lunes, 9 de diciembre de 2013

Ejemplo de Mandela impulsó la lucha por la igualdad en EEUU


Pese a haber estado recluido en prisión entre 1964 y 1990, el ejemplo y el incansable espíritu de Nelson Mandela fue inspiración para la lucha por la igualdad en EEUU por varias generaciones.
El activismo estadounidense no puede ser entendido sin la influencia de la figura de Mandela: su ejemplo definió la lucha por los derechos civiles de los años sesenta, la de la población inmigrante desde César Chávez hasta hoy, e hizo creer en la posibilidad real de un presidente afroamericano en la Blanca.
"La lucha por los derechos civiles y la lucha del pueblo sudafricano van de la mano. Ambos, Martin Luther King y Nelson Mandela, estuvieron en la cárcel en 1963, ambos fueron perseguidos... ambos eligieron reconciliación sobre venganza", indicó el reverendo Jesse Jackson en una entrevista televisiva.
En julio de 1964, un mes después de que Mandela fuera condenado a cadena perpetua en Sudáfrica, Estados Unidos vivió un momento histórico con la promulgación de la Ley de Derechos Civiles, que puso fin a la segregación racial, que como el apartheid relegaba a los negros a ciudadanos de segunda clase.
El congresista demócrata negro Charles Rangel, que conoció personalmente a Mandela, aseguró que la influencia del premio Nobel de la Paz fue vital para acelerar la igualdad racial en EEUU y "acabar con el (muy presente en los sesenta) de que los africanos son inferiores".
El carácter excepcional de Mandela no inspiró a la reprimida comunidad negra en la convulsa década de los sesenta, sino que su influencia se extiende a los movimientos de protesta no violenta de cualquier índole y sirvió de inspiración al primer presidente afroamericano del país, Barack Obama.
En 1981, Obama, un desconocido estudiante de colegio universitario en California, pronunció su primer discurso de activismo político contra el apartheid, en una época en la que a las demandas por la igualdad de derechos en Sudáfrica se sumaban en aquel estado la desobediencia civil de los hispanos o los homosexuales.
"Al igual que muchos en todo el mundo, no puedo imaginar mi propia vida sin el ejemplo que fue para mí Nelson Mandela", dijo Obama ayer en la Casa Blanca en un mensaje de condolencias por la muerte de Madiba en el que recordó ese episodio de su vida.
Aquella protesta antiapartheid fue una de las muchas que se sucedieron en los campus de todo Estados Unidos desde finales de los setenta para pedir a las empresas norteamericanas no invertir ni mantener relaciones comerciales con el opresivo sistema de los "afrikáner" en Sudáfrica.
Esas protestas motivaron marchas en Washington DC de miles de personas, negras, blancas, hombres, mujeres, progresistas y conservadores, para defender dentro y fuera de Estados Unidos la causa de la igualdad como parte indispensable de una democracia.
En 1986, frente a la embajada de Sudáfrica en Washington, donde hoy se depositan ofrendas ante una recién inaugurada estatua de Mandela, cientos de estadounidense se manifestaron pacíficamente contra la Sudáfrica del apartheid y para pedir al presidente republicano, Ronald Reagan, que no vetará sanciones económicas contra ese país, que finalmente fueron aprobadas por el Congreso en octubre.
En 1990, políticos, activistas y un gran número de estadounidenses de todas las razas celebraron como suya la liberación de Mandela de su reclusión de 27 años para iniciar una carrera política hacia la reconciliación del país, que no estuvo ausente de problemas y conflictos.
El fin oficial del apartheid demostró a los movimientos de minorías y por los derechos humanos que la perseverancia y la lucha por una causa justa puede dar frutos a pesar de los obstáculos.
"Un gigante político y moral como Nelson Mandela raramente aparece más de una o dos veces en cien años", indicaba hoy el columnista de "The New Yorker" Hendrik Hertzberg, que comparaba al sudafricano con figuras como Mahatma Ghandi o Abraham Lincoln.
Jairo Mejía
Fuente: EFE

