lunes, 18 de noviembre de 2013

Se mueven las "placas tectónicas" del sistema internacional


En la Iª Conferencia de Estudios Estratégicos que tuvo lugar la semana pasada en Cuba, organizada por el Centro de Investigaciones de Política Internacional, se examinaron con detenimiento las principales manifestaciones de la fase actual caracterizada como de “transición geopolítica”. Uno de esos componentes es este significativo desplazamiento de las “placas tectónicas” económicas del sistema internacional, llamado a tener enormes repercusiones en la política mundial. Nótese como en este estudio cuyos resultados compartimos -hecho por la OECD, un organismo insospechado de poseer un átomo siquiera de marxismo o antiimperialismo- se prevé el descenso de la gravitación económica de Estados Unidos del 22.7 % del PIB mundial al 17.8 % para el año 2030, que en términos histórico-sociales es un lapso sumamente breve. Japón también desciende, al igual que lo hacen otras economías de la OECD y de manera mucho más abrupta las de la zona Euro. Por contraste la China pega un “gran salto adelante” (recordar lo que proponía Mao, que se produjo aunque … ¡no precisamente en la forma que él quería!) y se pronostica que entre el 2011 y el 2030 aquel país pasará de representar del 17 % del PIB mundial a casi el 28 %, al paso que la India ya se situaría en poco más del 11 %. Para ese año, 2030, China y la India combinadas darían cuenta del 39 % del PIB global, y en el 2060 poco menos que la mitad, un 46 %. ¡Impresionante!

Si bien es cierto que es preciso manejar estas cifras con mucha cautela porque acontecimientos inesperados –una guerra mundial o de gran importancia para una región del mundo desarrollado, una catástrofe ecológica, procesos revolucionarios, la profundización de la crisis capitalista, el prematuro agotamiento de algún recurso natural estratégico, como el petróleo, etcétera- pueden alterar dramáticamente estas predicciones, las tendencias están firmemente establecidas. Que luego por algún motivo estas se desvíen, estanquen o -¿por qué no?- aceleren no puede ocultar el hecho de que este movimiento ya está en marcha y que ya ha tenido como resultado la ampliación de los márgenes de maniobra y potencial autonomía de los países de Nuestra América. Que países como Venezuela, Ecuador y Bolivia hayan resistido las ofensivas destituyentes del imperio es una prueba de lo que venimos diciendo. Que Cuba haya resistido a más de medio siglo de bloqueo integral es otra.  Que las bravuconadas retóricas de Washington no hayan podido detener el programa nuclear de Corea del Norte e Irán demuestran lo mismo. Y, más recientemente, la postergación del ataque a Siria anunciado por la Casa Blanca y la fulminante reaparición de Rusia como un actor de gran  peso en el escenario mundial es también un claro indicador de que la “transición geopolítica” ya está en marcha y es harto improbable que algo pueda detenerla. Para concluir, el debilitamiento del poderío global de Estados Unidos –y por lo tanto de su capacidad para imponer su dominación tal como acostumbraba a hacer-  y la emergencia de nuevas configuraciones de poder económico y político, eso que Chávez denominaba el "policentrismo", abre las puertas para un orden internacional potencialmente más justo y equitativo. Para que esto se transforme en una realidad, sin embargo, se requerirán muchos esfuerzos de los pueblos y gobiernos que pugnan por emanciparse de los grilletes del imperialismo, mucha inteligencia política y mucha militancia para neutralizar la contraofensiva que el imperio ya ha lanzado, sobre todo en contra de Nuestra América, que como lo dijeran Fidel y el Che, es  su área de reserva estratégica fundamental.
Porcentaje sobre el PIB global
( Medido en PPP -Paridad de poder adquisitivo- del año 2005)

Estados Unidos
Japón
Zona
Euro
Otros OECD
Otros no OECD
China
India
2011
22,7%
6,7%
17,1%
18,2%
11,7%
17,0%
6,6%
2030
17,8%
4,2%
11,7%
15,3%
12,0%
27,9%
11,1%
2060
16,3%
3,2%
8,8%
14,0%
11,7%
27,8%
18,2%

Fuente:
Long-term Growth Scenarios, OECD Economics Department Working Paper No. 1000, en prensa.




A continuación van dos gráficas que ilustran con elocuencia los números de la tabla precedente y los cambios en la economía internacional.


