores, y Barry Sussman considera que es de lectura obligada. En: http://www.nytimes.com/2012/11/07/us/politics/obama-romney-presidential-election-2012.html?hp&_r=1&
Por Alejandro L. Perdomo Aguilera
Investigador  alejandro.perdomo91@gmail.com

[i] Datos de: Results – General Election – November 6, 2012. En: http://electionresults.gov/resultsSW.
Dato de: Election Rsult. En: The Huffinngton Post http://www.huffingtonpost.com/
Los resultados de la elección en Estados Unidos. En: http://mexico.cnn.com/infografias/2012/11/07/elecciones-en-eu-2012
[ii] Nate Silver. El blog de Nate Silver FiveThirtyEight se ha convertido en la Meca de todos los encuestadores, y Barry Sussman considera que es de lectura obligada. En: http://www.nytimes.com/2012/11/07/us/politics/obama-romney-presidential-election-2012.html?hp&_r=1&
[iv] Barack Obama, reelegido como presidente de EE UU. En: http://www.20minutos.es/noticia/1639673/0/elecciones-eeuu/noche-directo/obama-romney/
[v] Guía práctica para seguir las elecciones de Estados Unidos en internet. En: http://mexico.cnn.com/tecnologia/2012/11/06/guia-practica-para-seguir-las-elecciones-de-estados-unidos-en-internet

El panorama latinoamericano para la política exterior de los EE.UU.