Las horas finales de Mandela


Nelson Mandela presente en la clausura del Mundial




Por John Carlin
Fue 48 horas antes de que Nelson Mandela muriera, cuando el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, recibió una llamada. Era el doctor de Mandela. Le informó de que la situación médica de Mandela se había deteriorado gravemente.
Zuma había recibido varios informes médicos desde que Mandela fue ingresado en un hospital de la capital sudafricana, Pretoria, en junio y devuelto casi tres meses después a su casa en Johanesburgo, donde había indicado que prefería pasar los últimos días de su vida. Pero este informe fue más alarmante que cualquiera de los anteriores. Zuma entendió que Mandela había entrado en la fase final de su larga agonía.
Mandela tenía un exceso de líquido en los pulmones, su punto débil desde los años en la cárcel, y había sucumbido a una infección: la circunstancia que los médicos más habían temido.
La mañana siguiente, el miércoles de esta semana, la esposa de Mandela, Graça Machel, empezó a llamar a miembros de la familia Mandela, distribuidos por toda Sudáfrica y en el exterior, para avisarles de que la hora había llegado y debían venir rápidamente a visitarle.
Machel, su tercera esposa y con la que fue más feliz, estuvo a su lado durante los 181 días que Mandela permaneció en la cama entre su ingreso en el hospital y su muerte. Le leía libros, sin tener muy claro si Mandela seguía lo que le estaba contando, y le cogía de la mano. Machel, una exministra de Educación de Mozambique, donde nació, y una mujer habitualmente muy participativa en foros internacionales relacionados con la salud pública en África, suspendió todas sus actividades oficiales durante el periodo de la enfermedad de su marido.
Ese mismo día, Maki Mandela, la hija mayor del expresidente, anunció que su padre estaba “en el lecho de la muerte”. Ya se sabía, pero el hecho de que pronunciara las palabras hizo saltar las alarmas entre la población sudafricana.
El jueves por la mañana empezaron a desfilar miembros de la familia de Mandela —hijas, nietos, bisnietos— por la casa del primer presidente negro de la historia sudafricana. Entraban en su habitación de dos en dos y en casi todos los casos salían llorando.
Mandela había estado conectado a aparatos que le ayudaban a respirar durante la mayor parte de su enfermedad. Pero ya ni la ciencia podía ayudarle. Los médicos explicaron a los familiares que ya no había nada más que hacer. Mandela se iba. Este era su último adiós.
Ministros del Gobierno llegaron al atardecer y también miembros de la tribu ancestral de Mandela, los Thembu, para llevar a cabo una antigua ceremonia que concluye cerrando los ojos de la persona cuya alma se va. A las 20.50 del jueves, Mandela, que había cumplido 95 años en junio, murió.
La sorpresa fue que hubiese aguantado tanto. Durante su último viaje al extranjero en 2008, para asistir a unos festejos en Londres para celebrar su 90 cumpleaños, ya se veía que le costaba andar y que no estaba en plena posesión de sus facultades mentales. La memoria ya le había empezado a fallar. La última vez que se le vio en público fue antes de la final de la Copa del Mundo de Fútbol en julio de 2010 en Johanesburgo, cuando apareció en el estadio en una silla de ruedas. De ahí en adelante pasó la mayor parte de sus días sin levantarse de la cama.
Durante los últimos meses apenas había podido decir una palabra. Personas cercanas a él cuentan que respondía a presión con presión, por ejemplo cuando se le tocaba la mano, y a veces seguía los movimientos de la gente que le rodeaba con los ojos. Pero poco más.
Murió en su cama, rodeado de su familia. Poca gente, sin excluirle a él, se lo hubiera imaginado en 1961 cuando fundó el movimiento armado del Congreso Nacional Africano, cuyo primer líder fue él mismo. En el juicio que le hicieron en 1964, el fiscal del Estado pidió la pena de muerte. Sospechando que este sería el veredicto final del juez, Mandela dio su famoso discurso ante el tribunal en el que declaró que “si fuera necesario” estaba dispuesto a morir por la causa a la que había dedicado su vida, la democracia y la libertad para su pueblo.
Al final fue condenado a cadena perpetua, pero durante los 27 años que estuvo en la cárcel, otros importantes dirigentes políticos negros fueron asesinados por el aparato de seguridad del apartheid, y cuando Mandela emergió de prisión en 1990 la pesadilla siempre fue que algún fanático de la extrema derecha lo asesinara, lo cual hubiera acabado con el sueño de remplazar el apartheid con una democracia estable y condenado al país al caos perpetuo.
Hoy Sudáfrica está lejos de la utopía, pero se evitó la guerra racial que muchos —con mucha razón— temían, y ahora, por más carencias que exhiba el Gobierno del presidente Zuma, el pueblo vive en democracia y en paz. Este domingo, en todo el país, creyentes y no creyentes participarán en servicios religiosos para conmemorar la figura de Mandela y para dar las gracias por la existencia en la tierra de un hombre sin el cual la democracia y la paz en Sudáfrica —en su día el país más dividido del planeta— sencillamente no hubieran sido posibles.
(Tomado de El País)

