Tiempos de cambios: Estados Unidos, Latinoamérica y Cuba ante los problemas de Seguridad Global
miércoles, 10 de septiembre de 2014
La legalización del cannabis en el estado de Washington cultiva el conocimiento, no sólo el cannabis
Un informe sobre la estrategia del estado para evaluar la reforma
Informe de WOLA/Brookings Por Philip Wallach
El 6 de noviembre de 2012, los electores en los estados de Washington
y Colorado tomaron la trascendental y casi totalmente innovadora
decisión de legalizar y regular el cannabis para uso recreacional.
Aunque en muchos países se ha intentado aplicar formas de
descriminalización o de uso médico legalizado del cannabis, ninguno se
había aventurado a legalizar la producción, distribución y consumo
recreacional de la droga, menos aún a erigir un sistema regulatorio
integral y dirigido por el estado para supervisar el mercado. Pese a la
falta de experiencia, y no obstante el claro conflicto con la ley
federal sobre drogas, sólidas mayorías de votantes en Washington y
Colorado decidieron que sus estados serían los pioneros de la
experimentación. (En 2013, Uruguay les seguiría los pasos). La apertura
de puntos de venta de cannabis legal se hizo realidad en Colorado desde
enero de este año, y en Washington desde el 8 de julio pasado.
Mientras que Colorado viene capturando titulares por su rápido (y, en
muchos aspectos, impresionante) despliegue de la legalización2, se
puede afirmar que Washington está emprendiendo la reforma más radical y
amplia. Esta reforma busca, en efecto, cambiar no solamente la manera en
que el estado regula el cannabis, sino también desarrollar herramientas
mediante las cuales se evalúen las reformas, y mostrar que dichas
herramientas pueden ser relevantes en medio del tumultuoso debate
político partidario. Washington ha lanzado dos iniciativas. Una de ellas
se refiere a políticas sobre drogas; la otra trata del conocimiento. En
el mundo de las políticas sobre drogas y, de hecho, en el mundo de la
administración pública de modo más general, este enfoque es sumamente
novedoso.
Esta segunda reforma, aunque menos pregonada que la legalización que
domina los titulares, resulta de muchas maneras tan audaz como la
primera. El gobierno del estado de Washington está tomando muy en serio
su papel como laboratorio de la democracia, incrementando sus
herramientas y dedicando recursos para dar seguimiento a su experimento
de una manera inusualmente meticulosa. Varias características
innovadoras resultan particularmente dignas de mención:
Una porción de los ingresos generados por el tributo especial a la
venta de cannabis financiará investigaciones sobre los efectos de la
reforma y sobre cómo pueden mitigarse de manera efectiva sus costos
sociales. En efecto, el estado ha desarrollado mecanismos para evaluar
sus políticas de reforma desde el primer día, con un flujo de
financiamiento dedicado a financiar la continuidad e independencia
política del mecanismo.
Las acciones de investigación están siendo coordinadas a través de
múltiples agencias estatales, incluyendo el Departamento de Servicios
Sociales y Sanitarios, el Departamento de Salud, y la Junta para el
Control de Licores (Liquor Control Board, LCB). En lugar de depender
únicamente de un punto de vista o fuente de información, el estado viene
enfocando muchas perspectivas para tratar de crear una evaluación
multifacética del tema.
El Instituto de Políticas Públicas del Estado de Washington
(Washington State Institute for Public Policy, WSIPP), el centro de
estudios internos del estado, realizará un análisis de costo-beneficio
que virtualmente no tiene precedentes en cuanto a su ámbito y duración.
Si este estudio es ejecutado con éxito, brindará un parámetro de los
logros de la reforma, el cual puede ayudar a enfocar y regular el debate
político.