 Alejandro L. Perdomo Aguilera
Alejandro Perdomo AguileraResumen:
En este trabajo se presentan algunas reflexiones acerca de las condiciones que presenta la región latinoamericana en la actualidad para la conformación de la política exterior y de seguridad de los Estados Unidos. Para ello se aprecian los elementos de cambio y continuidad en el panorama latinoamericano, contrastándolo con la crisis del sistema-mundo, la emergencia de los BRICS y los efectos de la crisis para EE.UU. y la UE.Palabras claves: Latinoamérica, Estados Unidos, hegemonía, liderazgo, sistema-mundo.
Los instrumentos claves de la hegemonía y el poderío nacional de los Estados Unidos resultan básicos para el re-acoplamiento del liderazgo mundial de ese país en el sistema-mundo, acorde con los cambios que se producen tanto al interior de esa sociedad como en la arena internacional. Para este objetivo central, se trazan prioridades estratégicas a nivel internacional, que consoliden el carácter hegemónico de su política exterior. En este interés se articulan los instrumentos políticos, diplomáticos, ideológicos, culturales, económicos e informacionales del poderío nacional estadounidense.
La política exterior de ese país, matizada por la diplomacia transformacional, afronta la necesidad de transformar la visión de los EE.UU. ante el mundo. Para el caso latinoamericano, acoge un complejo contexto con una correlación de fuerzas que resulta contestataria a los intereses imperiales en los foros regionales.
En ese panorama, el gobierno estadounidense ha debido perfeccionar la proyección político-diplomática, mediante el poder inteligente (smart power) y la diplomacia y el desarrollo como complemento de la defensa (las tres D). Desde estos presupuestos, se perfeccionan las bases esenciales de la política exterior de los Estados Unidos, para el efectivo cumplimiento de los objetivos estratégicos en la esfera internacional.
La política exterior de los Estados Unidos en el nuevo escenario global, se halla en un proceso de reacomodo y adaptación ante la emergencia de nuevas potencias económicas como China y Rusia en primera escala y en un segundo orden la India, Brasil y Sudáfrica, completando el eje de los BRICS.
El caso brasileño merece una especial atención por el rol que desempeña en el escenario latinoamericano y los espacios de cooperación que se abren con EE.UU. en la lucha contra el narcotráfico, contra el cambio climático y para alcanzar la seguridad en temas energéticos. En esta relación, se destacan zonas de interés geoestratégicos como la Amazonía y la Triple Frontera, donde las dinámicas político-diplomáticas adquieren relevancia.
El instrumento económico, financiero y comercial juega también un rol importante, en la inversión y el ejercicio de influencia a partir de las transnacionales, las ONGs, y otros grupos ad hoc en la región, que han formado bases de trabajo en territorios claves. En esta proyección el empresariado estadounidense tiene grandes cuotas de poder.
Los intereses geoestratégicos de EE.UU. deben comprenderse desde la formación imperial del Estado-Nación. Por ello el Dr. Néstor García Iturbe considera: “Dentro de los mecanismos de dominación utilizados por Estados Unidos, es importante tomar en cuenta el comercio, fundamentado en el intercambio desigual y preferencial en lo que respecta a la nueva metrópoli.”
Otro elemento de imprescindible consideración en la proyección de EE.UU. hacia el hemisferio, radica en el impacto de la crisis del sistema-mundo, donde el hegemón ha reconocido la necesidad de realizar cambios a nivel doctrinal, para el ejercicio de una política exterior más efectiva. En este sentido, ya no basta con la recuperación económica y la demostración de la supremacía militar, sino que para la consolidación hegemónica es necesaria también, la preservación de su liderazgo en el orden político, diplomático, ideológico, cultural e informacional.
En este afán se emprenden reformas en la proyección de la política exterior y de seguridad, guiadas por el Smart power y las tres D. Desde estos presupuestos, se desarrolla una diplomacia en correspondencia con la necesidad de recuperar credibilidad y adecuar la agenda internacional a los nuevos tiempos. Para ello, los Departamentos y Agencias del gobierno estadounidense han llevado a cabo varias reformas, de donde se destacan las implementadas por el Departamento de Estado y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
La actualización de los documentos rectores de la política exterior y de seguridad, arrojan algunas pistas. Tanto la Estrategia de Seguridad Nacional de 2010, la Revisión Cuadrienal de Diplomacia y Desarrollo (QDDR) de 2010, cómo los lineamientos de la USAID, dejan claro la necesidad de implementar modificaciones a las formas de proyección internacional de los EE.UU.
En este interés destaca la relevancia al tema de la seguridad y el poder civil, realzado en la QDDR como un soporte para promover los intereses nacionales y atraer socios. El tema del liderazgo, visto desde la mediación del poder civil significa un trabajo de liderazgo y coordinación sobre los recursos de todos los organismos civiles estadounidenses, puestos en función de “prever” y “solucionar” conflictos. Asimismo, se entiende al poder civil como un elemento básico para la promoción de sus valores e intereses estadounidenses al resto del mundo. Estos se potabilizan por medio de la “cooperación” contra la pobreza, el tráfico ilícito de drogas y los desastres naturales.
En los últimos meses, donde los medios fueron copados con el show electoral, ha existido un interesante despliegue de funcionarios militares y diplomáticos hacia la región. Entre ellos se destacan las “(…) visitas de coordinación del representante del Pentágono, Frank Mora, a distintos países suramericanos para organizar seminarios especiales para los funcionarios de los ministerios de defensa y preparar nuevos acuerdos de instalación de bases norteamericanas en estos territorios.”
Por otra parte, la relación de EE.UU. con los latinos se complejiza, incluso al interior de esa sociedad. Los efectos de la crisis económica sobre el empleo y su particular afectación para los inmigrantes latinos, tienen un impacto electoral. La reelección de Obama con el apoyo de la mayoría de este sector deja en claro la importancia del voto latino, como principal minoría de ese país.
“Un país con 50,5 millones de personas de origen latino que representan el 16% de la población y casi el 12% del electorado. Se convirtieron en la principal minoría del país y son mayoría en 28 ciudades, con un crecimiento de casi la mitad (43 %) en la última década.”
Esta realidad unida al peculiar sistema de votación de ese país, hace que en Estados pendulares como Colorado, Ohio, Nevada, Carolina del Norte y La Florida, resulte estratégica la atracción del voto latino. Estas transformaciones permiten comprender la ascendencia de los latinos en la política estadounidense, con figuras como Joaquín Castro y cubano-americanos como los senadores Marco Rubio, Robert Menéndez y Ted Cruz, así como los congresistas David Rivera y Joe García.
Estas trasformaciones calan en la opinión pública estadounidense, con efectos socioculturales de imprescindible valoración para un diagnóstico lógico. Sobre este elemento el académico Inmanuel Wallerstein consideró:
“El antagonismo hacia México debido a los migrantes indocumentados ha llegado a jugar un papel importante en la política estadunidense y ha estado socavando los supuestos lazos económicos cercanos con México. Y en cuanto al resto de América Latina, el crecimiento de su postura geopolítica independiente es fuente de frustración para el gobierno estadunidense y de impaciencia para el público en ese país.”
Por otra parte, la relación con los gobiernos contestatarios de la región se dificulta, con la desfavorable relación político-diplomática con el núcleo fuerte del ALBA (Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba); los problemas de inseguridad y la violencia, derivados de la guerra contra las drogas en México y Centroamérica, y el ascenso de Brasil como potencia emergente. Esta situación, deja un difícil escenario para la consolidación hegemónica estadounidense.
La continuidad de los golpes de Estado o sus intentos, desde las amenazas desestabilizadoras contra los gobiernos de Venezuela, Bolivia y Ecuador, el golpe de Estado en Honduras y la destitución del presidente Fernando Lugo en Paraguay, muestran el interés del gobierno estadounidense por cambiar la correlación de fuerzas de la región.
El golpe en Paraguay refleja un nuevo periodo de las relaciones entre EE.UU. Latinoamérica, donde Brasil juega un papel más importante en el ajedrez regional. Desde la acción de ese país en el MERCOSUR, desfavorable para Paraguay y favorable para la entrada de Venezuela, parece haber ocurrido un efecto boomerang para los intereses estadounidenses en Sudamérica. Por si fuera poco, la reelección del presidente Chávez y el mejoramiento de las relaciones con Colombia dificulta el trabajo de divide y vencerás de la política exterior estadounidense.
El avance del proceso de paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla, actuando Cuba como mediador junto a Noruega, denota un nuevo contexto. En tales circunstancias, el aislamiento de Cuba en los foros regionales resulta un fracaso. En la OEA se posicionó el regreso de Cuba y para la Cumbre de las Américas en Colombia, fue reclamada la participación de la Isla.
En el plano de la seguridad, la legalización de las drogas ha aumentado el debate, de lo que fue eco la pasada Cumbre de las Américas. El auge de este tema dificultaría los intereses de EE.UU. en la región, al proponerse políticas de debilitarían los fundamentos que justifican sus efectivos de seguridad en el hemisferio. El impulso de los países latinoamericanos del Consejo de Defensa Sudamericano y la expulsión de la USAID y la DEA por los gobiernos latinoamericanos más radicales, ofrece señales de alerta contra la ansiada conquista de los corazones y las mentes latinas, a través del american dream.
En el área informacional, la utilización de las redes sociales en Internet y los medios alternativos, por movimientos y gobiernos contestatarios, ha mostrado otras visiones sobre la proyección de EE.UU. en Nuestra América. Un ejemplo claro de ello es la extensión de su uso por presidentes latinoamericanos como Chávez, Correa y Dilma, así como por movimientos sociales emancipadores.
Los escándalos provocados por la Operación Rápido y Furioso y la Naufragio, las cuales permitieron armar a los carteles de la droga, incrementan la visión desfavorable hacia la política exterior y de seguridad de los EE.UU. hacia la región. Si a esto se suma el incremento de muertes a causa de la guerra contra el narcotráfico, puede percibirse el difícil panorama para la consolidación hegemónica en la región.
Estas circunstancias han modificado la matriz de opinión de los países latinoamericanos y, también, al interior de los Estados Unidos; evidenciándose la necesidad de una reformulación de los instrumentos claves de la política exterior y de seguridad de Washington en Latinoamérica, a partir de métodos más convincentes. Según las últimas encuestas, y a consideración de Inmanuel Wallertestin: “En la opinión pública el elemento más importante relacionado con la política exterior estadounidense es la incertidumbre y la falta de claridad.”
El contexto internacional no ayuda. La crisis económica en la UE, y las relaciones de estos países con Latinoamérica, aumentan los cuestionamientos sobre el liderazgo estadounidense, ante la crisis que atraviesa el sistema-mundo. El ascenso de China y el incremento de sus relaciones económicas, comerciales y financieras con Latinoamérica, es otro de los elementos donde cede espacios el hegemón, si bien preserva su predominio en la región.
En esta atmósfera, el gobierno estadounidense rearticula los instrumentos del poderío nacional para perfeccionar la penetración imperial. En este sentido, se validan conceptos como la responsabilidad de proteger, para temas sensibles como la seguridad humana, la gobernabilidad, la convivencia democrática, el estado de derecho y la violencia y la criminalidad, que posibilitan el trabajo de influencia con sectores señalados como “vulnerables” en los documentos rectores de la política exterior y de seguridad estadounidense.
Ante estas circunstancias, en la percepción de la opinión pública crece el estado de frustración e incertidumbre, y muchos se preguntan qué será de la política internacional de los EE.UU. en la aldea global de las próximas décadas. Al respecto, el politólogo Inmanuel Wallerstein consideró: “Es probable que para 2020 y para 2030 la política exterior comience a digerir la realidad de que Estados Unidos no es la única superpotencia todo poderosa, sino simplemente uno de los cuantos loci de poder geopolítico.”
por Alejandro L. Perdomo Aguilera