Recordaremos a Mandela, Madiba


 

Recordaremos a Mandela, Madiba

Recordaremos desde el elogio del recuerdo y honraremos su voluntad de acero,
Recordaremos al hombre que en cárcel forjó, el acero de la libertad,
Recordaremos al hombre, que con solemnidad martiana, consagró toda una vida a la libertad,
Recordaremos como Madiba, a Tata, Mandela, como hidalgo de las causas justas.
Recordaremos al presidente del honor,
Recordaremos al prisionero del orgullo, número 466
Recordaremos el año 1964 y los 27 restantes,
Recordaremos la cárcel de Robben Island de aquellos 18 largos años,
Recordaremos su valentía en las canteras de cal,
Recordaremos su intransigencia, al no aceptar la libertad personal por mantener la lucha de un pueblo unido,
Recordaremos su libertad y sus posteriores entregas,
Recordaremos sin duda, al luchador contra el apartheid,
Recordaremos por tanto, al libertador del África insensata del apartheid,
Recordaremos con veneración su indignación por la discriminación,
Recordaremos sus desvelos por la lucha contra la segregación,
Recordaremos su sonrisa eterna, su puño galante y su mirada profunda,
Recordaremos su simbolismo identitario,
Recordaremos desde sus señas, a las raíces que identifican la libertad,
Recordaremos al abogado de las causas nobles,
Recordaremos al político universal,
Recordaremos al líder legítimo, a Mandela Presidente, en Madiba y en Tata,
Recordaremos sus veintisiete años de encierro,
Recordaremos su vida y su obra,
Recordaremos sus baches y sus logros, y aprenderemos de todo,
Recordaremos para su inmortalidad, su canto eterno y clásico por la libertad.
Por Alejandro L. Perdomo Aguilera
alejandro.perdomo91@gmail.com
https://twitter.com/@AlejandroLPerdo

jueves, 5 de diciembre de 2013

FARC-EP amplían las propuestas sobre la política antidrogas, la soberanía y el buen vivir de los pobres del campo

Comunicado
Por Delegación de Paz de FARC-EP



La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, diciembre 3 de 2013

Política anti-drogas para la soberanía y el buen vivir de los pobres del campo

DIEZ PROPUESTAS MÍNIMAS

1. POLÍTICA ANTI-DROGAS INTEGRAL, SOBERANA, DEMOCRÁTICA Y PARTICIPATIVA, ORIENTADA A LOS POBRES DEL CAMPO Y A LOS CONSUMIDORES.