Al combinar estas técnicas, los gestores de políticas del estado de
Washington buscan no sólo armarse de recursos para regular de manera
proactiva el cannabis legal sino también para informar e influenciar de
manera igualmente proactiva las batallas de información que rodearán al
tema del cannabis legal. Esto no es poca cosa considerando que la
regulación del cannabis es un debate político en la cual abundan los
defensores apasionados y, a menudo, desmedidos. Mientras las líneas de
batalla en la guerra de la información entre los defensores y
detractores de la legalización se endurecen, los esfuerzos del estado
por desarrollar conocimientos brindan a las autoridades la oportunidad
de trascender los incansables ritmos del ciclo noticioso y de poner sus
miras en horizontes temporales más relevantes. Los partidarios de la
reforma a lo largo del país—en cuanto a políticas sobre cannabis, así
como en otros campos—harían bien en aprender de este segundo
experimento, tanto como del primero.
Este documento describe los experimentos paralelos que tienen lugar
en Washington: el experimento sobre el cannabis y el referido al
conocimiento. El documento sopesará el potencial y los obstáculos del
experimento estatal referido al conocimiento. Y ofrecerá algunas
reflexiones sobre cómo aprovechar al máximo las innovaciones planteadas
en Washington—tanto por quienes están más interesados en las políticas
sobre drogas, como por aquellos que buscan mejorar la manera de realizar
reformas de políticas de cualquier tipo. Para bajar la introducción y resumen, haga clic aquí. Para leer el informe completo (sólo en inglés), haga clic aquí.
Por Philip Wallach
El 6 de noviembre de 2012, los electores en los estados de Washington y Colorado tomaron la trascendental y casi totalmente innovadora decisión de legalizar y regular el cannabis para uso recreacional. Aunque en muchos países se ha intentado aplicar formas de descriminalización o de uso médico legalizado del cannabis, ninguno se había aventurado a legalizar la producción, distribución y consumo recreacional de la droga, menos aún a erigir un sistema regulatorio integral y dirigido por el estado para supervisar el mercado. Pese a la falta de experiencia, y no obstante el claro conflicto con la ley federal sobre drogas, sólidas mayorías de votantes en Washington y Colorado decidieron que sus estados serían los pioneros de la experimentación. (En 2013, Uruguay les seguiría los pasos). La apertura de puntos de venta de cannabis legal se hizo realidad en Colorado desde enero de este año, y en Washington desde el 8 de julio pasado.
Mientras que Colorado viene capturando titulares por su rápido (y, en muchos aspectos, impresionante) despliegue de la legalización2, se puede afirmar que Washington está emprendiendo la reforma más radical y amplia. Esta reforma busca, en efecto, cambiar no solamente la manera en que el estado regula el cannabis, sino también desarrollar herramientas mediante las cuales se evalúen las reformas, y mostrar que dichas herramientas pueden ser relevantes en medio del tumultuoso debate político partidario. Washington ha lanzado dos iniciativas. Una de ellas se refiere a políticas sobre drogas; la otra trata del conocimiento. En el mundo de las políticas sobre drogas y, de hecho, en el mundo de la administración pública de modo más general, este enfoque es sumamente novedoso.
Esta segunda reforma, aunque menos pregonada que la legalización que domina los titulares, resulta de muchas maneras tan audaz como la primera. El gobierno del estado de Washington está tomando muy en serio su papel como laboratorio de la democracia, incrementando sus herramientas y dedicando recursos para dar seguimiento a su experimento de una manera inusualmente meticulosa. Varias características innovadoras resultan particularmente dignas de mención:
Este documento describe los experimentos paralelos que tienen lugar en Washington: el experimento sobre el cannabis y el referido al conocimiento. El documento sopesará el potencial y los obstáculos del experimento estatal referido al conocimiento. Y ofrecerá algunas reflexiones sobre cómo aprovechar al máximo las innovaciones planteadas en Washington—tanto por quienes están más interesados en las políticas sobre drogas, como por aquellos que buscan mejorar la manera de realizar reformas de políticas de cualquier tipo.
Para bajar la introducción y resumen, haga clic aquí.
Para leer el informe completo (sólo en inglés), haga clic aquí.