Obama vs Romney y los intríngulis de la democracia formal

Por Alejandro L. Perdomo Aguilera
alejandro.perdomo91@gmail.com

twitter:AlejandroLPerdo


Luego de haber pasado unos días del reality shows de las convenciones republicana y demócrata, valen la pena algunas consideraciones respecto a esta obra de la democracia formal. En los últimos días, la oleada de desgracias que ha invadido el escenario político estadounidense -entre las que se destacan el Huracán Isaac y la reacción exterior a la controvertida película anti-musulmana- parecen facilitar el fortalecimiento de la figura de Obama.
Incluso antes de que el presidente pronunciara el discurso de clausura de la Convención, se presentaron algunos elementos que señalan la posible estructura de un segundo mandato demócrata. Entre ellos llama la atención el discurso sobre política exterior, encargado a J. Kerry, evidenciándose la posibilidad de esta figura como sustituto de Hillary Clinton en el Departamento de Estado; puesto que la esposa de Bill Clinton, consideró oportuno visitar a China en plena Convención.
El guión del evento fue selecto como una partida de ajedrez. Entre oradores negros y latinos, artistas de Hollywood y otros atractivos televisivos, fueron matizadas las noches demócratas; evidenciando la compleja propaganda en que se empaqueta la Marca Demócrata en las pantallas de los ciudadanos estadounidenses.
Siguiendo esos objetivos, Obama se apoyó en la popularidad del alcalde de San Antonio, Julián Castro, como principal anzuelo al voto latino. El joven político le preparó el podio al presidente en un encendido discurso donde, entre otros argumentos, se presentaba como el modelo a seguir para lograr el american way of life. El símbolo de Castro continuó durante toda la Convención, en un intento por transferir a través de su imagen, el apoyo latino a los demócratas.
La Primera Dama, por su parte, supo mostrar superioridad sobre la esposa de Romney, quien había recibido el elogio de los medios por su intervención en el escenario republicano. No obstante, Michelle supo recolocarse como referente para atraer el voto femenino, el de los latinos, los negros –mal llamados afroamericanos-  y los homosexuales; reconociendo en estos sectores  los puntos más débiles del partido opositor.
Sin embargo, el trabajo en favor del voto de los independientes pareció  insuficiente en ambos partidos, quienes se concentraron más en afianzar los sectores que deben considerarse como el electorado más seguro, y no enfatizaron en aquellos puntos que pueden atraer a los independientes.
Además de la consabida estructura populista, se pretendió consolidar la continuidad demócrata mediante videos de la familia Kennedy y, en particular, un especial sobre Ted Kennedy, donde desarmaba a Mitt Romney en un debate político de antaño. Posteriormente,  el ex presidente Clinton argumentó  el pésimo estado en que había dejado al país los dos períodos de mala administración republicana (G.W. Bush), así como aquellos aspectos que hacían de Obama la figura más conocedora de los problemas presentes y, por tanto, la más facultada para dirigir su “solución”. Asimismo, reconoció que el proceso de la revitalización económica debía verse como un fenómeno de varios años y no como obra de unos meses, tema que intentó apuntalarse durante todo el evento, como la gran justificación para que se le confiara a Barack Obama un segundo mandato.
De esta forma quedó el escenario listo para el Presidente, que estuvo favorecido por un equipo de asesores conocedores de los medios y las artes de la comunicación. Quizás por ello no se ocultó en reconocer, que el discurso del cambio y el yes we can no convencen ya, sin ofrecerle al electorado una parte de las realidades que deberán enfrentar en los próximos años.
En ese sentido, el líder demócrata intentó vender optimismo ante los problemas económicos del país, particularmente del empleo, el descenso del nivel de vida de la clase media y la desilusión de los jóvenes e inmigrantes que le concedieron su voto en 2008; lo cual permanecerá entre  los principales retos a saldar en lo que queda de campaña.
De manera general, el discurso de Obama estuvo plagado de promesas y alegorías para incentivar a los sectores más desfavorecidos por los republicanos (los latinos, las mujeres, los negros y los gays). Conocedor del valor de los instrumentos políticos, diplomáticos e informacionales, como pilares del desarrollo de una Administración más creíble; realizó un breve balance sobre  el uso de los instrumentos del poderío nacional de los EE.UU., en sus 4 años de mandato. Con ello, definió como renglón básico de trabajo -para un nuevo período- la inversión en el desarrollo científico-tecnológico, como una necesidad para promover la competitividad y mantener el liderazgo global.
En ese mismo camino, prometió reformas en el sector de la educación, para el mejoramiento de la calidad y el acceso al estudio, en aras de calificar y hacer más competente a la fuerza laboral. Como otro paso para la prosperidad económica, anunció un recorte de los gastos militares, lo que permitiría aumentar los fondos en la revitalización de la economía y así proveer mayores fuentes de empleo.
Conociendo los puntos débiles de su campaña, explicó las posibilidades que otorgarían estas medidas a  los inmigrantes, los jóvenes y la clase media, en una extendida arenga hacia el rescate del llamado american dream. Siguiendo los objetivos claves para a atracción del electorado, se refirió a la recuperación de los sectores de la energía; recalcando las inversiones en la educación, la ciencia y la tecnología, como aspectos medulares de un proyecto político que apuesta por la economía del conocimiento.
En el orden cultural, se hizo apoyar de varias figuras de Hollywood como Eva Longoria, Scarlet Johanson, Kerry Washington y Terry White. Confirmando su éxito en cuanto a imagen pública y uso atinado de los medios, desplegó un gran activismo en las redes sociales. En este ámbito Obama ha salido airoso, pues sus asesores se ocuparon –tempranamente- de boicotear el discurso de Romney de la convención republicana desde la red de redes. Por otra parte, la falta de carisma político de la fórmula Romney-Ryan, el discurso ultraconservador y la pobreza estética que presentaron en esa actividad, le hicieron el camino más fácil a los demócratas.
Obama y Biden, por el contrario, se mostraron sólidos en sus discursos, que aunque sin ahondar tampoco en las formas de llegar a los fines, parecieron más convincentes. Por otra parte, los shows divisionistas en torno a Ron Paul y Romney, unido a las desmesuradas declaraciones de varios políticos republicanos, hicieron ver más unido al partido demócrata. Estas diferencias provocaron cambios en la percepción de los ciudadanos, lo cual ha sido relejado en el favoritismo demócrata de las últimas encuestas.
En política exterior, Obama se refirió a sus “logros” contra la Libia de Gadafi y el asesinato a Osama Bin Laden, para felicitarse por haber dirigido una de las administraciones demócratas más militaristas de las últimas décadas. En este aspecto, aprovechó las fallas del partido republicano, para hacer un tributo a los veteranos de guerra y de paso ridiculizar a Romney, al desconocer las declaraciones de este respecto a Rusia, precisando: “(…) no se le considera a Rusia nuestro enemigo número uno, en lugar de Al Qaeda, a menos que uno esté atrapado en los tiempos de la Guerra Fría”.
También se refirió a Afganistán, asegurando sin muchas pruebas: “Frenamos en seco el avance del Talibán en Afganistán y, en 2014, nuestra guerra más larga habrá terminado. Una nueva torre se erige sobre el horizonte de Nueva York, Al Qaeda va camino de la derrota y Osama Bin Laden está muerto”