En atención al fracaso de la llamada guerra contra las drogas impuesta por el imperialismo de los Estados Unidos, se diseñará e implementará una política anti-drogas de carácter integral, que considere todas las fases del proceso de producción (producción, circulación, distribución y consumo) de drogas ilícitas. Dicha política deberá atender los principios de soberanía y autodeterminación y de rechazo a toda forma de intervención imperialista extranjera; pondrá encima la defensa de los intereses nacionales; deberá ser construida en forma democrática y participativa, es decir, se fundamentará en la más amplia participación del conjunto de fuerzas políticas y sociales de la Nación y se acompañará de los aportes brindados por la comunidad académica y científica. De manera especial, se enfocará en la defensa de los eslabones más débiles de la cadena, los pobres del campo y los consumidores de drogas ilícitas, hasta ahora perseguidos, estigmatizados y criminalizados.

2. CONDICIONES ESTRUCTURALES PARA LA SUPERACIÓN DE LOS USOS ILÍCITOS DE LOS CULTIVOS DE COCA, MARIHUANA Y AMAPOLA

En consideración a que las causas fundamentales de la aparición y la expansión de los usos ilícitos de los cultivos de coca, amapola y marihuana son de carácter socioeconómico y se encuentran en la pobreza y miseria de los desposeídos, expropiados y desplazados del campo, de las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendientes, la condición estructural necesaria para su superación radica en la realización de una reforma rural y agraria integral, socio-ambiental, democrática y participativa, que supere el latifundio improductivo y los usos extractivos minero-energéticos que favorecen la gran minería transnacional y la producción de agro-combustibles, y redistribuya y posibilite el acceso a la propiedad sobre la tierra de los campesinos, en condiciones de sostenibilidad económica y socio-ambiental para su buen vivir, y para contribuir a garantizar la soberanía alimentaria.  De manera especial, se requiere el respeto y el reconocimiento de los territorios de las comunidades campesinas, indígenas y afro-descendientes y de su derecho al pleno disfrute de éstos. Las Zonas de Reserva Campesina constituyen un pilar de la sustitución de los usos ilícitos de los cultivos, razón por la cual deben tener una protección constitucional y legal. Los derechos humanos prevalecerán sobre la política anti-drogas. En todo caso, ésta tendrá una perspectiva de género y enfoques diferenciales.

3. RECONOCIMIENTO Y ESTÍMULO A LOS USOS NUTRICIONALES, MEDICINALES, TERAPÉUTICOS, ARTESANALES, INDUSTRIALES Y CULTURALES DE LOS CULTIVOS DE HOJA DE COCA, MARIHUANA Y AMAPOLA

Teniendo en cuenta que la hoja de coca posee usos alimenticios, medicinales, terapéuticos, artesanales industriales y culturales, y que la marihuana y la amapola poseen algunos de ellos, todos demostrados científicamente, se adoptará una política de reconocimiento y estímulo a esos cultivos por parte del Estado cuando sean destinados para dichos fines. Ello implica estrictas regulaciones y controles estatales sobre la producción y el mercado, incluida la definición de zonas de producción, la fijación de precios de sustentación y condiciones socio-ambientales. De manera especial, se protegerán y aprehenderán las prácticas ancestrales de las comunidades y pueblos indígenas. Los recursos necesarios serán dispuestos por el Estado.

4. SUSTITUCIÓN DE LOS USOS ILÍCITOS DE LOS CULTIVOS DE COCA, MARIHUANA Y AMAPOLA Y PROGRAMAS DE DESARROLLO ALTERNATIVO

En casos a definir y concertar con las respectivas comunidades campesinas, indígenas y afro-descendientes, se emprenderá la sustitución de los usos ilícitos de los cultivos de coca, marihuana y amapola a través del diseño e implementación de programas de desarrollo alternativo. Dichos programas deberán contar con el apoyo y la financiación estatal, para lo cual se conformará un fondo especial; atenderán la requerida sostenibilidad socio-ambiental; y garantizarán la correspondiente rentabilidad económica y financiera. Asimismo, estarán sometidos a una permanente revisión y evaluación de los compromisos contraídos por el Estado a través de una Comisión de seguimiento y monitoreo, que contará con la participación activa y decisoria de las comunidades involucradas. Las FARC-EP reafirman el compromiso de apoyo a dichos programas, expresado en su momento en San Vicente del Caguán, por nuestro Comandante Manuel Marulanda Vélez. 