Fuente: Blog de Atilio Boron

viernes, 1 de noviembre de 2013

Despenalización de las drogas: un camino posible



 
Desde Guatemala

por Marcelo Colussi

El consumo de sustancias psicotrópicas con fines evasivos es absolutamente humano; siempre se dio, y nada puede garantizar que no se siga dando. Haber transformado esa condición humana en un lucrativo negocio es relativamente nuevo. La actual narcoactividad crece en el mundo, en todas sus facetas: producción de drogas ilícitas, tráfico, comercialización, consumo, lavado de los capitales que genera. Guatemala no escapa a esa tendencia.
Somos un país de tránsito de drogas ilegales, un puente entre Sudamérica, donde se produce la mayor cantidad de cocaína, y Estados Unidos, su principal consumidor mundial. La situación de paso hacia el norte en el tránsito de sustancias ilícitas trae aparejada una aureola de violencia que va definiendo la dinámica social. La violencia ligada a la narcoactividad ronda el 40% de los homicidios que tienen lugar hoy en el país.
El circuito de la narcoactividad en su conjunto representa hasta un 10% del Producto Bruto Interno, lo que hace del negocio un poderoso factor de influencia política y creciente presencia sociocultural. Podría decirse que en este momento están sentadas las bases para pasar a ser un narco-Estado.
La debilidad estructural del mismo, su cultura histórica de corrupción y abandono en el cumplimiento de sus tareas básicas de atención de las grandes necesidades de la población, permite la avanzada de la narcoactividad, por no querer y/o no poder ofrecer alternativas, dejando así en manos de redes criminales aspectos que, de suyo, deberían ser de su competencia.
Hasta la fecha, las distintas acciones para abordar el problema de la narcoactividad dentro del país se han venido realizando desde marcos punitivos. Ello responde a las pautas fijadas por el gobierno de Estados Unidos para la región, desde donde se imponen planteos prohibicionistas que se ligan con luchas frontales al tema de las drogas prohibidas, siempre desde una lógica militarizada. La evidencia demuestra que esa lucha no da grandes resultados (o ninguno), pues el consumo global no baja y la violencia concomitante a su comercialización no se detiene. Por ello existen planteos alternativos que ponen el énfasis en abordajes que hacen de todo el asunto un problema socio-sanitario, lo que constituye una visión superadora del paradigma prohibicionista.
El Ejecutivo Nacional lanzó el año pasado la propuesta de despenalizar las drogas, desmarcándose así de la lógica dominante impuesta por Washington. La idea surgió como propuesta de política externa, pero a nivel nacional no se ha desarrollado nada para darle sostenimiento. En principio, poco o nada trabajada como está la iniciativa, la opinión pública nacional no se muestra especialmente favorable a la despenalización, enfrascada en otro tipo de problemas más acuciantes del día a día. En sentido estricto, no existe una propuesta orgánica a nivel nacional que dé sustento a la iniciativa presidencial.
La forma en que se trajo la propuesta al seno de los países de la región centroamericana no fue la más feliz. Tuvo mucho de impositivo y faltó un trajo previo de cabildeo. Si bien se logró instalar el tema en la OEA, ello no asegura que la despenalización como política regional tenga un futuro asegurado, ni a través del organismo diplomático ni del consenso entre países del área.
El planteamiento de la despenalización en solitario, sólo por parte de Guatemala, es un imposible. El negocio de las drogas ilegales es un problema global, y siendo nuestro país un eslabón más en la compleja cadena que une los productores de Sudamérica con los consumidores de América del Norte, obliga a hacer abordajes regionales. En el punto actual de la propuesta, no está claro qué ni cómo se despenalizaría exactamente, y menos aún, cómo eso bajaría efectivamente los índices de violencia. Ello debería obligar a un pormenorizado estudio con base científica que fundamente con precisión qué hacer para la promoción de una política de Estado en el tema, sostenible en el tiempo más allá de la administración actual.

miércoles, 2 de octubre de 2013

EEUU usa fuerzas especiales en América Latina




 por DAVID BROOKS 
 Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos están presentes cada vez más en América Latina para tareas de capacitación y de recaudación de inteligencia y otras misiones militares que, con otros programas de asistencia estadounidense a la región, se realizan bajo el rubro del viejo esquema de la lucha antinarcóticos, a pesar de los llamados por un cambio en las políticas antinarcóticos, concluye un nuevo informe sobre la asistencia de seguridad estadounidense en el hemisferio.

El informe publicado hoy por tres centros de investigación y análisis –Grupo de Trabajo para Asuntos Latinoamericanos (LAWGEF), Centro para políticas Internacionales (CIP) y la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) que mantienen un banco de datos conjunto sobre programas de asistencia estadounidense a América Latina– registra que aunque el nivel de asistencia estadounidense se ha reducido a uno de los más bajos en una década, lo preocupante es un mayor énfasis en relaciones militares menos transparentes y la sordera ante el creciente coro a favor de repensar las políticas prohibicionistas sobre las drogas por todo el hemisferio.