Continuando el sendero de las debilidades del oponente, abordó el tema de los dreamers[i] marcando diferencias con la actuación xenófoba de los republicanos respecto a los inmigrantes. Asimismo se refirió al seguro médico, exponiendo las mejoras a la seguridad social y la salud que brindarían sus reformas, como un gancho para la clase trabajadora. Siguiendo la lógica de estropear el prestigio empresarial de Romney, se invitó a trabajadores de las empresas del candidato republicano, para desmitificar sus éxitos de empresariales y poner en duda la procedencia de sus millones.
Obama precisó que en estas elecciones existen dos “visiones fundamentalmente distintas” para EE.UU., cosa que en formas puede ser cierto pero en esencia resulta una falacia. La realidad, por más avasalladora que parezca es que la élite del poder es la que gobierna ese país y el poder político del ejecutivo resulta nominal, ante el poderío económico transnacional de la clase dominante. Por estas razones, sean republicanos o demócratas, sistémicamente,  las élites definen sus intereses y los expresan como estratégicos, mediante los instrumentos del poderío nacional de los EE.UU.
Si bien los demócratas presentan un discurso más “liberal”, la esencia de los problemas que enfrenta ese país y que el presidente pidió tiempo para corregir, no se deben a formas sino a problemas estructurales.  No obstante, la opción demócrata se muestra más racional ante los tiempos que corren y más tolerante para la mayoría de sus ciudadanos.
Sobre los votantes independiente Obama intentó razonar, detallando porque elegirlo a él resultaba la mejor opción, aunque los 4 años de desgaste en el gobierno le harán el camino más difícil. No obstante, aprovechó la popularidad que ha tenido la propuesta de aumento de impuestos para los más ricos, intentando demostrar que trabajarían para la clase media y no para la privilegiada.
Las coberturas televisivas, por su parte, se dedicaron más a explicar lo que pasaba en las Convenciones, a través de entrevistas a asesores y políticos, que a permitirle al pueblo estadounidense ver con sus propios ojos todo lo que allí se desarrollaba. Evidentemente la censura y las influencias resultan imprescindibles en cualquier espacio del reality show de la democracia formal.
La gran incógnita resulta entonces, sí el ciudadano estadounidense le será suficiente el vago camino que trazó Obama hacia el futuro ó la falsa idolatría al “genio” empresarial republicano.
Conclusiones
Entre los puntos centrales del discurso de Obama pudieran señalarse, la reducción del déficit, el desarrollo de la economía del conocimiento y, como colofón, la ansiada recuperación económica. Entre los que llamó objetivos concretos pero concretamente no definió cómo lograrlos están: la creación de un millón de nuevos empleos en el sector manufacturero al cerrar el 2016, así como  la duplicación las exportaciones antes del 2015 y la reducción del déficit federal en cuatro billones de dólares durante la siguiente década. Asimismo prometió para el 2020, la reducción a la mitad de las importaciones de petróleo y la creación de 600 mil trabajos en la industria de gas natural. Para es misma fecha, vaticinó la reducción en un 50 por ciento los costos de las matrículas para la educación universitaria y la atracción de 100 mil maestros de matemáticas y ciencias.
Las propuestas de los dreamers y las mejoras en el sector de la educación y la salud, se orientan en línea con la inversión en la economía del conocimiento. Esta inversión para el desarrollo a largo plazo, constituye un puntal de la economía mundial, y Obama conoce la vitalidad de liderar este renglón, a la vez que remarca las diferencias con la posición republicana.
Quizá en este último aspecto todo ha girado a favor de Obama. El huracán Isaac le permitió marcar diferencia sobre W. Bush durante la catástrofe del Katrina. A Obama no le fue difícil mostrarse más activo y responsable de lo que ocurría, lo que le posibilitó recortarle espacio a la convención republicana, que se vio mediatizada sobre todo el primer día por la entrada del Huracán. Otro punto a favor de Obama ha sido la derechización del partido republicano, con el surgimiento de líderes ultra conservadores, que atemorizan a los independientes y crean motivos para hacer el ridículo frente a los demócratas.
De igual manera, el fanatismo republicano ha conllevado a enfatizar temas donde los demócratas pueden competir con mayor soltura, contra las posiciones republicanas respecto a los inmigrantes, el aborto, la familia y la política exterior.
 En esta lucha,Obama afirmó que la opción no será entre dos candidatos o dos partidos y es allí donde está la gran limitante pues no tiene el poder para un cambio tal, ni debe pretenderlo. Los 4 años de su Administración han denotado cambios formales en elementos que no afectan estructuralmente el sistema y el resto ha sido continuidad.
Haciendo un balance de ambas convenciones, hubo varios puntos de coincidencias. Entre ellos se destacan el chovinismo, el sentimiento y presunción de EE.UU. como líder e impulsor de la democracia, la libertad y los valores a nivel global. Finalmente, queda en el imaginario el peligro de que unas elecciones tan importantes para el mundo; por la trascendencia internacional que tienen las decisiones de la clase dominante de ese país, quede a la suerte de las estadísticas económicas de último momento y la manipulación mediática de las grandes transnacionales de la comunicación.
Más allá de la mediatización, del carisma de los oradores y las plataformas presentadas, el cierre de las convenciones denotó un estado de crisis política en el sistema norteamericano. Las dificultades económicas que enfrenta el país, y la incertidumbre  sobre la salida a los mismos, refleja un panorama donde ambos contendientes intentan ofrecer el proyecto más seguro para el futuro del Imperio; aunque ninguno explique el camino hacia las metas que prometen.
Independientemente de los matices y las formas que empleen para lograrlo, existe un elemento común entre ambas figuras y partidos; que es la pervivencia del liderazgo estadounidense y la consolidación de los intereses de la clase dominante. En este sentido, se continuarán articulando los instrumentos del poderío nacional para mantener el predominio mundial. Por tales razones, el señor Obama no podrá hacer más que lo mismo, si bien un último mandato le otorgaría mayores “libertades”, al no tener la presión de otra reelección, los compromisos concertados y los problemas en un Congreso, presumiblemente sin la mayoría, no serán inferiores.
Respecto a la seguridad nacional, Obama abogó por re-dirigir los gastos militares que se redujeran, para la recuperación económica, aunque se sabe que ello no significa que se eliminarán las amenazas de guerras alrededor del mundo. No obstante, el llamado Presidente 2.0 precisó: “ (…) después de dos guerras que nos han costado miles de vidas y más de un billón de dólares (americanos), es tiempo de hacer algo de construcción de nación aquí”. Ojala, quisiera el mundo, que las palabras del utópico Premio Nobel de la Paz sean sentencia en el Pentágono, al menos, sino para lograr revitalizar la primera economía global, sí para que el mundo tenga algo más de paz.
Y así sigue el paladín de la democracia formal hasta las elecciones presidenciales, claro que se contará con el entretenido combate de los debates vice y presidenciales y las maratónicas entrevistas de Univisión sobre temas latinos, donde Obama y Romney se defenderán, entre los intríngulis mediáticos de la democracia formal.