5. SUSPENSIÓN INMEDIATA DE LAS ASPERSIONES AÉREAS CON GLIFOSATO Y REPARACIÓN INTEGRAL DE SUS VÍCTIMAS

Como un gesto para la construcción de una paz estable y duradera, y en atención a los daños que se generan sobre la vida, la salud, el medio ambiente, la economía, el trabajo y la soberanía alimentaria, incluidos los niños y las mujeres embarazadas, al desplazamiento forzado y la destrucción de comunidades que provocan, se procederá a la suspensión inmediata de las aspersiones aéreas con glifosato. De igual forma se iniciará un programa de reparación integral (individual y colectiva) de las víctimas de dichas fumigaciones a lo largo de las últimas décadas, las cuales deberán ser identificadas mediante censo especial. Para tal efecto, se tomarán como referente inicial las condiciones de reparación pactadas por el Estado colombiano con la hermana República de Ecuador por las aspersiones realizadas que afectaron parte del territorio y de los habitantes de ese país. La reparación integral compromete a los agentes causantes de los daños: el Estado colombiano, el Estado de los Estados Unidos que ha cofinanciado dicha política, y las empresas transnacionales productoras del agente químico glifosato.

6. DESMILITARIZACIÓN DE LA POLÍTICA ANTI-DROGAS, NO INTERVENCIONISMO IMPERIALISTA Y DESCRIMINALIZACIÓN DE LOS POBRES DEL CAMPO.

Se procederá a la desmilitarización de la política antidrogas y al rechazo del intervencionismo imperialista estadounidense en ella, lo cual supone sustraerla de la política contrainsurgente basada en la doctrina de la “seguridad nacional”. Ello implica desligarla de los intereses geopolíticos de Estados Unidos en Nuestra América, así como la sustitución de los llamados Planes de Consolidación, que someten a la ocupación militar a los territorios campesinos, indígenas y afro-descendientes, por Planes Territoriales de construcción de paz. De igual manera, conlleva la no persecución, la no estigmatización y la descriminalización de los pobres del campo, de sus organizaciones y de sus líderes; es decir, una revisión y redefinición a fondo de la actual política criminal del Estado.   

7. TRATAMIENTO DEL CONSUMO DE DROGAS SICOACTIVAS COMO PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA Y DESCRIMINALIZACIÓN DE LOS CONSUMIDORES.

El consumo de drogas sicoactivas será tratado como un problema de salud pública en atención a que es un fenómeno de carácter multicausal, generado por las condiciones económicas, políticas, sociales, culturales propias de la sociedad capitalista, y relacionado con la pobreza, el desempleo, la falta de acceso al sistema educativo, la exclusión social, y la carencia de perspectivas de vida inherentes a dicha sociedad. La responsabilidad principal para enfrentarlo recae sobre el Estado, que debe comprometerse con políticas de prevención del consumo, de tratamiento terapéutico a los consumidores, y de solución de las causas estructurales que lo originan. Las políticas a diseñar en este campo deben ser construidas en forma democrática y participativa, involucrando a instituciones especializadas y a los consumidores directamente afectados; así mismo requieren el alistamiento del sistema de seguridad social y la disposición correspondiente de recursos. De manera especial, es necesaria la superación de las políticas prohibicionistas y la consideración de la regulación estatal del consumo, incluida la legalización. Deben proscribirse las prácticas de estigmatización, persecución y criminalización de los consumidores, para lo cual se hace indispensable una revisión y redefinición de la política criminal del Estado. 