En gran medida, lo que viene ocurriendo no se refleja en los grandes presupuestos, sino que bien encubierto por un velo de misterio, deslucidos informes ante el Congreso y el público, y una migración del manejo de programas el Departamento de Estado hacia el Departamento de Defensa, subraya el informe, Hora de escuchar: tendencias en asistencia de seguridad de Estados Unidos hacia América Latina y el Caribe.

Más aún, el informe indica que a lo largo de los últimos años Estados Unidos ha ampliado su participación directa en operaciones antidrogas en el hemisferio occidental, sobre todo en América Central.

El informe destaca que, como en casi todo rubro, el gobierno de Barack Obama ha favorecido el empleo de Fuerzas de Operaciones Especiales en sus políticas de seguridad, y que serán cada vez más empleadas en América Latina para capacitación y organizar ejércitos. Tales misiones cumplen funciones que van más allá de la mera provisión de entrenamiento. Ellas permiten que las unidades de Fuerzas Especiales se familiaricen con el terreno, la cultura y los oficiales claves en países donde algún día podrían operar, indica el informe. Agrega que también permiten que el personal estadounidense reúna información confidencial sobre sus países anfitriones.

También hay programas para establecer más unidades militares y policiales especializadas y otras fuerzas de élite que son capacitadas y operan con la supervisión de Estados Unidos y se vuelven un mecanismo de bajo costo para mantener la presencia e influencia de Estados Unidos en la guerra contra las drogas, sostiene el informe.

Además hay otros equipos, como las Unidades de Investigación Confidencial o SIU, grupos ultrasecretos de agentes élite de la región bajo supervisión de la DEA y la CIA, operando en varios países, incluyendo recientemente México. De hecho, la DEA cuenta con más oficiales en México que en cualquiera de sus otros puestos en el extranjero.

El informe también destaca el papel cada vez más amplio de Colombia en la capacitación y asistencia, así como la exportación de su modelo, a otros países latinoamericanos en el contexto de la lucha antinarcóticos, incluido México, donde Colombia ha participado en la capacitación de miles de policías mexicanos.

Fracasos de la guerra contra las drogas

A la vez, indica que a más de 40 años de la declaración de la guerra contra las drogas, con sus fracasos empíricos (desde 2000, por ejemplo, Washington ha gastado aproximadamente 12 mil 500 millones de dólares en América Latina en programas antinarcóticos con resultados mínimos), prominentes voces tanto de la sociedad civil como gobernantes a favor de replantear la estrategia antinarcóticos y considerar alternativas están ganando cada vez más impulso en la región, algo que Washington continúa ignorando. “Tenemos un pedido primordial para nuestro gobierno: es hora de escuchar… de escuchar la invocación a nuevas políticas sobre drogas para nosotros y para la región”, subraya el documento.

El informe también incluye datos por región y países de la asistencia militar y policial estadounidense a América Latina y el Caribe desde
1996 a la programada para 2014. México recibió 44.8 millones en 2006, cifra que se multiplicó más de 10 veces para alcanzar 508 millones en 2010, 166 millones en 2012, 154 en 2013 y 127 millones en 2014.

El informe también aborda el asunto de derechos humanos, y ofrece una serie de recomendaciones. Puede consultar el informe.

Fuente: LA JORNADA

El Pacífico y el V centenario del Mar del Sur


por Marco A. Gandasegui, h

España está realizando un congreso internacional denominado  El Pacífico, 1513-2013: De la Mar del Sur a la construcción de un nuevo escenario oceánico, producto del trabajo de tres instituciones americanistas de Sevilla. Por un lado, la Universidad de Sevilla. Por el otro, la Escuela de Estudios Hispano-Americanos y, por último, el Archivo General de Indias. El Congreso se enmarca en la fecha en que el conquistador español, Vasco Núñez de Balboa, el 25 de septiembre de 1513, hace 500 años, atravesó el istmo del Darién y avistó el océano Pacífico.
 
Es una fecha que sin duda deben recordar los españoles por el significado que tuvo en el proceso mediante el cual sus gobernantes construyeron el primer imperio con características verdaderamente globales. Sometieron a todos los pueblos del continente americano en menos de 50 años, extendieron sus rutas comerciales por Asia y dominaron a Europa sobre la base de su riqueza y poderío militar. En los siglos siguientes, otros imperios aparecieron y desplazaron a la vieja España decadente.
 