[i] “dreamers” o hijos de inmigrantes indocumentados que llegaron de niños al país.

Perspectivas de la diplomacia estadounidense en el segundo mandato de Obama (2013-2017)

Perspectivas de la diplomacia estadounidense en el segundo mandato de Obama (2013-2017)




La diplomacia de EE.UU. se halla en un proceso de reconfiguración en aras de una proyección exte rior que mejore la credibilidad de las acciones imperiales de ese gobierno. La difícil situación económica que vive el país y las problemáticas que ha enfrentado el presidente Obama en el Congreso, le trazan grandes retos para su último mandato.
En el plano internacional, la creciente importancia de los BRICS, particularmente de China y Rusia en el orden económico, político y diplomático (países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU) aumentan las presiones para la diplomacia estadunidense, avocada a una mayor eficiencia.
En el Medio Oriente y África Norte no cesan los conflictos y contradicciones. Las presiones sobre Irán en torno al desarrollo de la energía nuclear de ese país y la injerencia en la crisis interna de Siria, reflejan las limitadas capacidades de influencia del hegemón en el orden político-diplomático y cultural.
Entretanto, en Latinoamérica y el Caribe no cesan los problemas de seguridad asociados al tráfico ilícito de drogas y otros delitos conexos, con una peculiar incidencia en México, Centroamérica y el Caribe.
Ante tales circunstancias , la diplomacia resulta un pilar fundamental en la política exterior y de seguridad nacional 1 estadounidense para los próximos años. Pero esta diplomacia, adquiere un sentido más abarcador, que comprende a cada ciudadano estadounidense en el exterior como un diplomático de las formas de vida y las lógicas de pensamiento. Siguiendo esos objetivos, se han realizado varios cambios en el Departamento de Estado y Agencias afines como la Agencia Estadounidense de Ayuda al Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), orientando su trabajo hacia aquellos aspectos que pueden validar el predominio de ese país.
Con ese fin se ha potenciado la diplomacia transformacional, la cual supone un trabajo más concentrado en la influencia ideológica y cultural del Estado-Nación. En ese sentido se combinan los instrumentos del poderío nacional 2 , en interés de conquistar las mentes y los corazones de la sociedad civil internacional.
Para esta cooptación, resultan básicos los instrumentos ideológicos, culturales e informacionales, expresados a través del control de los medios de comunicación y las Tecnologías de la Informática y las Comunicaciones (TICs) para la conformación de matrices de opinión favorables a los intereses hegemónicos de la elite del poder (Wright Mills, 1957)
La posibilidad que tienen los medios de incluir temas en la agenda internacional, a partir de la construcción de consensos , los convierten en un actor de peso en las dinámicas político-diplomáticas, al punto poder identificarse una diplomacia de los medios. 3 Este tipo de diplomacia resulta básica en el trabajo hacia la sociedad civil, en aras de exportar el modelo de vida y de gobierno estadounidense, como paradigma de la gobernanza y la democracia global.
Desde esa lógica de pensamiento, se comprende a la Diplomacia, como parte inherente a la renovación del liderazgo internacional del hegemón, en su concepción como superpotencia 4 . En los últimos años se ha establecido el smart power y las tres D (entendiendo a la Diplomacia y el Desarrollo como complemento de la Defensa) como el método por el cual EE.UU. intenta proyectar una política exterior y de seguridad más efectiva.
En el actual contexto histórico, la práctica diplomática recuerda las premisas de Hans Morgenthau, al definir la diplomacia como el arte de combinar los distintos elementos del poderío nacional de mayor impacto en el interés nacional. (Morgenthau, 1992) Lo tristemente célebre, es que los llamados intereses nacionales, suele atentar contra la soberanía, la integridad territorial y la autodeterminación de otros pueblos.
No obstante , el escenario que reflejan las condicionantes domésticas e internacionales de ese país amerita de la cooperación de otros actores internacionales. Para esos propósitos, se internacionalizan los principios y conceptos de la elite del poder estadounidense, como referentes para la existencia de una adecuada gobernanza mundial.
Como complemento de este trabajo, se recalcan las amenazas globales sobre las que la diplomacia debe trabajar desde el Departamento de Estado, la USAID, la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por sus siglas en inglés) y las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs). En las acciones diplomáticas se aprecia un creciente uso de contratistas y subcontratistas, y del sector privado económicamente fuerte en los países de interés. Este fenómeno viene dado por la consideración de que al privatizarse elementos estratégicos de la seguridad y la economía de otros estados nacionales, se reducen las opciones que puedan realizar los gobiernos nacionales para mitigar la influencia estadounidense.
Los errores diplomáticos de la Administración de W. Bush (2001-2009), ameritaron por parte del gobierno demócrata de Obama (2009-2017) una serie de cambios en las concepciones del ejercicio diplomático, los cuales se han expresado tanto en documentos rectores del gobierno (en la Estrategia de Seguridad Nacional de 2010 y la Primera Revisión Cuadrienal de Diplomacia y Desarrollo del mismo año, QDDR) como en la nueva estructura y formas de trabajo del Departamento de Estado y la USAID, si bien se aprecian las continuidades lógicas de la proyección internacional de ese Estado-Nación.
En la ejecución de una política internacional 5 más certera, la QDDR ( The First Quadrienal Diplomacy and Development Review, 2010) propone una nueva estructura organizativa y de coordinación para reaccionar rápidamente en situaciones de crisis, conflictos y desastres naturales a nivel global. Asimismo sucede con el trabajo realizado en las embajadas, para otorgar una mayor efectividad a las fundaciones y ONGs que trabajan en función de los intereses estadounidenses. Para ello, se prepondera el uso del llamado “poder civil” que comprende la combinación de las acciones diplomáticas con el trabajo de los especialistas en desarrollo, trabajadores humanitarios y de otra índole, bajo la justificación de “prevenir y responder a las crisis y los conflictos”. 6