8. POLÍTICA ANTI-DROGAS CENTRADA EN EL DESMONTE DE LAS ESTRUCTURAS NARCO-PARAMILITARES, CRIMINALES Y MAFIOSAS ENTRONIZADAS EN EL ESTADO.

La política anti-drogas debe centrarse en el desmonte de las estructuras narco-paramilitares, criminales y mafiosas entronizadas en el Estado. Ello supone la identificación de sus dispositivos y relaciones de poder territorial y la depuración de todos los poderes del Estado, incluidas las fuerzas militares y de policía, considerando los demostrados niveles de corrupción e infiltración del narcotráfico, muchos de conocimiento público. Igualmente conlleva el reconocimiento de que los capitales y los poderes mafiosos del narcotráfico han permeado el sistema político y de partidos, las campañas presidenciales, las elecciones parlamentarias, hasta conformar una “narco-democracia”; han servido de soporte de estrategias contrainsurgentes terroristas de Estado, de carácter paramilitar; y conformado un gran poder de control territorial, a través del cual se han alistado territorios para promover nuevos y lucrativos negocios con la tierra y los recursos naturales, y se ha accedido a los recursos públicos. 

9. POLÍTICA ANTI-DROGAS CENTRADA EN LA PERSECUCIÓN A LOS CAPITALES INVOLUCRADOS EN EL PROCESO ECONÓMICO DEL NARCOTRÁFICO

La política anti-drogas debe concentrarse en la persecución a los capitales involucrados en el proceso económico del narcotráfico, así como en el conjunto de sus principales beneficiarios. Además de los propios narcotraficantes, se trata de los proveedores transnacionales de los insumos químicos para la producción de drogas ilícitas, de las empresas transnacionales productoras de material bélico que han armado los grupos narco-paramilitares, de empresarios capitalistas legales de la producción, la construcción y los servicios, que en la afanosa búsqueda de mayores rentabilidades han establecido “alianzas empresariales”, de expertos lavadores de dinero en instituciones financieras y en los mercados de capitales. La misma política económica neoliberal del Estado se ha beneficiado, pues el blanqueo de dinero contribuye a la estabilidad macroeconómica. En razón de lo anterior, se hace necesario la conformación de una Comisión de la verdad que establezca quiénes se enriquecieron, facilitaron y promovieron el negocio del narcotráfico en todos los niveles. De igual manera, resulta imprescindible, una revisión de las políticas neoliberales de desregulación financiera, incluido el restablecimiento del monopolio estatal sobre la compra y venta de divisas y de los controles estatales a los flujos de capital.

10. RESPONSABILIDAD DE LOS ESTADOS DEL CAPITALISMO CENTRAL, COMPROMISOS REGIONALES Y REQUERIMIENTOS PARA LA IMPLEMENTACIÓN DE UNA POLÍTICA ANTI-DROGAS DE CARÁCTER GLOBAL.

Considerando el proceso de globalización capitalista, no hay posibilidad para una política anti-drogas que se circunscriba al ámbito nacional estatal. La política anti-drogas debe involucrar a los países del capitalismo central, en especial a Estados Unidos y Europa. Sin su compromiso y responsabilidad para contribuir a la reducción de la demanda, enfrentar los problemas del consumo y combatir el blanqueo de dinero en sus respectivos países, no hay lugar para una solución real y efectiva al problema de las drogas ilícitas. Si las políticas aquí propuestas tuvieran la opción de adelantarse de manera exitosa, el negocio se trasladaría con fuerza a nuestros países hermanos, como de hecho ya ha venido ocurriendo. Por ello, la política anti-drogas requiere asumir compromisos regionales, entre otras cosas para que los argumentos de la “guerra contra las drogas” no sean esgrimidos contra los procesos de cambio político que se viven en Nuestra América. En ese sentido, se hace necesaria la realización de una Conferencia internacional que involucre a los principales países productores y consumidores, así como a aquellos que cumplen una función de circulación en esta empresa capitalista transnacional de carácter criminal, de la cual deben salir compromisos concretos de los involucrados, con el fin de contribuir a la solución del problema de las drogas ilícitas en nuestro país.
 