La conquista española de América fue una de las experiencias más violentas conocidas en la historia. Quizás sólo comparable a eventos anteriores como las conquistas de Alejandro, César y Gengis Khan. Las aventuras españolas, sin embargo, palidecen al lado de la barbarie desatada por la expansión imperialista de Gran Bretaña en el siglo XIX, EEUU en el siglo XX o Alemania sobre los pueblos eslavos de la parte oriental de Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
 
Muchos pueblos celebran sus conquistas y descansan sobre sus laureles. En esta fiesta académica de España, empero, hay una diferencia. En Sevilla no están recordando a Balboa, ni la conquista genocida de un continente. Al contrario, los españoles han puesto su mirada sobre el océano Pacífico. ¿Qué ofrecerá el Pacífico que tanto interés ha despertado en Sevilla? La respuesta es obvia: el futuro, en esa enorme cuenca oceánica descansa el potencial del siglo XXI.
 
En Panamá, los gobernantes y muchos otros sectores han hecho exactamente lo contrario. Con motivo de esta fecha que marca el V Centenario de la travesía de Balboa por los bosques del Darién, sus pensadores miran hacia el pasado en busca de algún rastro que pueda legitimar sus políticas de despojo en pleno siglo XXI. En vez de mirar hacia el futuro, en busca de oportunidades para promover el desarrollo del país, se remontan al mito ya decadente de Balboa y sus aventuras en el Darién.
 
Comencemos por afirmar que Balboa no era panameño, no tenía relación con Panamá y que la historia que lo vincula con el país fue una creación de los pensadores e ideólogos liberales/conservadores de principios del siglo XX. Es decir, 4 siglos después de su paso por estas tierras. El teatro de operaciones de Balboa tenía como base Acla y Santa María la Antigua, territorios que hoy son parte de la República de Colombia. Cuando cruzó el istmo en 1513 todavía no se había fundada la ciudad de Panamá, que le daría el nombre a la República fundada en 1903. La ciudad fue fundada en 1519 por Pedrarias Dávila, quien había enjuiciado y decapitado a Balboa el año anterior.
 
Cuando se fundó la República en 1903 se buscó un “héroe nacional” y se seleccionó a Balboa por considerar que su figura representaba abnegación y sufrimiento. Una especie de mártir. Menos de dos décadas después, el gran educador Octavio Méndez Pereira escribió una novela con Balboa de personaje principal. La novela, que presenta a un Balboa ‘hollywoodense”, se incorporó a la historia oficial de Panamá.
 
Por eso el gobierno panameño enfoca su atención en este V Centenario en la proeza – sanguinaria por cierto – de Balboa. Para la clase gobernante – partidos oficialistas y de oposición – no hay pasado y menos hay futuro. Hay un presente que fija su atención en como saquear el país de todas sus riquezas. A diferencia de España, celebramos las ficciones de aquel Balboa ‘bondadoso’ y ‘donjuanesco’ que nunca existió.
 
El Ministerio de Educación, que desconoce la historia verdadera de Balboa (y del país, en general), ha propuesto una ley para convertir la estatua de Balboa en la ciudad de Panamá en Monumento Histórico Nacional. La estatua que los gobernantes panameños le pidieron al rey de España en 1913 fue inaugurada en 1924. Contrasta la actitud del gobierno actual, que promueve esta legislación, con la destrucción del centro histórico de la ciudad de Panamá que será excluida por la UNESCO de la lista de Patrimonios Históricos de la Humanidad. Igualmente, contrasta con la política de acabar con los parques nacionales en ambas costas del país.
 
Tenemos que mirar hacia el futuro y definir la estrategia que necesitamos para alcanzar las metas del país. La Universidad de Panamá organizó en agosto del presente año un encuentro sobre El Mar del Sur 500 años después: Una visión interdisciplinaria, para recordar el V Centenario pero olvidándose del océano Pacífico. En aquella oportunidad, señalamos que tenemos que “prepararnos para los próximos 500 años y la conquista del Pacífico, su potencial, enorme energía y la promoción de alianzas de amistad con los pueblos de la gran cuenca”.
 
26 de septiembre de 2013.
 
- Marco A. Gandásegui, hijo, profesor de Sociología de la Universidad de Panamá e investigador asociado del Centro de Estudios Latinoamericanos Justo Arosemena (CELA) http://marcoagandasegui11.blogspot.com
Fuente: ALAI 
 

Entrevista a Junior Garcia Aguilera