Para dar cumplimento a estos objetivos se proponen algunos cambios en el Departamento de Estado, entre los que se destacan la creación del cargo de Subsecretario de Seguridad de Población Civil, Democracia y Derechos Humanos. Este se responsabiliza de la dirección de una nueva Oficina de Operaciones para Crisis y Conflictos. Con esta Subsecretaría se incrementa la capacidad de reacción de ese gobierno en momentos críticos.
También se creó el cargo de Coordinador especial para Sanciones y Finanzas Ilícitas, abogando por que el Congreso sustituya al Coordinador Especial para Antiterrorismo con una Oficina de Antiterrorismo. Además, se creó el cargo de Subsecretario para Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, que acoge la nueva Oficina de Asuntos Internacionales de Energía.
Con estos cambios la política de influencia en el exterior se perfecciona, ajustando las prioridades departamentales hacia aquellos elementos que resultan más efectivos para la demonización mediática. Por ello, los temas vinculados a la seguridad civil, la democracia y los derechos humanos, resultan básicos para la nueva burocracia.
Conforme a estos intereses, en Naciones Unidas se impulsan las agendas de los derechos humanos, la seguridad humana y la responsabilidad de proteger, con una clara inclinación a los intereses geoestratégicos del gobierno estadounidense y otras potencias centrales. Estas medidas actualizan la proyección exterior del imperio a las nuevas circunstancias internacionales, que continúan alentando el Complejo de Seguridad Industrial 7 ; sólo que esta vez bajo un apoyo más coordinado y elocuente del Smart power y las tres D.
A l trabajo de la USAID también se le han realizado reformas, que están encaminadas hacia una mayor interconexión con el Departamento de Estado y el de Defensa. Las acciones de la USAID son orientadas hacia sectores específicos de las sociedades de interés. En este sentido, la diplomacia ciudadana se aprecia como un pilar para la asistencia al desarrollo, según los presupuestos de ese gobierno.
Sintéticamente pudieran resumirse los términos y prioridades en que se proyecta la diplomacia estadounidense desde la USAID en: la promoción de la participación del sector privado, estimular la discusión sobre temas internacionales afines a los intereses del hegemón y el trabajo con los sectores claves para incentivar el modelo democrático y el paradigma de vida de los EE.UU. (Lineamientos USAID 2011-2015)
La confirmación de John Kerry como Secretario de Estado conlleva al análisis de los cambios y continuidades de la diplomacia estadounidense en la seg unda administración de Obama, aunque se considera que permanecerán los elementos priorizados de la política exterior y de seguridad.
Entre las áreas que ha identificado J. Kerry, como básicas para el trabajo diplomático, ha destacado la necesidad promocionar la “democracia” al estilo estadounidense a partir de las TICs. Al respecto el Secretario de Estado comentó que ante los cambios producidos por las nuevas tecnologías, y el crecimiento de su uso por los “jóvenes, las contiendas sectarias y el extremismo religioso”, considera que se debe “hacer un mejor trabajo invitando a la gente a adoptar los valores que siempre nos han inspirado” (Kerry, 2013)
Respecto a Latinoamérica y el Caribe, Kerry señaló a Colombia como un ejemplo de las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y la región. Las tendencias político-diplomáticas manifiestan rasgos de continuidad en cuanto a los temas priorizados hacia el Hemisferio Occidental. Ello está en concordancia con los criterios que manifestara el ex Subsecretario de Estado para la región, Arturo Valenzuela, al considerar:
“ los conceptos sobre los que se sustenta el QDDR guiarán también nuestra estrategia de “participación dinámica”, que pretende impulsar los intereses de Estados Unidos en colaboración con toda América Latina, y a la vez reconoce la importancia de adecuarse a diversas necesidades e intereses.” (Valenzuela, 2011)
Con ella se reafirma el trabajo en lo que Valenzuela denominara como las cuatro prioridades principales: “promover las oportunidades sociales y económicas para todos, afianzar un futuro de energía limpia, garantizar la protección y seguridad de todos los ciudadanos y crear instituciones eficaces de gobernabilidad democrática.” (Valenzuela, 2011) En correspondencia con estos intereses se fortalecen las herramientas diplomáticas de las instituciones multilaterales y regionales como la Organización de los Estados Americanos (OEA).
En otro orden, la diplomacia estadounidense incrementa las acciones para mitigar las relaciones entre Irán y América Latina y el Caribe, incrementando las acciones político-diplomáticas para demonizar al gobierno iraní, atemorizando a la sociedad internacional, sobre el desarrollo nuclear que realiza ese país. Al respecto el presidente Obama precisó: “Hay una coalición unida exigiendo que ellos cumplan con sus obligaciones, y haremos lo que sea necesario para impedir que obtengan un arma nuclear” (Obama, 2013)
En cuanto a la postura exterior contra Corea del Norte, el presidente estadounidense declaró: “El régimen en Corea del Norte debe comprender que sólo logrará seguridad y prosperidad cumpliendo con sus obligaciones internacionales. (…) permaneceremos firmes en respaldo de nuestros aliados, fortaleceremos nuestras propias defensas de misiles, y estaremos a la cabeza del esfuerzo mundial por tomar acción firme en respuesta a estas amenazas.” (Obama, 2013)
Desde otra perspectiva, se busca un mayor entendimiento con Rusia. Debe recordarse que “el presidente negoció el nuevo tratado START con Rusia que reducirá los arsenales nucle ares desplegados a unos 1.550 para el año 2018” (Kellerhals, 2013)
La región de Asia Pacífico continúa siendo priorizada para el trabajo diplomático. En ese sentido, se trabaja para el fortalecimiento del comercio con la región a través de la Alianza Transpacífico. También se busca el incremento financiero y comercial con la Unión Europea (UE). Sobre estos aspectos Obama declaró:
“(…) tenemos la intención de completar las negociaciones para una Alianza Transpacífica. Y, esta noche, (13 de febrero) estoy anunciando que iniciaremos conversaciones para una Alianza Transatlántica de Comercio e Inversión amplia con la Unión Europea, porque el comercio que sea libre y justo a través del Atlántico sustenta millones de empleos americanos bien remunerados.” (Obama, 2013)