Fuente: Colombia Soberana La voz de los oprimidos

FARC presenta propuestas sobre política antidrogas


acuerdo-paz-farc-gobierno-colombiano-400x285  La delegación de la insurgencia colombiana que sostiene un diálogo de paz con el gobierno de su país presentó hoy en La Habana propuestas sobre la política antidrogas, relacionadas con el cuarto punto de la agenda de las pláticas.



Los guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) plantearon la necesidad de establecer una política antidrogas integral, desmilitarizada y dirigida al desmontaje de los grupos criminales y la persecución de los capitales involucrados en el proceso económico del narcotráfico.
Además, llamaron la atención sobre la “descriminalización de los pobres del campo”, el tratamiento del consumo de drogas psicoactivas como un problema de salud pública y la creación de condiciones para superar los usos ilícitos de los cultivos de coca, marihuana y amapola.
La sustitución de esos cultivos debe estar acompañada por programas de desarrollo alternativo y el reconocimiento de sus usos benéficos, agregaron.
Por último, destacaron la responsabilidad de los estados y los compromisos regionales en la implementación de una política antidrogas de carácter global.
Estas propuestas fueron formuladas con el objetivo de alcanzar una solución definitiva de la manera más justa y adecuada, destacó Pablo Catatumbo, miembro del grupo negociador de las FARC-EP, al leer el comunicado del grupo.
Ambas partes de la mesa de diálogo en La Habana alcanzaron a finales de mayo un primer acuerdo parcial sobre el tema agrario y otro a inicios de noviembre referido a la futura participación política del grupo armado y otras organizaciones tras el fin del conflicto.
El debate sobre las drogas ilícitas es el tercero en producirse tras un año de la instalación de la mesa de conversaciones en la capital cubana.
Fuente:CUBADEBATE

Las FARC-EP presenta diez propuestas mínimas contra las drogas

por Ismael Francisco

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El jefe de la delegación guerrillera, Iván Márquez, presenta las propuestas. FOTO: Ismael Francisco/CUBADEBATE
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno de ese país sudamericano prosiguen este martes en La Habana con el punto de la agenda de los diálogos de paz relacionado con el problema de las drogas ilícitas.
El jefe de la delegación guerrillera, Iván Márquez, dio a conocer a la prensa un documento con diez propuestas mínimas para resolver este problema en el campo colombiano.
El texto pide implementar una política antidrogas integral, sin la injerencia de alguna potencia extranjera y con carácter participativo. Resalta además que el flagelo se debe a condiciones socioeconómicas y a la pobreza existente en muchos sectores de la sociedad.
Las FARC-EP pide además que el gobierno estimule el cultivo de algunas de estas plantas con fines medicinales, los cuales están probados científicamente, pero con un estricto control; de esta forma, no se afectarán los ingresos de muchos campesinos cuyo medio de vida son este tipo de productos.
El proyecto incluye la suspensión inmediata de los ataques aéreos con glifosato y la reparación integral a sus víctimas, la desmilitarización de las políticas antidrogas, el desmontaje de las estructuras narco-paramilitares del Estado, y el tratamiento de la adicción como un problema de salud pública.
(Con información de agencias)
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Delegación de las FARC-EP ofrece soluciones para el problema de las drogas. FOTO: Ismael Francisco/CUBADEBATE
Miembros del Gobierno de Colombia. Foto: Ismael Francisco/Cubadebate.
Miembros del Gobierno de Colombia. FOTO: Ismael Francisco/Cubadebate.
Fuente: CUBADEBATE

Entrevista a Junior Garcia Aguilera