Las Alianzas Transpacífica y Trasatlántica, resultan de sumo interés para la política exterior y de seguridad estadounidense, por las potencialidades que tienen para consolidar los intereses económico, comerciales, financieros y geoestratégicos de Estados Unidos, particularmente en el Pacífico. En este aspecto, deben considerarse las alianzas que logra Washington en el Hemisferio Occidental, para asegurar su proyección hacia el Pacífico con los gobiernos de México, Colombia, Perú y Chile (Alianza Pacífico).
Para el mejoramiento de la credibilidad , se continúa el retiro de las tropas estadounidenses de Afganistán, intentando reducir los cuestionamientos sobre las pretensiones de ese país en el Medio Oriente, si bien persisten los objetivos iniciales de dominación. Sobre este aspecto, el presidente Obama comentó: “(…) podemos decir con confianza que los Estados Unidos terminará su misión en Afganistán, y logrará nuestro objetivo de derrotar el núcleo de al Qaeda. (…), puedo anunciar que durante el próximo año, otras 34,000 tropas estadounidenses en Afganistán regresarán a casa (…) nuestra guerra en Afganistán terminará a finales del año que viene.” (Obama, 2013)
Sig uiendo los objetivos prioritarios para la consolidación del liderazgo estadounidense; la política exterior promueve la democracia representativa y la economía de mercado. En este sentido se reconoce la necesidad de una interdependencia, que perpuetúe el liderazgo estadounidense sobre el sistema-mundo. Para ello se basan el smart power y las tres D, sobre lo cual la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton, apuntó: “Con el poder inteligente, la diplomacia será la vanguardia de la política exterior (Clinton, 2009).”
Las perspectivas que arrojan las primeras declaraciones J. Kerry, luego de tomar posesión en el cargo de Secretario de Estado, dejó sentadas sus intenciones para la política exterior y de seguridad en los próximos 4 años al afirmar: “(…) aunque prefiero resolver los conflictos de manera pacífica, mi trayectoria también me ha enseñado que, cuando se agotan los recursos, debemos estar preparados para defender nuestra causa y hacer lo necesario para combatir el extremismo, el terrorismo, el caos y el mal; y lo seguiremos haciendo” (Kurata, 2013)
Estas declaraciones reflejan, que si bien se ejercerá una política ajustada a cada realidad y al contexto histórico de la sociedad internacional, el hegemón continuará usado el hard power en aquellas circunstancias que lo consideren “necesario”.
En líneas generales, pudiera caracterizarse la diplomacia estadounidense, por la preservación y consolidación del régimen imperial, basado en un uso efectivo de los instrumentos del poderío nacional. Para este objetivo, se trabaja en una diplomacia de complemente los temas de seguridad, otorgándole credibilidad a través de la promoción del desarrollo y una relación con el exterior más ajustada a la realidad de cada país.
Así las cosas para la diplomacia en el segundo mandato de Obama (2013-2017), donde el liderazgo y la hegemonía estadounidense se enfrentarán a los interesantes cambios que concurren en la sociedad internacional.
Alejandro L. Perdomo Aguilera
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1 Se entiende la seguridad nacional según la define operacionalmente la Dra. Soraya Castro, como una capacidad de los Estados explica la necesidad de darle seguimiento constante tanto a las amenazas que pueden poner en riesgo la nación como a los recursos con que cuenta el país para responder a dichas amenazas de forma efectiva y exitosa. ¿Qué persiguen, o deben perseguir, los Estados con esta actuación? Alcanzar una condición de seguridad y estabilidad que garantice la continuidad de su sistema y por consiguiente la defensa y preservación de sus intereses y objetivos nacionales. Es una condición relativa por las características de las relaciones internacionales en la era globalizada.
2 Los instrumentos fundamentales de la política exterior y de seguridad de los EE.UU. se articulan en lo fundamental, por los instrumentos militares, políticos, económicos, diplomáticos, ideológicos, culturales e informacionales. Estos se desarrollan a partir de las prioridades que establece el Estado-Nación para lograr sus objetivos estratégicos a nivel internacional. Mediante su combinación efectiva se logra ejercer influencia no sólo con el uso de la fuerza (militar) o la amenaza de la misma, sino también a través del empleo a fondo de los instrumentos diplomáticos, económicos, políticos, informacionales y culturales.
3 El italiano Alberto Bruzzone (2005), comprende a la diplomacia pública tanto para actividades culturales, como de información y de propaganda internacional. “La política pública coordinada desde un gobierno que diversifica su rol de transmisor a través de los actores privados. Se promueve el interés nacional del país mejorando su percepción exterior; su destinatario es la opinión pública de naciones extranjeras que formen parte de un selecto grupo para los intereses del Estado emisor. Asimismo, esta diplomacia propende a establecer y mejorar el diálogo entre los ciudadanos de dos o más países.”
4 El término superpotencia se le concede su origen al neerlandés naturalizado estadounidense Nicholas Spykman, quien plantea en el libro The Geography of the Peace, que la supremacía mundial no-marítima del Reino Unido y Estados Unidos, eran esenciales para la paz y la prosperidad en el mundo. Este término fue desarrollado por Lyman Miller, donde destaca como componentes básicos del estatus de superpotencia cuatro ejes de poder: militar, económico, político, y cultural que fue desarrollado desde las ciencias políticas Joseph Nye como el soft y el smart power.
5 Se entiende como la relación político-diplomática y sociocultural, que se emprende por los diferentes actores del sistema internacional, fundamentados en las políticas exteriores y de seguridad. Esta dada por una interrelación de la política exterior de los Estados, desarrollada en el conjunto de las relaciones interestatales que constituyen el sistema de Estados, aunque no se limita a lo estatal. En la actualidad deben considerarse las que se establecen con ONGs, Fundaciones, Agencias y grupos organizados de la sociedad civil. Todo ello visto desde las relaciones de poder establecidas en el sistema internacional.
6 H Clinton. Presentación de la QDDR. de 2010 el 15 de diciembre. En: http://www.state.gov/j/tip/rls/tiprpt/2012/192366.htm
7 Se toma el término de Complejo de Seguridad Industrial y no el de Complejo Militar Industrial, pues se considera que en la actualidad es mucho más amplio y toma elementos que sobrepasan lo militar.

Por Chávez…por Nuestra América


Por Chávez…por Nuestra América
Chávez, ejemplo de virtud y de entereza,imagen inmortal del sueño bolivariano, de la unión de Nuestra América, de la esperanza y el valorde los pueblos que claman día a día por el triunfo de la segunda y verdadera independencia.
Chávez es pasado, presente y futuro; sus ideas y sus sueños quedarán inmortalizados en las mentes y los corazones de muchas generaciones; porquedemostró con su vida, que la lucha por la emancipación no morirá jamás, que el ansia de los hombres y mujeres de Nuestra América, por una vida más digna y plena,ameritan toda la consagración, el amor y el valor de nuestros pueblos. Chávez es, por su vida y su legado, la prédica con el ejemplo, la luz en el horizonte del símbolo de la unidad de Nuestra América.
Sí…, Chávez ha muerto, pero también ha nacido, germina en una tierra divina, donde habitan los próceres de nuestras emancipaciones.Está allí porque tiene el valor único, de haber reavivado en las nuevas generaciones el sueño bolivariano; porque demostró que sólo los que sueñan con lo imposible, logran lo posible. Sus luchas por la verdadera liberación derribaron fronteras, transgredieron tabúes e invadieron espíritus; forjando la unidad, como la plata en las raíces de los andes, para las luchas contra los hegemonismos, las castas y la desesperanza.
Sí…, Chávez ha muerto, pero seguirá vivo, porque se ha convertido en el alma de la segunda independencia, porque desplegó la llama de la revolución, regando la esperanza y el amor por toda la Madre América.
Desde esas últimas comparecencias, cuando enfrentó con valor y nobleza la realidad que le confrontaba, habló con pasión, desde el torrente de su corazón, para que jamás murieran sus ideas, para que su pensamiento y sus esfuerzos por una vida mejor para nuestros pueblos, continuara encarnada en las nueva generaciones.
Adiós Chávez, con amor sincero y respeto pleno, te escribe uno más de este hermano pueblo cubano, que hoy sufre con Nuestra América, la terrible perdida de tu presencia física, pues siempre estarás en nuestros corazones.

Por Alejandro L. Perdomo Aguilera
alejandro.perdomo91@gmail.com
La Habana, 5 de marzo de 2013


Amñerica Latina entre el narcotráfico y la dominación+Alejandro Perdomo

Entrevista a Junior Garcia Aguilera